Este 15 de abril pasará a la Historia. Arranca en Nueva York el primer juicio penal contra un ex presidente. Es uno de los cuatro procesos que tiene pendientes Donald Trump. A su llegada a la Corte de Manhattan, Trump ha dicho que el proceso es "un ataque a Estados Unidos" y que se trata de "un procesamiento político". Trump atrae los focos de nuevo.

El magnate Donald Trump, que aspira a volver en la Casa Blanca tras las elecciones del próximo 5 de noviembre, se sienta en el banquillo por el pago de 130.000 dólares (unos 122.000 euros) a la actriz porno conocida como Stormy Daniels para silenciar que habían mantenido una relación en 2006. Entonces llevaba casado un año con la modelo eslovena Melania Knavs.

Trump soñaba con ser presidente y no quería que Stormy Daniels fuera un problema. Donald Trump ocultó información a los ciudadanos estadounidenses y, además, el dinero que empleó su abogado Michael Cohen, para el soborno tenía un origen dudoso, ligado a la campaña. Trump ganó las elecciones de 2016 a la candidata demócrata Hillary Clinton, aunque la ex secretaria de Estado logró más votos populares. En 2020 Joe Biden venció a Trump, aunque el republicano sigue diciendo que le robaron las elecciones.

Ahora tiene que alternar la campaña electoral con las comparecencias judiciales. Está obligado a asistir a las sesiones del juicio del caso Stormy Daniels de lunes a jueves. El resto de la semana podrá seguir dando mítines.

Como ha hecho el pasado fin de semana en Lehigh County, al noreste de Pensilvania, donde ha arremetido contra el silencio que le ha impuesto el juez del caso, Juan M. Merchan. "Me obligarán a sentarme totalmente amordazado. No se me permitirá hablar. Quieren quitarme mi derecho constitucional a hablar", dijo Trump a sus seguidores, según informa Associated Press. No puede referirse a los posibles testigos y jurados pero sí sobre el juez o fiscales.

"Esto tiene una importancia histórica enorme. Va a ser la primera vez que unas elecciones presidenciales -y se trata de unas elecciones importantes- tengan como subtrama principal un juicio a uno de los candidatos. No sabemos lo que eso significa. No sabemos qué repercusión tendrá. No sabemos qué pasará si es absuelto o si es condenado. Tiene profundas implicaciones para nuestra política, para nuestro gobierno, para nuestra sociedad", afirma Jonah Bromwich, reportero en The New York Times.

Doce hombres y mujeres sin prejuicios

El proceso judicial que tiene lugar en Nueva York ha empezado con la selección del jurado. Se busca a 12 personas que puedan ser "razonablemente ecuánimes", sea cual sea su opinión sobre Donald Trump. Es imposible encontrar a 12 ciudadanos que no sepan quién es o no tengan una idea prejuzgada sobre él.

Cada jurado ha de responder un cuestionario en el que se pregunta si se apoya a movimientos de extrema derecha o extrema izquierda, y especificar a qué podcasts y periódicos está suscrito.

Los abogados de Trump buscan a personas que formen parte de los servicios de seguridad, bomberos o gente que haya tenido malas experiencias con el sistema. Sin embargo, los fiscales prefieren un universitarios, que son más críticos con Trump. El proceso puede prolongarse dos semanas.

Trump va a aprovecharlo para presentarse como víctima de un sistema que le pone trabas continuamente. Ni le permitió ganar las elecciones, ni le deja ser una persona libre. Es el mundo según Trump. Un espejismo.