Cinco meses antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, entre el 6 y el 9 de junio, los europeos estamos convocados a votar el nuevo Parlamento. A uno y otro lado del Atlántico la ola populista amenaza con convertirse en tsunami. Los caucus de Iowa y las primarias de este martes en New Hampshire confirman que solo los tribunales podrían frenar la carrera de Donald Trump a la Presidencia. Las fuerzas populistas serán las más votadas en al menos nueve países de los Veintisiete y en otros nueve quedarán en segundo o tercer lugar, según un informe, titulado Un giro brusco a la derecha: previsiones para las elecciones al Parlamento Europeo, del European Council for Foreign Relations (ECFR).

En varios de los países fundadores de la Unión Europea, como Bélgica, Francia, Italia y Países Bajos partidos populistas con guiños euroescépticos serán los más votados en junio próximo. También figuran en cabeza en los sondeos en Austria, República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia. En otros países como Bulgaria, Estonia, Finlandia, Letonia, Portugal, Rumanía, Suecia, y en España, estos partidos crecerán sustancialmente.

En Alemania está cobrando fuerza el debate sobre la ilegalización de Alternativa para Alemania (AfD), segundo en las encuestas. Un millón de personas se manifestó la semana pasada en varias ciudades del país contra este partido por reuniones de sus dirigentes con neonazis.

El grupo de extrema derecha Identidad y Democracia (ID) ganará 30 escaños y con 98 en total se convertirá en la tercera fuerza del Parlamento Europeo. Integran Identidad y Democracia la Liga (Italia), Alternativa para Alemania (AfD), Agrupación Nacional (Francia) o Vlaams Belang (Bélgica). En Bélgica también se celebran elecciones legislativas el 9 de junio con los sondeos favorables a Vlaams Belang (ultranacionalistas de Flandes), que podrían plantear un desafío independentista.

Por primera vez una coalición de los democristianos del Partido Popular Europeo (PPE), que será el más votado en total, con Identidad y Democracia y Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) sumaría un 49%, cerca de la mayoría, frente al actual 43%. El Partido Popular Europeo y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas siguen perdiendo apoyos, una tendencia que ya se observó en las dos últimas convocatorias electorales.

El estudio, obra de los politólogos Simon Hix y Kevin Cunningham, remarca que será decisivo el Fidesz de Viktor Orban, que contará con 14 eurodiputados. Si se uniera al ECR, liderado por Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni, sería el tercer grupo en el Parlamento Europeo. Junto a ID superaría el 25% de los escaños, más que los socialistas o el PPE.

Sin embargo, estos dos grupos populistas ya intentaron unirse sin éxito. Discrepan, por ejemplo, en su visión sobre las relaciones con Rusia. En el ID son más cercanos al Kremlin mientras que en el ECR defienden claramente los objetivos de Ucrania.

A su vez, dentro del PPE hay partidos menos reacios a pactar con los populistas, como el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo, ya que gobierna en varias comunidades autónomas con Vox , mientras que Plataforma Cívica del polaco Donald Tusk se opone tajantemente a cualquier acercamiento a los populistas. El partido Ley y Justicia (PiS), desbancado del poder tras las elecciones del 15 de octubre, ha desmantelado el Estado de derecho en Polonia y ahora la alianza en el poder trata de recomponerlo.

Consecuencias para la agenda política de la UE

Destaca el informe que los resultados podrían tener "graves consecuencias para la agenda política de la UE, por ejemplo, para el Pacto Verde Europeo, el apoyo a Ucrania y la aplicación del Estado de derecho dentro del bloque". En el Parlamento Europeo actual, han salido adelante votaciones sobre política medioambiental, aunque por márgenes muy pequeños.

Con un giro significativo a la derecha, es probable que a partir de junio de 2024 prevalezca una coalición "contraria a la acción climática". Y en política migratoria ya se ha comprobado en el nuevo Pacto de Migración y Asilo la influencia de los populistas, que demandan más restricciones a la acogida de refugiados.

Con la previsión de que en el próximo Parlamento entren grupos prorrusos y el debilitamiento de una coalición política dispuesta a hacer respetar los valores democráticos europeos, podría haber consecuencias para el esfuerzo bélico de Ucrania y la futura labor de la UE para hacer respetar el Estado de derecho. Muchos de estos partidos, como Agrupación Nacional, temerán que se apliquen mecanismos de sanción como los que se han aplicado contra Hungría. por incumplir con el Estado de derecho.

Lo que está en juego, tanto en EEUU como en la UE, es el futuro de la democracia. Estos grupos, una vez que toman el poder, aplica mecanismos encaminados a mantenerse en él y solo dejan del sistema democrático la celebración de elecciones, condicionadas por esos abusos. En 2024 veremos si gana el pulso el sistema liberal o el autoritarismo de los populistas.