A la prensa marroquí también le ha sorprendido el cierre unilateral de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla por parte del régimen alauí aunque, en su caso, subrayan la escasa actividad que han tenido en estos seis meses de apertura que tildan de "experimental" y lejos de cualquier rastro de normalidad con la que trata de vender y justificar ahora la clausura el ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares.
"A pesar del simbólico retorno de los intercambios, el equilibrio de poder sigue siendo claro: Marruecos controla el ritmo y el perímetro de los flujos comerciales, imponiendo sus condiciones a una España que aún se encuentra en fase de reconstrucción diplomática", señala tajante el diario marroquí Al Bayane. "Y si Ceuta sueña con un verdadero puente económico con su vecino del sur, la realidad sobre el terreno recuerda que la normalización sigue siendo parcial, lenta y bajo estrecha vigilancia", agrega sin medias tintas.
El rotativo destaca la poca actividad que se ha registrado estos meses desde la reapertura de la aduana de Melilla, cerrada unilateralmente por Marruecos a partir de 2018. "Para Madrid, esta iniciativa se inscribe en una voluntad más amplia de reconciliar las relaciones bilaterales con Rabat, deterioradas en los últimos años, especialmente tras el cierre unilateral de las aduanas de Melilla por parte de Marruecos en 2018, en un contexto de tensión diplomática en torno al conflicto del Sáhara Marroquí", apunta el diario en referencia al Sáhara Occidental, la ex colonia española ocupada por Rabat desde 1975 y pendiente de descolonización, según la ONU.
En esa línea, el digital marroquí Ledesk subraya que el cierre "se inscribe en la incertidumbre que aún predomina en la relación entre ambos reinos" y asegura que el sentir entre los empresarios españoles es que la normalización económico es aún una utopía en mita del uso marroquí del comercio como una herramienta de presión política y diplomática.
Otras cabeceras marroquíes recalcan que "a pesar de las garantías gubernamentales, varios actores económicos de Ceuta y Melilla aún consideran que el comercio con Marruecos sigue siendo limitado y marginal, y exigen aclaraciones oficiales y garantías más estables en lo que respecta al cruce de frontera". E insisten en la versión oficiosa de Rabat, vinculada a la operación "Marhaba 2025" o Paso del Estrecho, "para priorizar el flujo de viajeros desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre".
Para el digital Beladi News, por ejemplo, el cierre conlleva un mensaje político y soberano: “no es solo una medida administrativa, sino un recordatorio de que el tema de Ceuta y Melilla no está cerrado”, en la larga reivindicación de las ciudades autónomas que Rabat califica de "presidios pendientes de ser recuperados". Ni siquiera el histórico cambio de posición en el contencioso del Sáhara Occidental ha aplacado esas reclamaciones.
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