Es la historia de una crisis anunciada. En un momento de gran inestabilidad global, las dos mayores superpotencias, Estados Unidos y China, están tensando sus relaciones hasta el máximo. El escenario del choque de titanes es Taiwán, territorio que China considera bajo su soberanía, si bien nunca lo ha gobernado. La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a Taiwán ha soliviantado a las autoridades políticas y militares chinas como nunca antes en al menos dos décadas. Ha estado menos de 24 horas, suficientes para elevar la tensión entre Pekín y Washington y Taipei como nunca antes en dos décadas.

China anunciado maniobras militares por tierra, mar y aire con fuego real alrededor de la isla a partir de mañana 4 de agosto. Va a rodear la isla en una muestra de músculo militar sin precedentes en años. A su vez ha suspendido importaciones de cítricos y pescados desde Taiwán. Además, las autoridades chinas han convocado "urgentemente" al embajador de EEUU en Pekín, Nicholas Burns, para expresarle su indignación y pedirle que su gobierno corrija este lamentable error.

El líder chino, Xi Jinping, se lo dejó claro al presidente de EEUU, Joe Biden, en su conversación del pasado jueves, y la misma cantinela la han repetido desde el Ministerio chino de Exteriores estos días: están jugando con fuego y se van a quemar. A pesar de que el presidente Biden, e incluso Nancy Pelosi, reafirman que no ha cambiado la posición de EEUU de defender la doctrina de "Una sola China", este gesto de la número tres en la línea de poder estadounidense da una legitimidad a las autoridades taiwanesas a la que se oponen en Pekín. La reunificación está en su horizonte. Mejor por las buenas. Pero hay otras opciones.

Estados Unidos, vía el portavoz del presidente, John Kirby trataba de quitar importancia al viaje y defendía el derecho de Pelosi a visitar Taiwán sin que ello signifique el apoyo a su independencia. Pero en Pekín la lectura no es esa. La última visita de un presidente de la Cámara de Representantes tuvo lugar en 1997, cuando Newt Gingrich estuvo en Taiwán.

Es una grave violación del principio de 'una sola China' y tiene un gran impacto en los fundamentos políticos de las relaciones entre China y EEUU"

ministerio chino de exteriores

El Ministerio de Exteriores chino ha remarcado en un comunicado que la visita "es una grave violación del principio de una sola China y tiene un gran impacto en los fundamentos políticos de las relaciones entre China y EEUU, ya que daña gravemente la integridad y soberanía territorial de China". Según Pekín, "envía la señal equivocada a las fuerzas separatistas que demandan la independencia".

"Estamos ante la cuarta crisis del estrecho, la última en 1995-1997. El tema de Taiwán es el nervio principal de las relaciones entre EEUU y China y cuando se toca ese nervio va más allá de cualquier otro asunto. Es el interés central de modo que el margen de negociación es bastante limitado", explica Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China.

Hubo expectación hasta el último minuto sobre el aterrizaje de Pelosi en Taipei. Y como demostración de fuerza China desplegó una veintena de aviones de combate que incluso cruzaron el espacio aéreo de Taiwán. A su vez, las Fuerzas Armadas taiwanesas están en alerta. La parada de Pelosi en su gira por Asia no figuraba en su agenda por razones de seguridad. A Pelosi le acompaña una pequeña delegación de congresistas estadounidenses.

En EEUU muchos republicanos están apoyando a Pelosi en su determinación de viajar a Taiwán y plantar cara a China. Muchos interpretan el gesto en términos electorales, ya que en EEUU celebran en noviembre las elecciones de mitad de mandato en la que se renueva parte del Legislativo y los demócratas están en un momento muy delicado.

Este miércoles Pelosi se ha reunido con la presidente de Taiwán, Tsai-Ing wen, en el Palacio Presidencial de Taipei. Pelosi le ha prometido que EEUU estará al lado de Taiwán. "No os abandonaremos", le ha dicho. "Queremos que Taiwán disfrute de libertad y de seguridad".

La presidenta ha respondido: "Vuestra visita no solo refleja las fuertes relaciones con los congresistas de EEUU sino que envía un mensaje al mundo sobre cómo las democracias encaran los desafíos juntas".

Pelosi critica al Partido Comunista de China

En un artículo publicado en The Washington Post, Pelosi justifica su visita a Taiwán, "isla de resiliencia" como muestra de "la solidaridad de EEUU, más necesaria que nunca, una solidaridad con los 23 millones de la isla y otros millones de oprimidos y amenazados por el Partido Comunista de China". A su vez, enmarca el viaje "en un momento en el que el mundo hace frente a una elección entre autocracia y democracia. Al igual que cuando Rusia lleva a cabo su premeditada e ilegal guerra contra Ucrania, matando miles de inocentes, incluso niños, es esencial que América y sus aliados dejen claro que nunca cederemos ante los autócratas". Y compara la defensa de la democracia en Taiwán con el apoyo a Ucrania.

Es decir, Pelosi está situando claramente a China frente a Estados Unidos. Es la concepción que también se observa en el nuevo concepto estratégico de la OTAN que además de destacar la amenaza de Rusia llama la atención sobre "el desafío a los intereses" de los aliados que plantea la superpotencia. Desde China lo que ha hecho ahora Pelosi es una agresión en toda regla a su soberanía y demuestra que EEUU tiene una actitud belicosa e injerencista que luego critica en otros.

La lectura del editorial del Global Times ilustra cómo se interpreta desde Pekín el gesto de Nancy Pelosi. "Esta vez el mundo entero ha visto claramente quién está cambiando el status quo en el Estrecho de Taiwán y quien está socavando la paz y la estabilidad en la zona", señala el diario, que califica el viaje como "una traición al compromiso político de EEUU con China, así como una violación de la resolución de la ONU 2758. Esta resolución, de 1971, es la que reconoce a la República Popular de China como el único gobierno legal.

"Contramedidas" a corto, medio y largo plazo

En este artículo, también se detallan las "contramedidas" que está adoptando China, una combinación de acciones a corto, medio y largo plazo. "El Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de China llevará a cabo operaciones militares conjuntas en torno a la isla de Taiwán con ejercicios marítimos y aéreos conjuntos en el norte, suroeste y sureste de la isla, disparos de artillería de largo alcance en el estrecho de Taiwán y pruebas de misiles convencionales en las regiones marítimas del este de la isla a partir del martes 2 de agosto. También se llevarán a cabo importantes ejercicios militares y actividades de adiestramiento, incluidos simulacros con fuego real alrededor de la isla de Taiwán, desde el jueves 4 al domingo 7 de agosto".

A su vez, hace alusión al objetivo de "la reunificación nacional". El líder chino, Xi Jinping, tiene presente este objetivo y hará alusión a ella en el XX Congreso del Partido Comunista que se llevará a cabo en otoño. "El tiempo y el impulso para lograr la reunificación de la patria están siempre firmemente en nuestras manos. Independientemente de la forma que adopten para apoyar a Taiwán y contener a la parte continental, fuerzas como Pelosi no pueden cambiar el hecho histórico y legal de que Taiwán pertenece a China, ni pueden obstaculizar la tendencia de China a realizar la plena reunificación". Y concluye subrayando que gestos como el de Pelosi solo contribuyen a acelerar el proceso de la reunificación.

En esta línea habla Lü Xiang, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, en el Global Times quien subraya cómo los ejercicios militares del 4 al 7 de agosto no tienen precedentes. "Parecen destinados a realizar la reunificación por la fuerza y también a luchar contra las fuerzas externas que pueden interrumpir el proceso".

En caso de que China pretenda forzar la reunificación por la fuerza, queda la duda de si EEUU intervendría en defensa de Taiwán. Si EEUU se pusiera del lado de Taiwán, la colisión sería épica.