Pues sí, esta noche empieza la campaña electoral, la siguiente campaña en este país que está siempre encampañado como otros sitios están siempre nublados, por clima y por carácter. El español es ya como el señor londinense con paraguas, pero con la papeleta, con el garrote, con la pedrada política en la mano, y que se levanta con el sonido de tetera de las tertulias. El londinense sale con un gancho de tela contra la inevitabilidad de la lluvia y el español sale con un gancho de carne contra la inevitabilidad de la política y sus políticos, pero con la misma actitud imperial de orgullo, costumbre y más o menos elegante contrariedad.

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