El nuevo hobby de verano de Donald Trump es renombrar equipos de fútbol, barcos de guerra y plazas para borrar la memoria de iconos LGTB o la lucha contra el racismo. El presidente presume a menudo de haber llegado al poder para devolver a EEUU el sentido común, y considera pertinente y en línea con esa promesa renombrar todo aquello que no le gusta, lo que incluye retroceder en el tiempo para recuperar nombres que de lugares que fueron modificados por considerarse ofensivos ante un determinado grupo minoritario.

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"Puedo deciros que el presidente está muy orgulloso de ser un presidente para todos los estadounidenses, sin importar su raza, religión o credo", aseguró hace unas semanas la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Sin embargo, esta semana Trump ha decidido amenazar a dos equipos de fútbol para que recuperen sus antiguas denominaciones, consideradas poco respetuosas con los indios americanos, asegurando que si no lo hacen intervendrá.

El primer caso fue el de la plaza de Washington DC Black Lives Matter, un lugar destinado al recuerdo de la muerte de George Floyd, un afroamericano que encontró la muerte asfixiado por la rodilla de un policía blanco en Minneapolis (Minnesota), y a conmemorar -muy cerca de la Casa Blanca- el movimiento que surgió en consecuencia. La icónica plaza de la capital estadounidense contaba con el mensaje que le daba nombre, Black Lives Matter, escrito en letras amarillas sobre el asfalto... hasta el pasado mes de marzo. La alcaldesa ordenó borrarlo ante las amenazas de los republicanos en el Congreso, que advertían de que cortarían los fondos federales que el Gobierno envía a Washington si no obedecía.

Imagen de la plaza Black Lives Matter en Washington DC, que dejó de llamarse así esta primavera. Su graffiti también fue borrado. The Cultural Landscape Foundation/Ted Eytan

Algo después, en junio, el secretario de Defensa ordenó a la Marina cambiar el nombre de un barco, un movimiento inusual, porque llevaba el nombre de un icono de los derechos homosexuales. El petrolero Harvey Milk, nombrado así en 2016 por el veterano de la marina que se convirtió en el primer gay elegido para un cargo público en Estados Unidos y que murió asesinado a tiros, cambió de nombre en el mes del Orgullo LGTB. Milk es una personalidad muy reconocida en Estados Unidos por su lucha por el colectivo homosexual, e incluso fue gracias a él que hoy se ondea una bandera arcoíris como su símbolo: el californiano encargó al artista Gilbert Baker que diseñase un elemento de unión para el Orgullo de San Francisco en 1978, y de ahí resultó el ahora tan conocido emblema.

Anteriormente, Hegseth ya ha eliminado diferentes iniciativas relacionadas con la diversidad en el Pentágono, como las celebraciones del Mes de la Historia Negra y libros de la biblioteca. Previamente, el secretario aseguró que “la frase más tonta de la historia militar es 'nuestra diversidad es nuestra fuerza'". En relación al barco Harvey Milk, Hegseth aseguró que es importante “eliminar la política” del nombramiento de los buques.

Ese mismo mes, el presidente comunico que tiene previsto renombrar bases militares a las que se les cambió el nombre tras las protestas contra el racismo de 2023, y que recuperará así nombres de comandantes de la guerra civil como Robert E. Lee para la base de Fort Lee (ahora, Fort Greg-Adams), aunque en algunos casos el Pentágono ya ha llevado a cabo esos cambios de nombres, como es el caso de Fort Benning (que se había cambiado a Fort Moore) o Fort Bragg (Fort Liberty, en ambos casos, para evitar los nombres relacionados con la guerra). Durante el anuncio, los militares aplaudieron y vitorearon al magnate.

En esa misma línea, este lunes Trump amenazó con intervenir en la construcción del nuevo estadio para el equipo de fútbol americano Washington Commanders si estos no cambian su nombre al que tenían antes, los Redskins (literalmente, “pieles rojas”), y que se retiró por resultar ofensivo para muchos nativos americanos. De la misma manera, el presidente quiere que los Cleveland Guardians cambien su denominación por la anterior, Indians (“indios”). 

Los nombres de equipos deportivos relacionados con tribus de indios eran comunes en Estados Unidos el siglo pasado, pero las protestas de los años 60 llevaron a muchos cambiarlos. Otros se quedaron, pero en los últimos años han dado ese paso al entender, en parte gracias a las manifestaciones con el lema Black Lives Matter, las reivindicaciones de los grupos minoritarios (y no minoritarios, como es el caso de los afroamericanos) en todo Estados Unidos. Por eso, algunos equipos también cambiaron sus logos: en el caso del equipo de Cleveland, fue en 2018 cuando abandonó la imagen de un jefe indio llamado Wahoo. Ya en ese momento, Trump expresó su descontento. "¡Oh, no! ¿Qué está pasando? No son buenas noticias, especialmente para los 'Indios'. ¡Cultura de la cancelación!". Equipos dicen que sus nombres se quedan.

Así, el equipo de fútbol americano de Cleveland pasó de llamarse Indians a llamarse Guardians en 2020, mientras que el actual equipo de Washington pasó de llamarse Redskins a Washington Football Team en 2020 y volvió a modificarlo al actual Commanders en 2022.

Es evidente que a Trump le gusta renombrar a su gusto: ha pasado con sus edificios, por ejemplo cambió el nombre del icónico Bank of Manhattan Trust Building, en Nueva York, por Trump Building, y el Bonwit Teller Building a la Torre Trump, y también el Gulf and Western Building pasó a llamarse el Trump International Hotel and Tower, todos en Nueva York. A un nivel mucho más internacional, y en este caso no son edificios de su propiedad, cuando llegó al poder cambió el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América, y ha castigado a algunos medios de comunicación que siguen usando el término original, y ha hecho lo mismo con montañas de Estados Unidos.

Pero aun así el movimiento es llamativo, porque hubo un momento en el que Trump fue considerado el primer presidente republicano especialmente abierto en lo relativo a los derechos de las personas LGTBQ+, las mujeres e incluso los trans. "Hace años, anuló las reglas de su propio concurso de Miss Universo para permitir que una concursante transgénero compitiera. Dijo que Caitlyn Jenner podía usar cualquier baño de la Torre Trump que quisiera. Y fue el primer presidente en nombrar a una persona abiertamente gay para un puesto en el Gabinete", recuerda Associated Press. 

A la vez, nombró a hombres abiertamente gays para altos cargos como el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el director ejecutivo interino del Kennedy Center Ric Grenell. Sin embargo, desde que regresó al cargo Trump está protagonizando un asalto sin precedentes al colectivo, según denuncian activistas del mismo.

No solo nombres 

La Administración ha hecho muchos otros esfuerzos para eliminar todo lo que tenga que ver con destacar las aportaciones de mujeres y grupos minoritarios a Estados Unidos, que el Gobierno considera parte del intento demócrata por promover la diversidad, equidad e inclusión (DEI). En marzo, miles de páginas webs dentro de la página del Departamento de Defensa desaparecieron, en concreto las que recordaban las aportaciones de mujeres y minorías. "Creo que el presidente y el secretario han sido muy claros en esto: cualquiera que diga en el Departamento de Defensa que la diversidad es nuestra fuerza, está, francamente, equivocado", dijo el portavoz del Pentágono Sean Parnell en una rueda de prensa, según publicó PBS News. "Nuestro objetivo común y unidad son nuestra fortaleza". 
El presidente también ha despedido a la única mujer del Ejército con cuatro estrellas, la almirante de la Armada Lisa Franchetti, y al afroamericano general de la Fuerza Aérea CQ Brown Jr. En la misma línea, y como es más conocido, Trump ha prohibido que personas trans formen parte del Ejército como parte de su batalla para defender que solo existen "dos géneros" y se comprometió a prohibir la intervención hormonal y quirúrgica para menores transgénero. En Washington, canceló los eventos de toda una semana que en el Kennedy Center iban a celebrar el Orgullo LGTB.

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