“Desde el río (Jordán) hasta el mar (Mediterráneo)" son los límites de la Palestina histórica pero el cántico, con décadas de vigencia, ha vuelto a emerger en plena ofensiva militar israelí en Gaza. La polémica ha llegado a España después de que la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, terminara su mensaje tras el anuncio del reconocimiento de Palestina con la frase "Palestina será libre desde el río hasta el mar". La presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, ha censurado este jueves la frase y la ha acusado de “querer arrasar con el Estado de Israel" tras tratar de vincular, con poca fortuna, a Hamás con todo el pueblo palestino.

¿Es un eslogan de Hamás?

No. En un mensaje en su cuenta de X, la embajadora de Israel en España, Rodica Radian-Gordon, ha afirmado que “el lema de Hamás 'desde el río hasta el mar'" es un llamamiento al odio y la violencia”, pero el lema no es un lema del movimiento islamista palestina. Hamás nació en la década de 1980 y el eslogan tiene cerca de un siglo. La embajadora israelí, que ha sido llamada a consultas en protesta por el reconocimiento de Palestina, la considera también “una proclama antisemita” que “no puede tener cabida en una sociedad democrática, y es absolutamente intolerable que hayan sido pronunciadas por una vicepresidenta del Gobierno”.

Los intentos de criminalizar la frase han tenido recorridos dispares hasta ahora. En Reino Unido, la ex ministra del Interior Suella Braverman intentó calificarla de incitación al odio. En octubre un tribunal holandés dictaminó que el cántico estaba protegido por la libertad de expresión. El pasado abril la Cámara de Representantes de Estados Unidos catalogó como antisemita el cántico, con una mayoría de 377 contra 44, a pesar de declaraciones como la de Jerusalén sobre el Antisemitismo lo descarta.

¿Cuál es el origen del lema?

A juicio de la historiadora Maha Nassar, profesora de estudios de Oriente Próximo de la universidad de Arizona, el eslogan alude a “los vínculos y raíces con los que se han identificado generaciones de palestinos”, tanto en el interior de Israel, los territorios palestinos y la diáspora. “La idea de Palestina no es abstracta, sino que está profundamente arraigada a ubicaciones geográficas muy específicas. Y esas ubicaciones geográficas abarcan toda la Palestina histórica. Se extienden por todas partes, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Esta realidad vivida, íntima y personal que tienen los palestinos, y los vínculos que tienen con su tierra, la raíz del canto es realmente decir no a los esquemas de partición colonial que niegan a los palestinos las conexiones con su patria”, señala la académica.

Cabe señalar que el plan de partición de la ONU es anterior a la creación del Estado de Israel en 1948. Consistía en dividir el territorio en un Estado judío -que ocuparía el 62% del antiguo mandato británico- y un Estado palestino, una idea rechazada por los líderes árabes. La Organización para la Liberación de Palestina de Yaser Arafat, creada en El Cairo en 1964, reafirmó ese lema al reivindicar la creación de un Estado único y secular que se extendiera desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo para abarcar sus territorios históricos y en el que judíos, musulmanes y cristianos pudieran vivir en igualdad de derechos. Desde 1989 la OLP reconoció oficialmente a Israel y ancló su estrategia en la solución de los dos Estados. La realidad sobre el terreno -con sucesivas oleadas de violencia y la ampliación de Israel a través de asentamientos ilegales en Cisjordania- ha alimentado el escepticismo sobre esta solución.

¿Es una frase antisemita que busca la eliminación de Israel?

Es lo que sostiene el movimiento sionista y algunas comunidades judías, que hace unas semanas denunció públicamente que el Museo Reina Sofía hubiera elegido la frase para nombrar una serie de actos en solidaridad con Palestina a pesar de que la pinacoteca aclaraba que no era una grito para la eliminación de Israel sino “ungrito al cese de la guerra y el genocidio en la región”.

La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) criticó en un comunicado el título porque, a su juicio, “valida la causa de las organizaciones consideradas terroristas por la Unión Europea como son Hamás, Yihad Islámica y el Frente Nacional de Liberación para Palestina (FPLP)”. En la misma línea, el Congreso Judío Mundial aseguró que “la frase 'Del río al mar' no es una mera provocación, como quieren hacer creer los administradores del Museo Reina Sofía. El lema político, utilizado por el grupo terrorista Hamás y otros, se refiere específicamente a la zona comprendida entre el río Jordán y el Mediterráneo y representa un llamamiento a la aniquilación del Estado judío”. El Museo terminó cediendo a la presión y modificó el título del ciclo.

No es antisemita apoyar acuerdos que concedan plena igualdad a todos los habitantes 'entre el río y el mar', ya sea en dos Estados, en un Estado binacional, en un Estado democrático unitario, en un Estado federal o en cualquier otra forma

Declaración de Jerusalén sobre el Antisemitismo, 2021

El significado es más complejo que el que ciertos grupos judíos y sionistas señalan. Para los palestinos -con una pluralidad política que, al igual que el lado israelí, no permite los maquineísmos- tiene significados diversos como la necesidad de igualdad entre los habitantes de la Palestina histórica frente a lo que consideran un proyecto colonial basado en la supremacia judía o el recuerdo de su tierra nativa y los sucesivos éxodos que padecieron. La frase ni siquiera es únicamente usada por los palestinos.  El manifiesto de fundación del Likud, el partido del actual primer ministro Benjamin Netanyahu, establece que “entre el mar y el Jordán sólo habrá soberanía israelí”.

En 2021 más de 200 académicos de diversos campos rubricaron la Declaración de Jerusalén sobre el Antisemitismo en la que se negaba que la frase fuera antisemita. “No es antisemita criticar u oponerse al sionismo como forma de nacionalismo, o defender una variedad de acuerdos constitucionales para judíos y palestinos en la zona comprendida entre el río Jordán y el Mediterráneo. No es antisemita apoyar acuerdos que concedan plena igualdad a todos los habitantes 'entre el río y el mar', ya sea en dos Estados, en un Estado binacional, en un Estado democrático unitario, en un Estado federal o en cualquier otra forma”.

¿Existe alguna alternativa a la solución de los dos Estados?

La hay y la han voceado durante décadas sectores de ambos lados del conflicto, tanto palestinos como israelíes. Frente a la realidad actual de un Estado que se declara judío y donde los palestinos denuncian “una situación de apartheid” y discriminación constante, observadores del conflicto han defendido otras formas de coexistencia entre judíos, cristianos y musulmanes como un Estado confederal o un único Estado democrático en el que la religión no determine los derechos y en la que todos sean ciudadanos iguales, independientemente de su raza, color o credo.

“No es muy fácil, pero no veo otra solución que la de un solo Estado. Llevamos 55 años viviendo en un solo Estado. Recordémoslo. No es que tengamos que crear algo. El único problema es el régimen de este Estado, que no es una democracia”, señaló a este diario el periodista israelí Gideon Levy, un columnista de referencia de Haaretz.