Ucrania asegura que se ha lanzado a la reconquista de Jersón, una ciudad estratégica del sur del país que fue capturada por las tropas rusas al principio de la guerra cuando avanzaron desde Crimea. El gobierno de Kiev habría iniciado una operación de gran envergadura destinada a revertir esta ganancia del Kremlin. "La siguiente fase de la contraofensiva está comenzando. Ha comenzado con ataques masivos a la infraestructura militar y logística rusa", ha dicho un asesor del gobierno ucraniano.

Ilia Ponomarenko, reportero especializado en temas militares de The Kyiv Independent, exponía en su cuenta de Twitter su tesis: "El Ejército ucraniano ha encontrado un punto débil en la defensa rusa en la región de Jersón, posiblemente en la orilla sur del río Inhulets, y ha decidido atacar. Creo que es un paso táctico, pero veremos".

Ucrania lleva semanas bombardeando con regularidad los puentes de Jersón y Nova Kajovka, que conectan a las fuerzas de ocupación rusas con las líneas de suministro en el lado oriental del Dnipro. En su intervención diaria retransmitida en Telegram, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha dicho: "No habrá sitio para las tropas rusas en tierra ucraniana". Reafirmaba así su disposición a que Rusia retorne a Ucrania todo el territorio bajo su poder, incluida Crimea.

Además, Ucrania ha llevado a cabo decenas de ataques contra las líneas de suministro e infraestructuras rusas que apoyan la ocupación de la región por parte de Moscú desde hace dos meses. Ucrania lo puede hacer gracias al armamento occidental con el que ya está operando, como los Himars, de fabricación estadounidense. Los Himars son lanzadores de misiles guiados montados en camiones con un alcance de 80 kilómetros.

El Centro de Comunicación Estratégica y Seguridad de la Información de Ucrania ha indicado en su cuenta de Twitter que su Ejército había roto "la primera línea de defensa de los ocupantes cerca de Jersón. Es la única capital de provincia bajo el control de Rusia desde que el pasado 24 de febrero ordenara Vladimir Putin la invasión del país vecino.

"Es la culminación de al menos un mes de ablandar a los rusos con la destrucción de 120 depósitos de municiones, trenes de transporte militar y cuarteles generales de mando, ataques a las bases de Crimea y daños a trs puentes para que no puedan ser utilizados", señala Taras Kuzio, investigador asociado de la Henry Jackson Society y profesor del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Kiev Mohyla Academy.

Jersón se encuentra en el delta donde el río Dnipro desemboca en el Mar Nwgro. Hace las veces de plataforma hacia Crimea, territorio que Rusia se anexionó en 2014. Andriy Zagorodnyuk, ex ministro de Defensa ucraniano y presidente del grupo de reflexión Centro de Estrategias de Defensa, ha reconocido que el objetivo es tomar Jersón pero que es "una tarea compleja, que incluye múltiples fuerzas", según cita Financial Times.

El gobernador de Crimea designado por Moscú, Serguei Aksyonov, ha dicho que la operación de Ucrania sobre Jersón es "la última falsificación de la propaganda ucraniana". Según su versión, los ucranianos están sufriendo graves pérdidas en el sur.

Algo se mueve en el frente meridional, ya que desde Nova Kajovka, una ciudad al este de Jersón, fuentes rusas confirmaban la evacuación de civiles a refugios tras escucharse sirenas de ataque aéreo y explosiones. "Fuentes de Rusia afirman que hay constantes retiradas del lado ruso y que el ejército ruso está al borde de la desintegración. Además, ¿te imaginas cómo afectará a la moral el martilleo nocturno por parte de los Himars, la muerte y las heridas de muchos de tus compañeros y la pérdida de oficiales?", apunta el investigdor ucraniano Taras Kuzio.

Rusia lleva tiempo esperando la contraofensiva en la región de Jersón y por ello ha duplicado el número de batallones: ahora cuenta con unos 30. De ahí que algunos expertos consideran muy compleja una operación de reconquista de esta localidad. En un artículo reciente publicado en The Economist sobre la contraofensiva ucraniana en Jersón apuntan a que ese deseo del general Dmytro Marcheko de haber culminado la liberación de Jersón a finales de año será difícil de llevar a cabo. El Ejército ucraniano, con signos de agotamiento, necesitaría movilizar al triple de soldados que los rusos en la zona. De momento, también faltarían armas y entrenamiento. Pero como operación psicológica este avance tiene su sentido.

Inspectores del OIEA hacia Zaporiya

Mientras tanto, un equipo de inspectores del organismo de control nuclear de la ONU se dirige hacia la central nuclear de Zaporiya, donde tiene previsto realizar una inspección desde el miércoles al sábado. El jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha tuitado a primera hora del lunes: "Debemos proteger la seguridad de la mayor instalación nuclear de Ucrania y de Europa".

Los misiles y los proyectiles golpean con frecuencia las zonas que rodean la central y las ciudades cercanas. Es el caso de Enerhodar, ocupada por Rusia, donde resultaron heridas 10 personas en la madrugada del lunes.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha pedido en reiteradas ocasiones a la ONU que garantice la desmilitarización de la central, en manos del Kremlin desde marzo pasado, aunque está dirigida por personal ucraniano. Es el punto más caliente del conflicto, ya que hay riesgo de que como consecuencia de los ataques continuos, que se atribuyen unos a otros, se produzca un accidente que deje pequeño lo que pasó en Chernóbil.

Ucrania afirma que los ataques son operaciones de falsa bandera llevadas a cabo por Rusia para dañar la imagen del ejército ucraniano. Pero Rusia dice que los ataques los lleva a cabo el gobierno de Kiev.