La cola para entrar este jueves en el Museo del Levantamiento de Varsovia es kilométrica. Hay muchos turistas pero también ciudadanos polacos que quieren celebrar el aniversario de la sublevación de la capital polaca contra los nazis, el 1 de agosto de 1944. Desde Wałbrzych, a 436 kilómetros de Varsovia, han llegado Maximilian, Niko y Maciej, tres scouts que saben bien el papel que desempeñaron los szare szeregi (escuadrones grises, el nombre cifrado de la organización escultista en la Segunda Guerra Mundial). "Los szare szeregi son un modelo de patriotismo y de coraje. Para nosotros son unos héroes", explica Maximilian, de 14 años. Su hermano Niko, dos años menor, y su amigo y coetáneo Maciej asienten.

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Los szare szeregi se crearon en septiembre de 1939 en la clandestinidad. El nombre proviene de una división asentada en Poznań, que solía distribuir panfletos y propaganda por Polonia, Lituania, Estonia y Letonia bajo la firma SS, como el Schutzstaffel nazi. Así creaba confusión a los alemanes. "En Varsovia, durante el Levantamiento, distribuían el correo, pasaban las órdenes, y también luchaban", indica Maximilian.

Esta sublevación del pueblo de Varsovia, que comenzó a las 17 horas del 1 de agosto de 1944 con el tronar de las sirenas de la ciudad, se celebra con homenajes a los insurgentes. A la hora W (por Warszawa) toda Polonia se para en recuerdo a los asesinados por los nazis. El Alzamiento duró 63 días y fue el mayor acto de resistencia civil frente a los nazis en toda la Europa ocupada.

Los 'szare szeregi' son un modelo de patriotismo y de coraje. Para nosotros son unos héroes"

MAXIMILIAN, SCOUT, 14 AÑOS

Entre los sublevados, había gran número de mujeres como Wanda Traczyk-Stawska, una de las supervivientes que formó parte de los escuadrones grises. Wanda Traczyk-Stawska ha estado muy involucrada en que perviva la memoria de los insurgentes.

"Hoy en día hemos de seguir su ejemplo porque hicieron algo grande. Si no hubiera sido por ellos, hoy no estaríamos aquí. Polonia no existiría", dice Maciej, de 14 años, quien está empezando a estudiar español y muestra curiosidad por la vida en nuestro país. Niko, el más pequeño, apunta que los szare szeregi quisieron vencer al invasor. "Eran muy valientes".

El principio rector del programa de los escuadrones grises era la lucha contra el enemigo, junto con el boicot a todo lo relacionado con el ocupante, el fortalecimiento de los ánimos y la lucha contra el miedo. Su lema se condensaba en "hoy, mañana, pasado mañana", es decir: hoy, trabajo clandestino, educación; mañana, acción armada, entrenamiento militar; pasado mañana, preparación para reconstruir Polonia.

No queda tan lejos el ejemplo de los escultistas en la Segunda Guerra Mundial. Polonia comparte frontera con Ucrania, que lucha contra el invasor ruso desde el 24 de febrero de 2022. Para Maximilian, "los ucranianos son como los szare szeregi porque se enfrentan al invasor y luchan por su país. Quieren una Ucrania independiente y por eso luchan y no huyen". Y apunta que en aquel tiempo Polonia tampoco era tan fuerte como la Alemania nazi, como Ucrania frente a Rusia.

A Niko, el más pequeño del grupo, eso le despierta admiración: "Rusia tiene más soldados y es más fuerte pero aún así los ucranianos no ceden y luchan por su país".

Rudy, Zośka y Alek, referentes

Maximilian, Niko y Maciej conocen bien quiénes eran Rudy, Zośka y Alek, tres szare szeregi gracias a Kamienie na szaniec (Piedras para la muralla), obra de Aleksander Kamiński, uno de los líderes ideológicos de los escuadrones grises. El nombre del libro alude a un fragmento del poema Mi Testamento de Juliusz Słowacki. "Pero os suplico: que los vivos no pierdan la esperanza / y lleven la antorcha de la educación ante la nación; / y cuando sea necesario, vayan a la muerte uno a uno, / como piedras arrojadas por Dios para la muralla". Se basa en un breve relato de  de Tadeusz Zawadzki, Zośka, sobre la llamada Operación Arsenal, cuyo objetivo era la liberación de Rudy (Jan Bytnar, brillante matemático y cabecilla de los escuadrones grises), en manos de la Gestapo.

Zośka y Alek deciden liberar a su amigo de un furgón policial que viaja entre Pawiak y la sede de la Gestapo en la calle Szucha. El oficial al mando era el subteniente del Ejército Nacional, Stefan Orsza (Stanisław Broniewski), jefe de exploradores y, más tarde, jefe de los escuadrones grises.

La liberación de Rudy y otros 25 prisioneros de los alemanes fue una de las acciones más espectaculares contra los ocupantes en Varsovia. El chico, brutalmente golpeado, murió cuatro días después, con su amigo Zośka a su lado. Alek murió el mismo día, abatido a tiros durante la operación. En 2014 se estrenó una película de Robert Gliński basa en el libro de Kamiński, un clásico de la literatura bélica polaca.

"Alek, Rudy y Zośka conocidos para nosotros. Hemos leído Kamienie na szaniec. Ellos son nuestros héroes. Luchaban para que hoy estemos aquí y vivamos en una Polonia libre", apunta Maciej. 

Alek, Rudy y Zośka son nuestros héroes Luchaban para que hoy estemos aquí y vivamos en una Polonia libre"

MACIEJ, SCOUT

Los tres se van a unir a miles de scouts, con gran número de niñas y jovencitas también, que participan esta semana en los actos sobre el 81º aniversario del Levantamiento. Niko nos cuenta que ya se han encontrado con los combatientes en un acto que tuvo lugar el miércoles y también van a recorrer Varsovia siguiendo la senda de los combatientes.

Son actividades de la Jamboree Scout que organiza el Museo del Levantamiento con el lema "sus caminos, nuestros caminos". "Sus caminos representa las decisiones, acciones e ideales de la generación de insurgentes. Nuestros Caminos representa la vida contemporánea de los jóvenes que abrazan estos valores y los llevan al presente", puede leerse en la web del museo.

Este jueves, en el Llamamiento a los Caídos, una ceremonia solemne de homenaje a los insurgentes, el presidente Andrzej Duda, que termina su mandato el 6 de agosto, ha evocado el ejemplo que representan los combatientes, ya que "educan a las nuevas generaciones en valores". El alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski, ha señalado que en un mundo que parece haberse vuelto loco, "los sublevados nos dan un rumbo".

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