Detrás de todo plan hay una intención y una programación. El plan MOVEA de ayudas a la compra de vehículos eléctricos es todo menos eso. Su escasa dotación económica y el retraso en su publicación en el BOE evidencian que la estrategia de descarbonización del transporte que pretende el Gobierno está muy alejada de los instrumentos que pone a disposición del mercado para lograr ese objetivo.

El Gobierno acaba de aprobar la publicación en el BOE de las ayudas del MOVEA 2017 para la compra de vehículos de energías alternativas e infraestructuras de recarga. De los 14,26 millones de euros del programa, a la movilidad eléctrica se le asignan 10,1 millones de euros para vehículos y 56.000 euros para puntos de recarga. En total, una reducción de más de 3 millones de euros con respecto al MOVEA 2016.

Son muchas, cada vez más, las personas que quieren apostar por el vehículo eléctrico y que lo hacen convencidas de sus ventajas medioambientales, para la calidad del aire, para la salud e incluso para el bolsillo, pero el vehículo eléctrico precisa todavía del impulso de las Administraciones para reducir el diferencial en el precio de compra con los tradicionales vehículos de combustión.

El vehículo eléctrico precisa todavía del impulso de las Administraciones

Todos los países que están apostando por un modelo descarbonizado en el transporte y, por tanto, por el vehículo eléctrico, han implementado un programa de ayudas a la compra con una dotación económica suficiente y sobre todo, con una planificación plurianual, es decir, continuada en el tiempo, lo que ha permitido dos cosas: incrementar las matriculaciones de vehículos cero emisiones y generar una dinámica de impulso por este tipo de vehículos entre la población.

A modo de ejemplo, un país como Francia, con el que España puede compararse porque también cuenta con una importante industria de automoción tradicional, superó a principios de 2017 las 100.000 matriculaciones de vehículos eléctricos. En España, esa cifra no llega a sumar una cuarta parte.

En total, en Europa se matricularon, en 2016, más de 221.000 coches eléctricos, tanto 100% eléctricos como híbridos enchufables, creciendo un 15% con respecto a 2015. En España, el año 2016 cerró con 4.653 unidades matriculadas, en torno al 2% de esas matriculaciones a nivel europeo.

Según las estimaciones del Gobierno, el MOVEA 2017 incentivará la adquisición de 1.800 turismos y furgonetas eléctricos y de 230 motos eléctricas, unos 2.000 vehículos en total. Sin embargo, el Plan VEA de Vehículos de Energías Alternativas, impulsado por el propio Ejecutivo en 2015, plantea para 2020 la matriculación en España de 150.000 vehículos eléctricos, lo que significaría tener que matricular entre 2017 y 2020 más de 30.000 vehículos eléctricos cada año para alcanzar esos objetivos.

Aparentemente el Gobierno lleva apoyando la compra de vehículos eléctricos desde el año 2009, cuando se puso en marcha el Plan MOVELE durante el mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y en base a esos datos el vehículo eléctrico no acaba de arrancar y el número de vehículos matriculados sigue siendo muy pequeño.

Nada más lejos de la realidad en ambos casos. Desde AEDIVE, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico, hemos recalcado siempre que el modo en que se dan estas ayudas ha sido muy negativo para el sector, con planes cada vez menos ambiciosos económicamente y sin continuidad en el tiempo, es más, con espacios de hasta un año de disrupción entre la finalización de un plan y el inicio del siguiente, que han ido generando desconcierto, incertidumbre, malestar y frustración no solo en el sector, sino también entre los potenciales compradores.

Los planes de ayuda al vehículo eléctrico han sido poco ambiciosos y sin continuidad

Tampoco es cierto que el vehículo eléctrico no acaba de arrancar, los crecimientos porcentuales cada año en sus matriculaciones demuestran que, aunque por unidades sigue siendo un mercado pequeño, su cuota de mercado se duplica en cada ejercicio y las empresas, administraciones y particulares quieren adquirir vehículos eléctricos.

Las ayudas del MOVEA 2017 durarán, como cantaba Sabina… “lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks”. A partir de entonces, el Gobierno ha anunciado un nuevo paquete de ayudas a la movilidad alternativa de 50 millones de euros antes de que acabe el año, cuando ya estén aprobados definitivamente los Presupuestos Generales del Estado.

Hasta ahora, los planes MOVELE y MOVEA han sido un quebradero de cabeza y el ejemplo de cómo no han de hacerse las cosas para impulsar un mercado.

Lo mejor que puede hacer este Gobierno, si de verdad quiere descarbonizar el transporte, es tomarse en serio el objetivo y diseñar un programa ambicioso en lo económico, coherente en su continuidad y eficiente en su gestión, para que ese dinero se optimice y tenga sentido la inversión.

No solo hablamos de transformar el transporte hacia un modelo más limpio, sino también del potencial que significa a nivel industrial y tecnológico fabricar más de 70 modelos de vehículos eléctricos en los próximos años y que ,lógicamente, buscarán mercados que demuestren su interés en la movilidad eléctrica, lo que supondrá que España mantenga o pierda su posición de liderazgo europeo y mundial en el sector de la automoción.


Arturo Pérez de Lucía es director gerente de AEDIVE