Fue una constante en la recta final de la pasada legislatura y también en los meses que cumple la que comenzó en agosto. Hasta ahora la estrategia de unos y otros ha sido un “déjà vu”. El PP ha recriminado la política con Marruecos en la comisión de Exteriores del Congreso y Senado y las preguntas al Gobierno. Como réplica el Ejecutivo ha afeado a la oposición su obsesión “anti Marruecos”. Un rifirrafe que seguirá protagonizando la política nacional. Los populares llevarán próximamente al pleno del Congreso de los Diputados una nueva moción que exigirá revertir el histórico cambio de posición en el Sáhara Occidental y recuperar la neutralidad activa.

A petición del PP, la Cámara Baja volverá a retratar la más que previsible soledad de Pedro Sánchez y el PSOE en una cuestión que suscita el encontronazo con su socio de coalición, Sumar, y con otros apoyos de legislatura como PNV, Bildu o Coalición Canaria. En las iniciativas previas presentadas, todos han terminado votando contra los socialistas y su giro copernicano en el litigio de la ex colonia española. Los de Feijóo buscan que el Congreso vuelva a llamar al Ejecutivo a "recuperar la posición histórica de neutralidad activa de España respecto al contencioso del Sáhara Occidental, rechazando así y dejando sin efecto el posicionamiento unilateral adoptado por el presidente del Gobierno en marzo de 2022", mediante una carta de Sánchez a Mohamed VI cuyas razones de fondo el Ejecutivo nunca ha explicado.

“Desde el giro de Sánchez sobre el Sáhara Occidental en 2022, todo lo que rodea las relaciones de España con Marruecos se mantiene en total hermetismo”, denuncia el portavoz de Exteriores del Grupo Parlamentario Popular, Carlos Floriano, en declaraciones a El Independiente. En una semana marcada por “la reflexión” de Sánchez y su decisión de seguir al frente del Gobierno, el PP aboga por mantener una estrategia que en política exterior trata de mostrar las incoherencias entre el departamento de José Manuel Albares y sus socios. “El presidente del Gobierno se ha encargado de posicionar a nuestro país en la escena internacional como débil y vulnerable, sin una política exterior seria, fiable y que responda a los intereses de España y de los españoles”, esboza Floriano.

"Un Gobierno cobarde" frente a Rabat

“El Gobierno de Sánchez es un Gobierno cobarde que no da la cara al pueblo español cuando se le cuestiona sobre temas clave de nuestra política exterior. A más de dos años de la firma de la Hoja de Ruta de 7 de abril -que marcaría las nuevas relaciones entre ambos países- hay compromisos pendientes y que son muy importantes para España. Por ejemplo, la apertura de las aduanas comerciales, primero nos daban fechas y ahora ni siquiera un estimado; la delimitación de los espacios marítimos que se ha reunido once veces, hoy no sabemos nada de lo que se ha abordado; y finalmente, la gestión del espacio aéreo, el grupo de trabajo tan sólo se ha reunido en dos ocasiones desde hace dos años. Es inaudito que al grupo parlamentario con mayor representación en el Congreso no se nos informe de nada de política exterior”, enumera el popular.

El presidente del Gobierno se ha encargado de posicionar a nuestro país en la escena internacional como débil y vulnerable

El principal partido de la oposición también quiere que el Ejecutivo “haga público el calendario acordado con Marruecos en el que se establece la fecha de reapertura de la aduana comercial en Melilla y la apertura de la de Ceuta". Moncloa insiste en que está “todo listo” en el lado español de la frontera para sus aperturas pero Rabat alega “problemas técnicos” para retrasarlo “sine die”.

A juicio de Floriano, existe “una división del Gobierno en política exterior, especialmente en lo que se refiere a Marruecos y al Sáhara Occidental, lo que ha convertido a España en un socio menos fiable para nuestros aliados internacionales”. “Sánchez ha pasado de puntillas sobre Marruecos, cada vez que tiene que dar cuentas sobre las relaciones con nuestro vecino, lejos de aclarar dudas, siembra incertidumbre”, señala a propósito de uno de los últimos cara a cara que protagonizaron Sánchez y Feijóo, quien -como ya hiciera durante la campaña electoral del 23-J- le preguntó al presidente por Marruecos y el espionaje de Pegasus.

Hasta ahora el PP, consciente de que su postura provoca incomodidad al otro lado del Estrecho, ha tratado de compensar con declaraciones que llaman a preservar una buena vecindad. “Marruecos es un país amigo, vecino y aliado para España”, apunta Floriano. “La importancia de nuestras relaciones está fuera de toda duda, apostamos por trabajar y cooperar en todos los ámbitos. El PP lo tiene claro y ha sabido gobernar con una política exterior hacia el Magreb equilibrada, quien no lo ha podido hacer es el Gobierno de Sánchez, que ha dado el mayor volantazo en política exterior en la historia de España”, añade.

Otros asuntos de política exterior

Además del país vecino, el PP tratará de que el Congreso de los Diputados se pronuncie sobre “el compromiso adquirido con la OTAN de invertir en Defensa hasta llegar al 2% del PIB en 2030"; "la condena de la invasión rusa en Ucrania" y el envío de "la ayuda militar solicitada de acuerdo con nuestros aliados de la UE, especialmente sistemas de defensa antimisil Patriot, munición de artillería y tanques Leopard".

En una batería de ocho puntos -que podrían ser votados por separado para concitar en algunos de ellos la mayoría de la Cámara- los populares también quieren alejarse de las declaraciones recientes de José María Aznar y escenificar su apuesta por “la solución de los dos Estados encaminada a acabar con el conflicto en Oriente Próximo, adoptada en la proposición no de ley de 18 de noviembre de 2014", con el apoyo del PP y el PSOE. Sánchez se ha propuesto reconocer a Palestina antes del verano pero Génova insiste en la necesidad de hacerlo “con una masa crítica de países de la UE”. Nueve estados miembro ya lo han reconocido y Josep Borrell reconoció esta semana que otros podrían seguirles a lo largo de este mes de mayo.

Por último, el PP insta al Gobierno a informar de las conversaciones con "con Reino Unido respecto a Gibraltar, en el marco de las negociaciones con la Comisión Europea, como consecuencia del Brexit" y forzar una condena de "las violaciones cometidas en contra de los Derechos Humanos, la democracia, la libertad y el Estado de derecho por las dictaduras de América Latina, especialmente en Cuba, Venezuela y Nicaragua" así como la defensa de "la celebración de elecciones libres y justas en Venezuela, con presencia de observadores internacionales y condicionando la revisión de sanciones en el marco de la UE que se han llevado a cabo en esos términos".