Más de tres décadas después de la caída del Muro de Berlín, Europa cada vez levanta más barreras, pero sobre todo ahora lo hace con Rusia y su aliada Bielorrusia. Está emergiendo un nuevo Telón de Acero geopolítico, que ya se visualiza en alambradas en la frontera entre Polonia, Lituania y Bielorrusia, y en breve se erigirá en la frontera entre Polonia y el exclave ruso de Kaliningrado, así como entre Finlandia y Rusia.
Estos nuevos muros no son los únicos en Europa. También los hay en la frontera de Hungría con Serbia, en la de Bulgaria y Turquía, entre Macedonia y Grecia, y en la española ciudad de Ceuta con Marruecos. Según The Economist, los países europeos han construido más de 1.000 kilómetros de vallas en los últimos 30 años, la mayoría desde la crisis de refugiados de 2015. La guerra en Ucrania ha acelerado esta tendencia.
Soldados polacos han comenzado este miércoles a levantar la alambrada que tendrá 210 kilómetros de extensión, dos metros y medio de altura, y tres metros de profundidad con un sistema de monitorización electrónica y cámaras. Una cerca del lado polaco mantendrá alejados a los animales. Va a construirse en varios puntos a la vez. Aún no hay intentos de entradas ilegales, pero Polonia ha querido adelantarse a cualquier eventualidad.
El ministro polaco de Defensa, Mariusz Balszczak, ha dicho que su país trata de evitar que el Kremlin provoque una nueva oleada de migración como parte de la guerra híbrida que mantiene con los aliados más cercanos a sus fronteras.
Las alarmas se han activado en Varsovia después de que el director ejecutivo del aeropuerto de Jrabrovo en Kaliningrado, Alexander Korytnyi, dijera a la agencia rusa Interfax que buscaban "atraer a aerolíneas de países del Golfo Pérsico y Asia". El ministro polaco de Defensa indicó que estos planes le parecen "perturbadores".
Queremos blindar la frontera. Hemos aprendido de la experiencia porque no hay duda de que la barrera que levantamos con Bielorrusia ha sido eficaz"
MARIUSZ BALSZCAK, MINISTRO POLACO DE DEFENSA
"Queremos blindar la frontera. Hemos aprendido de la experiencia del año pasado, porque no hay duda de que la barrera que levantamos entre Polonia y Bielorrusia ha sido eficaz y ha evitado más ataques híbridos desde territorio de Bielorrusia", ha dicho Balszczak, que es también viceprimer ministro, según informa Bloomberg. Polonia construyó un muro en su frontera con Bielorrusia después de acusar a Rusia de estar detrás de una oleada de refugiados procedentes de Irak, Afganistán y Siria que de repente aparecieron en la frontera entre Bielorrusia y Polonia con intención de entrar en el país de la Unión Europea. Los Países Bálticos también se vieron afectados, sobre todo Lituania, que en verano pasado terminó su muro con Bielorrusia. Se extiende por 502 kilómetros de los 679 kilómetros que comparten los dos países.
El objetivo de esta crisis que provocó Rusia, en colaboración con su aliada Bielorrusia apenas unos meses antes de la invasión de Ucrania, era desestabilizar a Polonia y a los Bálticos, firmes opositores del Kremlin. Son los países que más firmemente están apoyando a Ucrania desde que comenzó la guerra el 24 de febrero de 2022.
La Unión Europea acusó a Bielorrusia de promover este ataque híbrido contra Polonia, lo que el gobierno de Lukashenko negó categóricamente. También rechazó Moscú las acusaciones de alentar esta crisis. Fueron muchas las ONG que denunciaron arrestos y el difícil acceso de los medios a la zona.
En esta ocasión, Polonia va a actuar junto al exclave (territorio ruso pero sin fronteras con la Federación Rusa) de Kaliningrado, que suele considerarse como «un portaaviones insumergible». Gracias a su posición, en la costa meridional del Báltico, entre Lituania y Polonia, puede albergar armamento a escasa distancia de estos dos países de la Alianza Atlántica.
Según Lituania, hay armas nucleares en Kaliningrado, y en su puerto atraca la Flota rusa del Báltico. El punto más sensible para la OTAN en esta zona es el llamado corredor de Suwalki, al que Rusia puede acceder desde Kaliningrado o desde Bielorrusia.
La simbólica frontera con Finlandia
A Polonia también se va a sumar Finlandia en breve para erigir una alambrada en su frontera con Rusia. Finlandia, a las puertas de ingresar en la OTAN, comparte 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, y está dispuesta a frenar el paso tanto de rusos como de migrantes. Hay un apoyo parlamentario amplio para esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la primera ministra Sanna Marin. "Esperamos que podamos levantarlo lo antes posible", dijo la jefa del gobierno.
Marin es una de las dirigentes europeas más firmes contra el Kremlin. Cuando le preguntaron recientemente qué hacía falta para que se acabara la guerra en Ucrania, Marin fue tajante: "Lo único que es necesario para que termine la guerra es que Rusia se retire de todo el territorio ucraniano".
Después de que el líder ruso, Vladimir Putin, ordenara la movilización parcial en septiembre pasado muchos rusos intentaron salir del país por cualquier vía cercana y una de ellas era la frontera con Finlandia. De momento, se plantea que el muro cubra entre 130 y 260 kilómetros en el sureste de Finlandia, por donde se registraron más entradas. Primero se construirá una valla piloto.
Tenemos que estar preparados para cualquier situación perturbadora"
sanna marin, primera ministra de finlandia
Según la primera ministra de Finlandia, "se trata de asegurar que nuestra guardia fronteriza cuenta con el apoyo suficiente para llevar a cabo un control fronterizo adecuado y eficaz, ya que tenemos que estar preparados para cualquier situación perturbadora". En Noruega se ha detenido a rusos que intentaban realizar labores de vigilancia con drones.
La guardia fronteriza de Finlandia sugirió la construcción de una valla metálica de varios metros de altura, rematada con alambre de espino y equipada con cámaras de vigilancia y sensores.
El proyecto tardaría hasta cuatro años en completarse y podría costar varios cientos de millones de euros, según la guardia de fronteras. La aprobación definitiva de la fase principal puede retrasarse hasta el mes de abril, cuando Finlandia celebre elecciones parlamentarias, según The Guardian.
La frontera finlandesa tiene un gran valor simbólico como límite entre el Este y el Oeste. Durante los años 90 se impulsó la idea de que fuera una "frontera europea normal". La oposición de centro derecha ya quiso levantar una valla en noviembre de 2021, pero se desestimó la propuesta.
La percepción de políticos y de la opinión pública cambió radicalmente con la guerra en Ucrania. Los finlandeses se inclinaron hacia la OTAN hasta que demandaron su ingreso. Y en julio modificaron su Ley de Guardia de Fronteras para permitir que se levanten muros y se cierren pasos fronterizos.
La guerra en Ucrania dejará una herida abierta entre Rusia y Europa. Será difícil que cicatrice en décadas. Y como huella del conflicto quedarán muros, cada vez más altos, cada vez más insalvables.
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