"Como dijo David Grossman en una entrevista con La Repubblica, y cito: 'Durante años me negué a utilizar el término genocidio, pero ahora, después de las imágenes que he visto y después de hablar con personas que estuvieron allí, ya no puedo evitarlo'". Son las palabras textuales que el diputado israelí Ofer Cassif ha pronunciado desde la tribuna del Knesset (Parlamento israelí) y que le han costado su expulsión inmediata.

La cita, que tilda de "genocidio" la operación militar israelí que desde el 7 de octubre de 2023 ha asesinado a más de 60.000 palestinos en la Franja de Gaza y ha devastado el enclave, causó a última hora de este lunes un enorme revuelo entre los diputados presentes en la sesión del Parlamento israelí.

De hecho, Cassif, de la lista Hadash-Ta'al que une a comunistas judíos y árabes, fue expulsado por las fuerzas de seguridad del estrado del Knesset tras pronunciar las citadas palabras. La sesión estaba presidida en ese momento por el diputado del Likud Nissim Vaturi, quien intervino: «Eso no es una cita, es inventado», y exigió que se expulsara a Cassif del estrado. La diputada del Likud Tally Gotliv, encolerizada y corriendo por el hemiciclo, gritó: "¡No dirá «genocidio» aquí!".

En su cuenta de X, Cassif agregó: "Incluso a los escritores críticos ya no se les permite ser citados en el parlamento de la única democracia de Oriente Medio. Parafraseando a Heine: allí donde está prohibido citar a autores, con el tiempo los opositores al régimen también serán prohibidos".

En una entrevista con El Independiente el año pasado Cassif reconoció "sentirse avergonzado de que el gobierno de mi país se dedique a hechos tan terribles". "Netanyahu es un psicópata. Nunca dimitirá. La única manera de deshacerse de él políticamente es mediante una desobediencia civil interna", denunció.

Ofer Cassif se reconoce una “rara avis” en la cada vez más estrecha escena política israelí. Así lo avalan sus credenciales: judío y comunista enrolado en el partido de izquierdas Hadash-Ta'al, de mayoría árabe. “Me identifico más con ser disidente. El legado más importante del judaísmo es ser disidente”, respondió entonces en la entrevista con este diario. Tras un lustro como diputado en el Knesset, acababa de superar uno de sus envites más complicados: el intento del ala más extremista del Parlamento de expulsar por apoyar públicamente el caso de genocidio contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Se libró del trance por poco. 85 de los 120 miembros de la Knesset respaldaron la moción para expulsarle, cinco votos por debajo de la supermayoría de 90 escaños necesaria. A contracorriente, Cassif (Rishon LeZion, 1964) defiende su posición. “Si se conoce un poco el Antiguo Testamento, se puede entender que los profetas, especialmente Jeremías, eran en realidad disidentes. Lo que los caracterizaba era su firme postura contra los reyes y los gobernantes. Lo digo como ateo, pero creo que la cultura de los disidentes, de la objeción en nombre de la justicia es muy fuerte en la tradición judía. En ese sentido soy totalmente judío”, arguyó.