Jared Kushner (Livingston, New Jersey, 1981) ha tenido éxito en tres aspectos de su vida, según Michelle Goldberg, columnista de The New York Times: "Nació en la familia adecuada, se casó bien y aprendió a influir en su suegro". Su padre, Charles Kushner, encabezó un imperio inmobiliario valorado en 2.900 millones de dólares. Desde 2009 está casado con Ivanka Trump, la segunda hija de Donald Trump. Su suegro ha sido dos veces presidente de Estados Unidos y ha confiado en él primero para hacerle su asesor y ahora como pacificador-en-jefe.

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Junto a Steve Witkoff, también empresario del sector inmobiliario, forma el tándem que logró impulsar el alto el fuego en Gaza y ahora lidia con Putin. Witkoff es buen amigo de Trump desde hace décadas y también sintoniza con Kushner. De hecho, estuvo invitado a su boda con Ivanka, quien previamente se convirtió al judaísmo, en 2009.

Artífice de los Acuerdos de Abraham

Los dos son hombres de negocios, acostumbrados a tratar con gente diversa y a plantearse retos. Kushner conoce bien sobre todo Oriente Próximo, pero coincide con Trump en que no hay que ser especialista para conseguir acuerdos. Es mucho mejor saber tocar las teclas adecuadas.

Durante el primer mandato de Trump, Kushner fue el arquitecto clave de los Acuerdos de Abraham, un conjunto de acuerdos diplomáticos que normalizaron las relaciones entre Israel y Emiratos, Bahréin, Marruecos y Sudán, lo que le proporcionó una comprensión de las complejidades de la región y de los actores clave que operan en ella.

Su papel en la firma de la hoja de ruta para la paz en Gaza se explica por su vínculo con Israel y sus buenas relaciones con los mandatarios de Arabia Saudí y Qatar. Concibe la negociación en fases: lo primero es arrancar un sí inicial y de ahí empezar a perfilar los detalles.

Muy cercano al príncipe MBS

La empresa de capital riesgo de Kushner, Affinity Partners, fundada tras el primer mandato de Trump, se financia casi en su totalidad con inversores extranjeros, y ha recibido dinero de fondos públicos de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.

Uno de sus primeros inversores fue el fondo soberano saudí, gracias al interés del príncipe Mohamed bin Salman. Depositó 2.000 millones de dólares para dar impulso al proyecto. Kushner está detrás de la rehabilitación del príncipe saudí, a quien la CIA relacionó con la muerte del periodista crítico Jamal Kashoggi. Recientemente MBS ha sido recibido con todos los honores en la Casa Blanca.

"La experiencia que Steve y yo tenemos como hombres de negocios es que hay que entender a la gente. Tienes que ser capaz de sonsacar de ellos lo esencial, y luego ver quién crees que está jugando, y cuánto margen tienes para presionar", dijo Kushner, tras su éxito sobre Gaza. Aquello le permitió a Trump mostrarse ante el mundo como el gran pacificador. Elogió a Witkoff y a Kushner ante el Parlamento israelí.

Nieto de supervivientes del Holocausto

Kushner estudió en Harvard, gracias en gran parte a una millonaria donación de su progenitor. Sus padres conocía a los Clinton y fueron donantes demócratas hasta que sus relaciones familiares les llevaron a toparse con los Trump.

Sus abuelos paternos, Reichel y Joseph Kushner, fueron supervivientes del Holocausto y llegaron a EEUU en 1949 procedentes de Navahrudak, ahora en territorio bielorruso. Por ello Kushner siempre se ha sentido muy vinculado a Israel y fue especialmente emotivo para él poner su granito de arena en la última liberación de rehenes en manos de Hamás.

En 2005, cuando tenía 24 años tuvo que hacerse cargo del negocio familiar debido a que su padre se vio envuelto en un caso de fraude fiscal. Acabó declarándose culpable y cumplió 14 meses en una prisión de mínima seguridad en Alabama y 10 meses en una casa de transición en Nueva Jersey. Para vengarse de su cuñado, que había colaborado con la Justicia, le envió una prostituta y grabó el encuentro. La cinta se la envió a su hermana.

Jared Kushner ha logrado que Donald Trump considere a su padre digno representante diplomático de Estados Unidos en Francia, tras hacerse donante de su campaña. En agosto pasado Charles Kushner publicó una carta abierta en el Wall Street Journal al presidente, Emmanuel Macron, en la que expresaba su preocupación por el aumento del antisemitismo en Francia y reprochaba al presidente su anuncio del reconocimiento del Estado palestino. El Ministerio francés de Exteriores le convocó para pedirle explicaciones por esta interferencia en asuntos internos.

Asesor voluntario

En el primer mandato de Trump, Kushner y su esposa Ivanka eran asesores presidenciales. Kushner tuvo múltiples quehaceres pero destacó por su papel al impulsar los Acuerdos de Abraham. En este segundo mandato Ivanka anunció que tenía que dedicarse a sus hijos, y Kushner solo se ha dejado ver para ayudar con el acuerdo en Gaza y ahora sobre Ucrania. Trump cree que lo logrado en Gaza puede servir de modelo pero son dos casos muy diferentes. Jared Kushner lo sabe: en algo coinciden. En uno y otro lado se pueden hacer negocios.

Como tanto Witkoff como él son asesores voluntarios, no tienen que responder sobre conflictos de intereses. Es una gran ventaja. Por un lado, cuentan con el apoyo y el respeto del presidente, pero también Trump puede distanciarse si algo sale mal, más fácilmente que si se trata de un miembro de su Administración.

Al igual que Witkoff, también conoce a Kirill Dmitriev, el asesor de Putin que ha logrado ganarse su confianza gracias a que su esposa es amiga de una de sus hijas. Dmitriev, educado en las mejores universidades americanas y ejecutivo de consultoras como McKingsey, coincidió con Kushner en 2019 en Montreaux y allí departieron sobre Oriente Próximo. Como Putin les ha hecho esperar, como suele ser su costumbre, Dmitriev les ha entretenido con un paseo por Moscú y una comida en un restaurante en la Plaza del Teatro de la capital. Los tres saben que hay mucho en juego entre sus jefes y a ellos les puede tocar una parte del pastel.

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