La situación que está viviendo España en relación con el referéndum está generando una preocupación muy fuerte fuera del país. Los canales por los que España puede resentirse del desafío independentista son diversos.

La primera pregunta que interesa a cualquier inversor es de saber en qué medida el proceso puede repercutir en la solvencia del país. Hasta ahora las actuaciones del gobierno de España han sido lo suficientemente convincentes para levantar dudas. Con la votación ilegal del domingo y vistas las manifestaciones a favor de la independencia, puede que la opinión internacional haya cambiado ligeramente.

La capacidad del gobierno de mantener la unidad territorial ha quedado tocada y la dudas se han instalado ¿Y si finalmente Cataluña se convirtiera en un Estado independiente? ¿Cuál sería la solvencia de la nueva España sin Cataluña? De facto, el nuevo territorio español perdería instantáneamente el 16% de su población, el 22% de su industria y el 19% de su PIB.

En términos de tejido empresarial, Cataluña cuenta con el 42% de las grandes empresas con 200 empleados o más y casi un tercio de las empresas de 50 a 200 empleados. Igualmente un cuarto de las exportaciones españolas salen de Cataluña. Dicho de otra manera, se puede suponer que la solvencia de España sin Cataluña sería menor que la actual.

Se puede suponer que la solvencia de España sin Cataluña será menor que la actual

En sentido contrario, Cataluña sin España no sería automáticamente un país más fuerte y más solvente que lo que es en la actualidad. Cataluña se está beneficiando de la solvencia del Reino de España en los mercados de deuda desde el principio de la crisis. La solvencia  catalana depende en gran medida del respaldo del Tesoro español. Sin las garantías del Tesoro las primas de riesgo serían sin lugar a dudas bastante más altas que ahora.

Tales efectos empezarían a aparecer cuando ya se haya consumado totalmente el divorcio entre los dos territorios, lo que de momento no es nuestro escenario principal. A muy corto plazo los efectos son un aumento de la inestabilidad en los mercados bursátiles y de capitales.

Desde el lunes por la mañana los mercados han reaccionado negativamente a los acontecimientos del domingo. Ha sido una reacción bastante previsible, aunque la cuestión consiste ahora en saber si esto va a perdurar o no.

Todo dependerá de la credibilidad de la respuesta que aporte el gobierno y el conjunto de la clase política española a la crisis catalana. Si la respuesta se limita a una aplicación a la letra de la Constitución y a sancionar los delitos en los que han incurrido los separatistas es muy probable que la crisis se repita. Las consecuencias en este caso podrían ser desastrosas.

Si España se limita a aplicar la Constitución y sancionar delitos es probable que la crisis se repita

Si el conjunto de la clase política encuentra un consenso sobre una hoja de ruta para responder a las preocupaciones legítimas de Cataluña, y también de otras Comunidades Autónomas que sienten malestar con la organización territorial actual, la historia sería totalmente diferente.

En conclusión, el desafío que espera a partir de ahora a todos los partidos, consiste en encontrar una nueva convivencia sin la cual, más allá del coste político que la persistencia de tensiones entre Madrid y Barcelona tendría, habría que añadir un coste económico que la sociedad española, incluida Cataluña, no está preparada a pagar.


Jésus Castillo es economista para el sur de Europa de Natixis