Fueron víctimas de la misma cuenta del software Pegasus que espió los móviles de los ministros Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska. El usuario que se llevó 6,3 gigabytes del móvil del titular de Interior también se infiltró en los teléfonos personales de un diplomático saharaui y un periodista marroquí exiliado. Ambos, rostros perseguidos por el régimen alauí, rompen su silencio sobre el caso en conversación con El Independiente cuando la Audiencia Nacional reabre la investigación de Pegasus del móvil de Sánchez y sus ministros tras recibir nuevos datos de Francia.

Tal y como avanzó este diario el pasado julio, la cuenta de correo [email protected] se halló en el rastro del virus Pegasus que infectó los móviles del ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de la ministra de Defensa, Margarita Robles. En su momento, el titular del juzgado de instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, que estaba investigando el espionaje a ambos ministros, a Sánchez y el ministro de Agricultura Luis Planas, preguntó al CNI si podía saber quién estaba detrás de los usuarios que empiezan con "linakeller" y que se habían hallado tras el rastro de 'Pegasus'.

La justicia española debe indagar la relación entre Marruecos y este espionaje

Robles y Marlaska no fueron los únicos sujetos contagiados desde la citada cuenta. El mismo usuario también espió a la activista prosaharaui Claude Mangin, de nacionalidad francesa, un alcalde galo, un diplomático del Frente Polisario y un periodista marroquí exiliado en Francia. Mangin reconoció el pasado julio haber sido víctima del usuario. Dos de las otras víctimas hablan ahora de ese infiltración con la esperanza de aportar nuevas pruebas a la investigación española.

Oubi Bachir

Es uno de los diplomáticos saharauis más conocidos y visibles, representante de las nuevas generaciones de la representación internacional del Frente Polisario. Oubi Bachir, que ejerce actualmente como embajador de la República Árabe Saharaui Democrática en Suiza y ante las instituciones de la ONU en Ginebra, ocupó hasta 2022 el puesto de representante ante la Unión Europea y previamente, entre 2016 y 2019, había sido embajador en París.

El teléfono de Bachir fue infectado por la citada cuenta de Pegasus el 15 de marzo de 2021, apenas unos meses antes de que lo fueran los dispositivos de Robles y Marlaska. "Haber sido espiado desde la misma cuenta de Pegasus que Robles y Marlaska establece a priori el vínculo entre Marruecos y el espionaje a los teléfonos de los ministros españoles", señala Bachir. "Es algo que tiene que constituir un elemento para la justicia española y para que pueda indagar la relación entre Marruecos y este espionaje".

Marruecos no hace distinciones entre sus objetivos; las personas que utilizaron Pegasus actuaron sin grandes precauciones

Idéntica cuenta también firmó la infiltración de Claude Mangin, una histórica activista de la causa saharaui casada con el saharaui Naama Asfari, que cumple actualmente una condena a treinta años de cárcel dictada por la justicia militar alauí por su defensa del derecho a la autodeterminación del Sáhara Occidental; y Philippe Bouyssou, alcalde de Ivry-sur-Seine, la población de 55.000 habitantes en los alrededores de París en la que reside Mangin y que firmó un hermanamiento con una de las dairas (localidades) de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). El usuario también infectó a otras dos personas que han optado por permanecer en el anonimato en los primeros meses de 2021.

Hicham Mansouri

Otra de las víctimas de linakeller2203 es Hicham Mansouri, un periodista marroquí exiliado en Francia tras haber sufrido cárcel en Marruecos por su periodismo de investigación. Contactado por este diario, Mansouri muestra su "alegría" por una conexión que espera que pueda servir para arrojar luz sobre el espionaje que sufrió y fue detectado por la investigación de Forbidden Stories, publicada hace tres años por Amnistía Internacional y periodistas de 17 medios de comunicación que desveló el espionaje masivo con el malware israelí. Afectó a al menos 180 periodistas, 600 políticos, 85 defensores de los derechos humanos y 65 empresarios. Uno de los anexos del caso advierte de que “la aparición de una cuenta de iCloud maliciosa conocida puede ser el resultado de acciones realizadas por un cliente de Pegasus contra un posible dispositivo objetivo”.

"Lo único que puedo decir es que me alegro porque temía que el caso quedara enterrado para siempre", desliza el reportero en conversación con este diario. "Marruecos tiene experiencia en crear estrechas relaciones con sus vecinos europeos, lo que le permite lavar sus trapos sucios lejos de la mirada pública", denuncia desde su exilio galo.

"En cuanto al hecho de que la misma dirección de correo electrónico que se utilizó contra uno o varios de los altos funcionarios españoles se utilizara también contra mí, esto demuestra que Marruecos no hace distinciones entre sus objetivos y que las personas que utilizaron este programa informático actuaron sin grandes precauciones, acostumbradas a la impunidad", comenta Mansouri. "Sigo convencido de que Marruecos utilizó el software Pegasus y que este asunto oculta una subcontratación con fines represivos entre Marruecos y otros países aliados de Oriente Medio, Europa y probablemente de otros lugares", advierte.