Podemos realiza estos días un gran esfuerzo por afrontar sus contradicciones internas. El partido de Pablo Iglesias teme el sorpasso por parte de Vox y quedarse como quinta fuerza política. Esa amenaza ha llevado a Podemos a intensificar sus caladeros de voto sectoriales, que obliga a la organización a superar sus incoherencias.

Por ejemplo, resulta significativo que la número 2 del partido, Irene Montero, asegure que el sistema político y económico actual "es incompatible con la vida" mientras es beneficiaria de una sanidad pública, gratuita y universal que ha atenido a sus hijos prematuros de forma ejemplar, según han asegurado ella misma y su pareja, el líder de Podemos. Una situación similar se produce con los servicios de protección que ambos reciben en su vida pública y en su residencia privada por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Todo eso es "incompatible" con la vida, según el discurso de Montero.

La portavoz parlamentaria lleva varios días anunciando que el próximo liderazgo del partido le corresponderá a una mujer, con el objetivo de recuperar el voto femenino que le da la espalda a Podemos. Pero ese discurso en femenino plural también se contradice con las ansias que muestra la propia organización por la vuelta de Pablo Iglesias a la primera línea política.

En esta última semana, Podemos también intenta acercarse a los jóvenes y a su lucha contra el cambio climático sumándose al movimiento #FridaysForFuture. Pero ese ecologismo encuentra obstáculos internos como la decidida apuesta del partido por industrias contaminantes como el mantenimiento del uso del carbón o la defensa cerrada del sector de taxi frente a alternativas como las VTC.