La III cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (CELAC) ha sido "un nuevo comienzo para unos viejos amigos", en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, después de ocho años sin que este foro se reuniera. "Nos necesitamos", añadido. Hay interés comercial y económico mutuo, con una promesa de inversión de 45.000 euros de la Comisión Europea, pero también discrepancias, sobre todo, sobre la guerra en Ucrania, que para los europeos marca el devenir internacional.

Finalmente, solo Nicaragua se ha desmarcado del párrafo referido a Ucrania en la declaración final: "Expresamos nuestra profunda preocupación por la actual guerra contra Ucrania, que sigue causando un gran sufrimiento humano y exacerba las fragilidades de la economía global, limita el crecimiento, aumenta la inflación, perturba las cadenas de suministro, aumenta la inseguridad energética y alimentaria, y eleva los riesgos para la estabilidad financiera. En este sentido, apoyamos la necesidad de una paz justa y una paz justa y sostenible".

A su vez, reiteran igualmente su "apoyo al Acuerdo sobre el grano del Mar Negro y a los esfuerzos del secretario general de las Naciones Unidas para garantizar su ampliación" y respaldan "todos los esfuerzos diplomáticos encaminados a una paz justa y
sostenible en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas". La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha destacado que hay respaldo a la posición de la ONU sobre Ucrania.

Cada palabra se ha medido al milímetro y aún así Nicaragua se ha quedado fuera. El dictador Daniel Ortega no ha asistido a la cumbre, como tampoco el venezolano Nicolás Maduro, quien ha estado representado por su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, quien está sancionada por la UE y solo puede pisar suelo comunitario para asistir a cumbres de este tipo.

Esta demora ha impedido al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quedarse hasta la rueda de prensa final, que se ha retrasado tres horas. Iba a participar debido a que España ejerce la presidencia del Consejo de la Unión Europea, pero ha salido antes para asistir a un mitin en San Sebastián, lo que ha sorprendido en Bruselas. Sánchez había insistido en la relevancia de la cumbre UE-CELAC y del papel de España como puente con Latinoamérica.

Tanto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, como el argentino, Alberto Fernández, han defendido la labor de España en la preparación de la cumbre, y el jefe del Estado argentino ha elogiado particularmente a Sánchez.

Las presiones hasta última hora de Nicaragua han retrasado la declaración final. Cercanos a los planteamientos de Nicaragua están Venezuela, Cuba o Honduras. Y luego están los equidistantes como el brasileño Lula da Silva, para quien el apoyo de la UE y EEUU a Ucrania divide al mundo en bloques. A su vez, condena las sanciones porque, a su juicio, perjudican a los más débiles.

"A todos nos preocupa la situación de la guerra en Ucrania y los países de América Latina hemos expresado nuestra voluntad de que se recupere la paz. La guerra no es el camino en un mundo que tiene organismos multilaterales", ha dicho el presidente argentino, Alberto Fernández, que ha remarcado que "la inmensa mayoría de los países de América Latina votaron las resoluciones de Naciones Unidas".

El presidente de Chile, Gabriel Boric, defiende desde la izquierda la condena tajante a Rusia y el respaldo a los ucranianos. "Lo que está pasando en Ucrania es una guerra de agresión imperialista inaceptable que viola el derecho internacional", ha dicho Boric ante los líderes europeos y latinoamericanos.

"Hoy es en Ucrania pero mañana puede ser en cualquiera de nuestros países. Acá ha sido Rusia la invasora y quien ha violado el derecho internacional". A la vez ha reclamado a los dirigentes de la UE que vean en términos de igualdad a los latinoamericanos.

En el otro extremo, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha dicho que "no hay una invasión rusa, sino una guerra de Ucrania" y el problema serían los dólares en armas de la OTAN.

Ya se preveía que los líderes de los Estados Americanos y Caribeños, con una presencia de 23 de un total de 33, iban a distanciarse de los Veintisiete sobre Ucrania. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quiso invitar al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, muy preocupado por el distanciamiento de Latinoamérica, pero varios dirigentes de la región se opusieron.

España preside este semestre el Consejo de la Unión Europea y esta cumbre era una de las prioridades de Pedro Sánchez, que ha tenido que desdoblarse para asistir al encuentro en Bruselas sin faltar a un mitin en Huesca el lunes por la noche. Regresó este martes a la capital comunitaria para asistir a la jornada final, pero no se ha quedado a la rueda de prensa final en la que han participado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el presidente de turno, Ralph Gonsalves, de San Vicente y las Granadinas, y el presidente argentino, Alberto Fernández.

En la primera jornada el presidente de turno de la Celac, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, criticó el "énfasis desproporcionado" que los líderes de la UE dan a Ucrania en detrimento de otros conflictos internacionales. Ha aclarado que Ucrania es importante, pero no quería que la cumbre fuera una cumbre sobre Ucrania.

Sin embargo, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, recordaba: "Mientras hablamos, un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU está atacando a un país vecino. La guerra ilegal de Rusia contra Ucrania es una tragedia para Ucrania y para el mundo, con consecuencias devastadoras para la seguridad alimentaria, los precios de la energía y la economía mundial".

Competir con China

En el marco de la cumbre se han firmado acuerdos relevantes, como el memorando de entendimiento suscrito por la UE y Chile para profundizar la cooperación en el campo de las cadenas de valor de materias primas sostenibles, necesarias para la producción de energía limpia. El litio es clave en este acuerdo y Chile es el segundo productor mundial y el primero en reservas. También se alcanzado un acuerdo energético con Argentina y otro con Uruguay.

En la antesala de la cumbre de la UE y CELAC, en un foro de empresarios, la Comisión Europea anunció un plan de inversiones de 45.000 millones de euros, a través de su herramienta Global Gateway. España participará con unos 9.400 millones. La idea es competir con la Nueva Ruta de la Seda de China.

"La República Popular China en estos momentos es el principal socio comercial de la mayoría de los países latinoamericanos, incluyendo sus mayores economías. Las tendencias han sido a lo largo de las últimas tres décadas incrementales en el caso chino. Pero no ha desaparecido la relación con la Unión Europea o con los países de la Unión Europea", señala Adrián Bonilla, presidente de la Fundación EU-CELAC. La Unión Europea quiere recuperar el tiempo perdido. La próxima cumbre se celebrará en Colombia en 2025.