Con Ucrania suplicando la llegada de nuevo armamento pesado para detener el avance ruso en el este y sur del país, una suerte de telemaratón en Lituania ha logrado reunir donaciones de telespectadores por valor de cinco millones de euros para adquirir una unidad del Bayraktar TB2, el dron militar de fabricación turca que ha desatado un auténtico furor entre las filas del ejército ucraniano desde el inicio de la invasión.

“Gente del planeta, no solo os estamos enviando un poderosa historia, la de un pequeño y extraño país cercano a Rusia cuya población ha rechazado quedarse sentada y en su lugar se ha unido para comprar un dron militar para Ucrania”, declara Andrius Tapinas, el periodista lituano que ha liderado la iniciativa con el respaldo del ministro de Defensa del país báltico. “También es un desafío a todos los europeos. Haced lo mismo. Presionad a vuestras estrellas, empresarios y políticos, reclamándoles: por qué no podemos, siendo tan grandes y poderosos, hacer lo mismo que ha hecho ese país loco en un par de días”, agrega el fundador de Laisvės TV, un canal de televisión independiente que se distribuye a través de internet.

La colecta apenas ha necesitado tres días y medio para alcanzar la cifra necesaria para hacerse con una de las unidades que han constituido una auténtica revelación en los tres meses de contienda. Un tiempo récord que muestra la enorme solidaridad hacia el pueblo ucraniano que ha despertado la contienda en el norte de Europa. Fuentes de la iniciativa han indicado a El Independiente que la recaudación procede de ciudadanos anónimos a partir de pequeñas donaciones de entre 5 y 50 euros. También se han recibido aportaciones individuales más abultadas, de hasta 30.000 euros.

Andrius Tapinas, periodista lituano y responsable de la iniciativa. E.I.

Los Bayraktar TB2 turcos -baratos pero muy efectivos- han despertado un auténtico furor en Ucrania, donde sus capacidades en combate y sus supuestos éxitos le han granjeado un áurea de potente arma en manos de la resistencia. Ankara, que ha tratado de mantener cierta equidistancia con ambos bandos en liza y aspira a desempeñar el papel de mediador, insiste en que su adquisición por parte de Kiev fue una compra directa con una empresa turca, ajena a las autoridades. Se probaron contra las fuerzas rusas en Siria y Libia.

La iniciativa lituana aspira ahora a nutrir con una nueva unidad la defensa aérea ucraniana. Hace un mes, en una recaudación similar, se lograron los 330.000 euros necesarios para adquirir Magyla 1 y Magyla 2, sendos drones estonios empleados también para destruir posiciones de artillería. La compra del Bayraktar se va a efectuar a través del ministerio de Defensa lituano, que tiene previsto firmar esta misma semana un contrato con el solicitado fabricante turco.

La invasión rusa de Ucrania se ha convertido en el campo de acción de drones de todo tipo, empleados tanto en tareas de vigilancia como en misiones suicidas. "Por primera vez estamos viendo el uso de drones de combate a gran escala en esta guerra", advertía hace unas semanas un experto en declaraciones a El Independiente.