Tiempos de cambio en el mundo en general, incertidumbre en cuanto a nuestro futuro y navegando por esta corriente, como siempre, el fútbol.

Por fin ha desembarcado en el seno federativo la firme voluntad de cambio, traducida en nuevos modelos de competiciones oficiales, una nueva Copa del Rey, Supercopa y Liga Femenina lo que supone, en definitiva, nuevos formatos que afectarán al deporte rey de lleno.

De momento nadie podrá vislumbrar, ni siquiera en la bola de cristal que parece que muchos de nosotros guardamos, expectantes de poder vaticinar el resultado de un partido, el emparejamiento en una ronda eliminatoria o algo, ahora, más importante. Ni más ni menos que el futuro de nuestro fútbol.

Al margen de esta discusión inagotable sobre el acierto o el error o sobre quién tiene la receta del éxito, lo verdaderamente interesante, es este preciado momento. Vivimos un momento histórico, ante nosotros se abre un periodo de duda y reflexión en el fútbol, nuevos caminos, antes inexplorados, se han abierto abocándonos a que vivamos día tras día una realidad deportiva apasionante, caprichos del destino para algunos.

Los nuevos formatos en las competiciones afectarán el futuro del deporte rey de lleno

Para mí, un humilde amante del fútbol, resulta cuanto menos esperanzadora la idea de evolución, de riesgo y avance hacia nuevos desafíos. Sólo el tiempo dirá si los cambios de formato sirven para revitalizar el fútbol masculino de segunda línea, ese que intenta crecer a la sombra de la todopoderosa Liga española, y terminan, por fin, por provocar la explosión, desde hace años detonada sin éxito, del fútbol femenino. Este último imparable en la consecución de éxitos, hace años irrealizables, y en la ruptura de barreras, hace años invulnerables, y mientras tanto todos nosotros podremos ser testigos privilegiados de una revolución que empieza hoy aquí, precisamente en España, y que tiene visos de internacionalizarse.

Es el momento del cambio, de la transformación y de la reconstrucción de nuevas realidades en respuesta a las necesidades del fútbol actual, es el momento de la RFEF. una ocasión inmejorable para que pueda relanzar sus competiciones y alcanzar de nuevo el deseo que a todo aficionado empuja, en un día de lluvia, a acudir a los estadios, a gritar al televisor en la soledad, a agarrar la camiseta de nuestro equipo para detener un gol y a abrazarnos con amigos y desconocidos en cualquier remoto bar de nuestro país, es el momento de volver a enamorarse del fútbol, una vez más, incansable en su alcance e irresistible en sus objetivos.