Parece que la paz regresa momentáneamente a las filas socialistas. Después del choque abierto que se produjo el lunes entre las declaraciones del secretario de Organización del  PSOE, José Luis Ábalos y las que inmediatamente después hizo la todavía presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en la sede madrileña de Ferraz se han dado cuenta de que éste no es el momento de abrir las hostilidades: todavía no está confirmado por los hechos que el Partido Socialista pierde irremisiblemente el poder que ha ostentado durante casi 37 años, así que hay que darle la oportunidad a la condenada de intentar conservar la presidencia de la Junta  aún sabiendo como sabemos todos que lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible.

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