Han hecho de la desobediencia civil su arma. Primero la probaron en las trincheras de la lucha medioambiental, en la nueva ola de ecologismo que representaron organizaciones como Just Stop Oil, a golpe de campañas virales y disrruptivas. Y ahora la aplican a la causa palestina, cuando la operación militar israelí va camino de los 20 meses y el dolor de la Franja de Gaza -sumida en el hambre y la destrucción- empieza tímidamente a remover las conciencias de los gobiernos occidentales.
David Currey, oriundo de Manchester y de 22 años, llevó el sábado su lucha hasta la final de Eurovisión en Basilea. Se quedó a un palmo del escenario cuando actuaba Yuval Raphael, la cantante israelí a la que el televoto aupó a la segunda posición. “Israel es un Estado genocida”, afirma sin medias tintas Currey en conversación con El Independiente. “Así que cuando vimos que se les daba una plataforma en el mayor concurso de canciones del mundo, sentimos que teníamos que ir allí e intentar interrumpirlo”.
"Israel debe ser expulsado"
En su misión le acompañó Meaghan Leon, una londinense de 27 años. "No puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo Europa celebra una fiesta con la presencia del Estado genocida de Israel, especialmente después de que Rusia fuera expulsada por su agresión contra el pueblo ucraniano. ¿Acaso los palestinos no merecen el mismo respeto?", se interrogó.
La actuación de Raphael transcurrió entre fuertes medidas de seguridad, protestas en la ciudad suiza y una audiencia polarizada. Para Currey y sus compañeros del grupo Youth Demand, la organización que firmó la acción, la participación de Israel desafía el sistema de valores europeos. “Por supuesto que Israel debería ser expulsado de Eurovisión, al igual que Rusia en 2022. Su presencia allí legitima el genocidio que está cometiendo en Gaza. Para mí, no hay debate”, desliza. “Legitima a un Estado que ha bloqueado Gaza, impidiendo la entrada de alimentos, agua, electricidad y ayuda médica esencial durante más de dos meses y medio, dejando a casi dos millones de palestinos al borde de la inanición”, agrega.
La demanda, en manos de Eurovisión
“Darle una plataforma a un Estado genocida de esta manera destruye todos y cada uno de los valores europeos que tenemos”, apunta el joven. Durante el intento de irrupción en el escenario, que finalmente fue frustrado por el personal de seguridad del festival, un miembro del equipo técnico de Eurovisión fue salpicado por pintura. Tras la acción abortada, Currey y otros fueron detenidos brevemente por la policía suiza.
“Tras sufrir la violencia tanto de las fuerzas de seguridad como del equipo técnico de Eurovisión, nos escoltaron fuera del recinto y nos entregaron a la policía”, recuerda. “Nos retuvieron durante aproximadamente una hora antes de expulsarnos de la zona. Me dejaron en medio de Suiza sin teléfono, pero conseguí volver sano y salvo”. Los cargos están aún en el aire. “Nos han dicho que depende de Eurovisión presentar cargos o no, así que tendremos que esperar a ver qué pasa”.
Currey forma parte de una organización juvenil que surgió de antiguos activistas de Just Stop Oil, el movimiento ambientalista del Reino Unido que trata de poner la crisis climática y su urgencia en el debate público mediante la desobediencia civil no violenta. “Nos impulsó la rabia de ver el genocidio del pueblo palestino. Pero, en última instancia, estas cuestiones están interrelacionadas”, explica a propósito de un camino que han recorrido otros activistas como la sueca Greta Thunberg. “La crisis climática y el genocidio en Palestina son solo síntomas del mismo sistema político y económico quebrado, en el que las mismas empresas que están incendiando el sur global se benefician del genocidio del pueblo palestino”.
Desde el 7 de octubre, más de 17 000 niños han sido asesinados a manos de Israel. Eso es más que el aforo del estadio donde se celebró Eurovisión este año
Para Currey, la conexión es tan evidente como perturbadora: “Israel emitió más emisiones de carbono en sus primeros 60 días de bombardeos sobre Gaza que los 20 países más vulnerables al cambio climático en un año. Tenemos que vincular estas causas si queremos enfrentarnos al sistema de forma significativa”.
Youth Demand articula su protesta en torno a dos exigencias principales al Gobierno del Reino Unido: un embargo comercial total contra Israel y un impuesto especial a las élites económicas británicas para costear los daños climáticos causados al sur global. “No somos violentos, pero estamos decididos”, aclara. “Nuestra campaña es de desobediencia civil no violenta. Hemos estado en marchas semanales, promovido boicots, contactado con diputados. Pero está claro que esto no ha funcionado, a pesar de que la mayoría de la población británica está en contra de armar a Israel”.
En un contexto de aislamiento creciente y protestas globales por la ofensiva israelí en Gaza, las acciones de grupos como Youth Demand sirven para llamar la atención internacional. La protesta durante Eurovisión, admite Currey, es parte de una escalada estratégica. “Tenemos que intensificar nuestras acciones, dar un paso adelante hacia la desobediencia civil, y esta acción era solo una parte de ello”.
"Israel es un Estado genocida"
Currey encarna una nueva generación de activistas que ya no se conforma con pancartas ni hashtags. “Seamos claros: Israel es un Estado colonialista y lo ha sido desde el principio, pero este Gobierno israelí en particular es claramente genocida”, sentencia quien considera insuficiente la decisión del Gobierno laborista británico de convocar a la embajada israelí y congelar las negociaciones para un nuevo tratado comercial. “La medida tomada hoy por el ministro de Asuntos Exteriores británico es simplemente insuficiente y llega demasiado tarde. Durante los últimos 18 meses, hemos estado armando activamente a Israel mientras llevaba a cabo su genocidio en Gaza. Debemos seguir el ejemplo del Gobierno español y decretar un embargo comercial total a Israel”.
En su voz resuena el dolor de Gaza, el agotamiento ante la inacción institucional y una urgente necesidad de ruptura. “No vamos a parar. No hasta que se escuche el clamor del pueblo palestino y se detenga esta maquinaria de muerte. Si Europa quiere hablar de valores, que empiece por defender la vida”. “Desde el 7 de octubre, más de 17 000 niños han sido asesinados a manos de Israel. Eso es más que el aforo del estadio donde se celebró Eurovisión este año. La solución comenzará cuando Israel deje de bombardear Gaza. Y para lograrlo, debemos ejercer presión internacional sobre ellos, dejar de suministrarles armas e imponer sanciones exhaustivas al Estado.”, advierte el joven.
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