Richard (Dick) Cheney está considerado como el vicepresidente más poderoso de la Historia de Estados Unidos, en realidad un copresidente. Ocupó este cargo en los dos mandatos de George W. Bush, entre 2001 y 2009, y en esa época fue el artífice de la guerra contra el terror después de los atentados del 11 de Septiembre. Anteriormente había sido secretario de Defensa con su padre, George H.W. Bush. Según un comunicado de su familia, falleció el lunes por la complicación de una neumonía y enfermedades cardíacas y vasculares.
Nacido en Lincoln, Nebraska, en 1941, Cheney tenía una débil salud de hierro. Padeció del corazón durante años. Sufrió cinco infartos entre 1978 y 2010 y llevaba un dispositivo para regular sus latidos cardíacos desde 2001. Nada de eso le impidió desarrollar su extensa carrera pública. Ni siquira ejercer como un vicepresidente con mucho poder. En 2012, tres años después de jubilarse, se sometió a trasplante de corazón con éxito.
Según indica Robert D. McFadden en The New York Times, "Cheney fue artífice y ejecutor de las principales iniciativas del presidente Bush: desplegar el poder militar para promover la causa de la democracia en el extranjero, defender los recortes fiscales y una economía sólida en el país, y reforzar los poderes de una presidencia que, en opinión de ambos, había sido injustificadamente restringida por el Congreso y los tribunales tras la guerra de Vietnam y el escándalo Watergate".
Tuvo gran capacidad de maniobra en política internacional y nacional, tanto con Bush padre como con Bush hijo. Como secretario de Defensa de George H.W. Bush, ayudó a planear la guerra del Golfo que expulsó con éxito a los invasores iraquíes de Kuwait en 1991.
Durante los dos mandatos presidenciales del demócrata Bill Clinton, Cheney presidió Halliburton, una empresa de servicios petroleros incluida en la lista Fortune 500, como presidente y director ejecutivo.
El 'Darth Vader' de la Casa Blanca
Luego asumió un papel de liderazgo una década más tarde en la respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 como vicepresidente de Bush hijo. Abogó por políticas agresivas que incluían la vigilancia sin orden judicial, la detención indefinida y tácticas de interrogatorio brutales. Además, impulsó la invasión de Irak para derrocar a Sadam Husein en 2003, que desembocó en una sangría durante largos años.
Cheney y sus principales colaboradores trabajaron en estricto secreto para eludir o reinterpretar las prohibiciones legales contra la tortura, el espionaje interno y el encarcelamiento clandestino sin cargos. En 2008 Cheney afirmó que habría sido "poco ético o inmoral por nuestra parte no hacer todo lo posible para proteger a la nación". Creía firmemente que era la forma de evitar que ocurriera otro 11-S.
Muchos en Washington venían a Dick Cheney como a quien manejaba realmente los hilos en la Casa Blanca con Bush hijo. Le llamaban el Darth Vader de la Casa Blanca. Tan fuertes eran las críticas que Cheney llegó a ofrecer no acompañar a Bush como candidato a vicepresidente en su segundo mandato pero finalmente prefirió llevarle consigo.
Trump, "la mayor amenaza a la democracia"
Dick Cheney era un republicano de los que quedan pocos. Con agallas para plantarse ante Donald Trump, a quien apoyó en 2016. En un anuncio de televisión en la campaña de su hija Liz, en agosto de 2022, su crítica a Trump fue implacable. "En los 246 años de historia de nuestra nación nunca ha habido una persona que haya supuesto una amenaza mayor para nuestra república que Donald Trump. Intentó robar las últimas elecciones, utilizando mentiras y violencia para mantenerse en el poder después de que los votantes lo rechazaran. Es un cobarde".
Liz Cheney, que había votado a favor de la destitución de Trump por promover el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, perdió su escaño en las primarias republicanas de ese mes, cayendo ante un oponente apoyado por Trump.
En las elecciones de 2024, de las que este martes se cumple un año, Dick Cheney anunció que votaría por la demócrata Kamala Harris. "Tenemos el deber de anteponer el país al partidismo para defender nuestra Constitución", dijo Cheney, quien consideraba a Trump como un peligro para la democracia. Del anuncio se hizo eco precisamente su hija Liz Cheney, quien también votó por Harris.
En sus últimos años se describió a sí mismo más de una vez como un vicepresidente "consecuente" que tomó medidas esenciales en el "negocio duro, cruel, sucio y desagradable" de proteger al país. Estaba convencido de que la historia le daría el crédito que creía merecer.
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