Ucrania trata de mostrar resistencia seis meses después del inicio de la invasión rusa, que ha provocado ya más de 20.000 muertos en total. La agresión exterior ha modificado por completo la vida en el país, que sin embargo intenta mantener vivo el espíritu y normalizar en lo posible la vida lejos del frente.

El fútbol, como gran símbolo deportivo, no queda fuera de ese plan y la Liga ucraniana ha vuelto este martes después de meses de inactividad y tras la decepción de la selección, que quedó fuera del Mundial tras caer en la repesca contra Gales.

El torneo local ha comenzado hoy en el Estadio Olímpico de Kiev, donde el Real Madrid se proclamó campeón de Europa en 2018, con un empate a cero entre el Shakhtar Donetsk y el Metalist 1925 de Járkov, dos de las ciudades más castigadas por la salvaje guerra iniciada en febrero.

La competición ucraniana arranca con 16 equipos, con el Dinamo Kiev y el Shakhtar Donetsk, habituales de la Champions y la Europa League, como principales favoritos. Pero no será un torneo ni mucho menos normal. Por seguridad, todos los partidos se disputarán a puerta cerrada y cada estadio deberá contar con sirenas antiaéreas y búnkeres para refugio en el caso de que se produzcan ataques.

Los partidos sólo se jugarán en Kiev, la capital del país, y las ciudades occidentales de Lviv, Lutsk y Úzhgorod. Y no están todos los equipos que deberían. Tanto el Desna Chernihiv como el FC Mariúpol han renunciado a competir por razones bélicas, y sus plazas han sido asignadas a dos equipos de segunda división, el Metalist de Járkov y el FC Kryvbas, de la localidad del mismo nombre.

La cancelación de la pasada edición de la Liga de Ucrania provocó que la FIFA otorgase permiso a los jugadores extranjeros de los clubes ucranianos a firmar contratos con otros equipos aún fuera de las ventanas tradicionales de fichajes de verano e invierno. Una circunstancia que provocó, por ejemplo, la llegada del joven lateral derecho Vinicius Tobías al Real Madrid, procedente del Shakhtar Donetsk.

Sin embargo, no todos los jugadores foráneos han abandonado la liga ucraniana. Hay 47 jugadores extranjeros registrados para la actual temporada, incluidos 11 brasileños, cuatro croatas y tres argentinos.