El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, ha sido contundente a la hora de evaluar la condena al expresidente colombiano Álvaro Rubio, un mandatario muy mimado por las Administraciones estadounidenses, sobre todo por las republicanas. "El único crimen del expresidente Uribe ha sido defender incansablemente a su nación. La instrumentalización de los tribunales por jueces radicales sienta ahora un preocupante precedente", escribió Rubio tras conocer que Uribe se había convertido en el primer expresidente condenado por soborno de testigos y fraude procesal. ¿Hasta dónde llevará la Administración de Donald Trump su defensa de Uribe, a quien George W. Bush otorgó n 2009 la Medalla de la Libertad, la máxima distinción para un civil en EEUU?

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Las palabras de Marco Rubio han causado un gran impacto en el Palacio de Nariño. De inmediato, ha reaccionado el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en las antípodas ideológicas de Uribe, quien ha acusado al secretario de Estado de EEUU de injerencia. "Una intromisión en asuntos judiciales de otro país, (sic) es una intromisión a la soberanía nacional. El mundo debe respetar los jueces de Colombia, muchos y muchas han caído asesinados, por ayudar al mundo...", ha señalado Petro en su cuenta de X.

La precandidata de Centro Democrático, María Fernanda Cabal, ha reprochado a Petro por su "cinismo", ya que el presidente colombiano no ha tenido problemas en opinar sobre asuntos internos de otros países de la región. "Usted vive metiendo sus narices en los asuntos del Ecuador, de Bolivia, del Perú, del Salvador, de Guatemala, de la Argentina y ¿ahora señala a EEUU por violar la soberanía? El cinismo de ustedes que fueron premiados con impunidad no tiene límite", ha dicho la senadora.

Horas más tarde, el presidente Petro, el primero de izquierdas en Colombia, se ha hecho eco de un comunicado de la embajada de Colombia en Estados Unidos. "El Estado colombiano se fundamenta en una separación de poderes firme y categórica. El poder judicial actúa con plena autonomía e independencia, principios consagrados en nuestra Constitución y activamente defendidos por el gobierno del presidente Gustavo Petro", puede leerse en el texto. "Como nación soberana, esta Embajada reitera su plena confianza en la integridad e independencia del sistema judicial colombiano y en su capacidad de asegurar el debido proceso en todas las instancias", agrega el comunicado.

Un caso que se remonta a 2012

Como señala el comunicado, Uribe puede apelar y su equipo jurídico lo hará. La condena se dará a conocer el 1 de agosto pero la juez ya anunció que sería de más de cuatro años y menos de ocho. El expresidente, de 73 años, no tendría que ir a la cárcel: podría cumplirla en su domicilio.

Uribe fue quien en 2012 demandó ante la Corte Suprema de Justicia por supuesta manipulación de testigos al congresista de izquierda Iván Cepeda. En esa época Cepeda preparaba una denuncia en el Senado en contra de Uribe por sus supuestos vínculos con los paramilitares. Sin embargo, el magistrado José Luis Barceló, que recibió la demanda, decidió no investigar a Cepeda y sí a Uribe por presunta manipulación de testigos.

En el proceso fue clave Diego Cadena, un oscuro abogado, que también responde en juicio, por haber sido la persona que visitó a exparamilitares en varias cárceles para ofrecerles beneficios a cambio de que cambiaran sus testimonios sobre Uribe o involucraran a Cepeda en la supuesta compra de testigos. Pese a que la defensa argumentó que Cadena actuó por su cuenta, la jueza consideró probado que lo hizo instigado por Uribe, a quien señaló como "determinador".

Legisladores estadounidenses con Uribe

El senador Bernie Moreno, de origen colombiano, ha comparado la situación con el deterioro institucional de Venezuela: "Colombia se acerca un paso más a la ilegitimidad. Ya hemos visto esta película en Venezuela".

Para el congresista Mario Díaz-Balart, Uribe ha sido víctima de una auténtica "cacería de brujas". Ha calificado el juicio como una farsa y ha denunciado "la violación del Estado de derecho a manos de las fuerzas de extrema izquierda que controlan a Gustavo Petro".

La congresista María Elvira Salazar dijo que se había consumado "una infamia" en Colombia con la condena a Uribe. Según Salazar, Uribe es perseguido por oponerse a la izquierda radical, que quiere "convertir Colombia en otra Venezuela". El congresista Carlos Giménez, de Florida, ha aludido al castrochavismo de Petro. Uribe tiene una calle a su nombre en el condado de Miami-Dade y otra en la ciudad de Hialeah, en el sur de Florida.

Relaciones bajo mínimos

Hace pocas semanas, Estados Unidos llamó a consultas urgentes a su encargado de negocios en Bogotá, John McNamara, en protesta por declaraciones del presidente Petro en las que acusó a Rubio de ser parte de un complot internacional para derrocarlo.

En enero, y luego de que el mandatario colombiano suspendió el ingreso de aviones de Estados Unidos con deportados, Trump suspendió la entrega de visas a colombianos, amenazó con sanciones, y ordenó otra serie de medidas en retaliación, según recuerda El Tiempo de Bogotá.

La cuestión de las visas preocupa mucho a Petro y su entorno. Un castigo como el aplicado por la Administración Trump al juez Alexandre de Moraes, que lleva el caso del expresidente Bolsonaro en Brasil, sería una pesadilla para el presidente colombiano y sus acólitos, según fuentes del uribismo.

La tensión es máxima entre Bogotá y Washington pero como, como apunta en El Tiempo el ex embajador de EEUU en Colombia Kevin Whitaker, "el expresidente Uribe tiene aliados muy importantes en Washington, pero no tuvo una relación con Trump como la tuvo Bolsonaro. Y, como sabemos, con Trump todo es personal".

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