La Reserva Federal estadounidense ha decidido mantener los tipos de interés por quinta vez consecutiva este miércoles, pese a los ataques del presidente del país, Donald Trump, para que los bajasen. Tal y como estaba previsto, pese a la fuerte polémica, los tipos continuarán en el rango del 4,25 al 4,5% al menos hasta la próxima reunión, lo que supone dejarlos en el mismo nivel desde diciembre y tras varios recortes a lo largo de la segunda mitad de 2024.
Muestra de esa controversia es el hecho de que por primera vez desde 1993, dos miembros de la Fed se han opuesto a la decisión: el gobernador Christopher J. Wallter y la vicepresidenta Michelle W. Bowman han apoyado una bajada de tipos de un cuarto de punto porcentual. Pero el presidente de la Reserva Federal, Jerome H. Powell, no ha cedido a las presiones y tampoco ha respondido a la prensa cuando le han preguntado sobre un posible recorte de tipos en septiembre, asegurando que la Fed no ha tomado una decisión.
El presidente ha recalcado que serán los datos económicos los que determinarán qué hacer en los próximos meses. De hecho, para llegar a esta decisión, la Fed ha tenido en cuenta los nuevos aranceles de Trump, que entrarán en vigor en agosto y que previsiblemente provocarán subidas de precios en Estados Unidos, pero también el ritmo actual de la inflación, que en junio subió un 2,7%, aún lejos del objetivo del 2%.
"'Tardón' ¡HAY QUE BAJAR LOS TIPOS YA! ¡No hay inflación! ¡Dejen que la gente compre y refinancie la compra de sus casas!", ha dicho Trump este miércoles en Truth Social, tras conocerse el dato de PIB del segundo trimestre, que creció un 3%. En el anterior trimestre, el PIB cayó un 0,5%, lo que supuso el primer dato negativo en tres años.
El presidente ha insistido en diferentes ocasiones, incluso recurriendo al insulto, que la Fed debería bajar los tipos para que así los estadounidenses aprecien las bajadas de precios que él prometió, y especialmente durante las últimas semanas ha redoblado esos ataques, asegurando que bajo su mando la economía de EEUU va "mejor que nunca".
El descontento de Trump con Powell la semana pasada alcanzó su cenit: el líder americano llevó la carta de despido del presidente de la Fed a una reunión con congresistas. Luego dijo que no pensaba hacerlo, pero sí reconoció que había debatido sobre el tema con los representantes. El mandato de Powell no expira hasta mayo del próximo año.
"Buscamos el momento correcto"
Presionado por las preguntas de la prensa sobre la independencia de la institución y los ataques del presidente Trump, Powell se ha limitado a asegurar que el banco central "ha servido al público bien" y que tan solo tratan de buscar "el momento correcto". Según sus declaraciones, ambas opciones tienen "riesgos" y el supervisor necesitará mirar a la "totalidad de los datos" para decidir qué hacer.
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