Un escudo antimisiles que desde el espacio sea capaz de detener cualquier tipo de ataque a distancia a Estados Unidos, inspirado en la Cúpula de Hierro israelí pero dorado, el color predominante en todo el universo MAGA (Make America Great Again). Es la idea que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha lanzado este martes desde el Despacho Oval. Con la máxima convicción, el líder ha asegurado que es necesario "para la supervivencia del país", aunque no ha especificado quién ni cómo lo está atacando, ni qué falla en los sistemas actuales de defensa de su territorio.

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"Ahora mismo no hay ningún sistema", dijo ayer Trump a los periodistas. "Tenemos ciertas áreas de misiles y cierta defensa de misiles, pero no hay un sistema. Solo tenemos armas muy capaces que ojalá nunca tengamos que usar, pero esta es una liga diferente. Nunca ha habido nada así. Es algo que va a ser muy protector. De verdad, creo que puedes descansar tranquila porque nunca ha habido nada como esto. Nadie es capaz de construirlo".

Trump ya había mencionado que Estados Unidos necesita una Cúpula de Hierro desde su primer discurso ante el Congreso de este, su segundo mandato, el pasado mes de marzo. “Pido al Congreso que financie un escudo antimisiles de última generación para proteger nuestra patria”, dijo entonces, bautizándolo ya como “Cúpula Dorada” e insistiendo en que debía ser “hecho del todo en Estados Unidos”. En su opinión, si Israel lo tiene y otros países lo tienen, EEUU también debería tenerlo, aunque hay una pequeña diferencia: Israel tiene el tamaño de Nueva Jersey, y en todo el territorio estadounidense caben más de 500 Nuevas Jersey -es el cuarto estado más pequeño del país-.

Pero este martes la Cúpula Dorada ya no era una idea ni una promesa, sino que pasó a ser un plan, un proyecto que empezar a desplegar para conseguir construirlo antes de que termine el mandato del presidente, y en concreto en "menos de tres años". "Va a estar completamente operativo al final de mi mandato", dijo el presidente, añadiendo que el coste total será de 175.000 millones de dólares, unos 155.000 millones de euros al cambio actual. Según su anuncio, Canadá formará parte del proyecto, puesto que ya ha mostrado interés, y contribuirá a su financiación.

La piedra en el zapato del proyecto: la financiación

Porque la financiación es la principal complicación para que realmente vea la luz un proyecto como el que Trump ha presentado este martes, y que tiene su origen en la "Guerra de las Galaxias" del expresidente Ronald Reagan, quien en los años 80 ya trató de crear una red de satélites equipados con rayos láser que pretendían acabar con cualquier misil balístico de la URSS que tratase de atacar a EEUU. La tecnología para conseguirlo no estaba lista, pero la iniciativa logró que el entonces presidente soviético Mijaíl Gorbachov se sentase en la mesa de negociación, lo que a la postre condujo al final de la guerra de bloques.

Más de 40 años después, la tecnología para crear escudos antimisiles existe, pero el coste que tendría que cubra a todo Estados Unidos es probablemente inasumible, apuntan los críticos del proyecto. Aunque según el presidente la iniciativa "solo" costará 175.000 millones de dólares, un estudio preliminar del Congreso estadounidense apunta a que mínimo serán 500.000, una cantidad astronómica, aún más en un momento en el que los economistas advierten del volumen de la deuda y el déficit estadounidenses -Estados Unidos acaba de perder el último "sobresaliente" que le quedaba a su deuda pública, el de Moody's, el pasado viernes, precisamente porque tiene que hacer frente a una deuda de 36 billones de dólares (36 trillion estadounidenses)-.

¿Cómo pretende entonces pagar Trump el escudo antimisiles? Según él, no lo hará con más deuda, sino gracias a las inversiones que él conseguirá, como las que asegura haber logrado en su viaje de la semana pasada por Oriente Medio, cifras que han sido puestas en duda. La semana pasada, cuando Trump dijo que había conseguido más de dos billones de dólares (2 trillion, en inglés) en inversiones a lo largo del viaje, el diario Washington Post publicó que la mitad de esas inversiones ya habían sido anunciados antes de que el presidente llegase al cargo en enero.

"Presidente, cuando anunció la idea por primera vez, sus críticos dijeron que sería prohibitivamente caro, posiblemente ineficiente, y que podría impulsar una carrera armamentística en el espacio. ¿Qué dice a esos críticos", le preguntó un periodista en la rueda de prensa. "Ya lo he dicho, Canadá quiere formar parte, lo que supondrá una pequeña expansión, pero trabajaremos con ellos en el precio. Podemos permitírnoslo, ya sabes, en los últimos cuatro días en Oriente Medio conseguimos 5,1 billones de dólares. Y cuando piensas en ello, esto es una parte muy pequeña de eso [de esa cantidad], pero lo haremos todo aquí", ha dicho Trump.

"Prácticamente tenemos la financiación necesaria", ha dicho Trump cuando los periodistas le han insistido en la misma cuestión del presupuesto. El presidente pretende empezar a financiar su proyecto con 25.000 millones que ya están incluidos en su proyecto de presupuestos para el próximo año, y que aún tiene que pasar el filtro del Congreso del país. Aun si lo aprueba, a dicho ritmo al final de su mandato no se habría reunido el presupuesto suficiente para financiar todo el proyecto, apenas la mitad.

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