Que vivimos una situación paradójica respecto a las interpretaciones políticas de la Constitución no es ninguna noticia. Constantemente vemos como quienes se autoproclaman "constitucionalistas" instrumentalizan nuestra Constitución para bloquear cualquier alternativa al viejo bipartidismo y, al mismo tiempo, a partidos de clara vocación neofascista utilizar la Constitución como arma arrojadiza contra los partidos independentistas. La contienda política tiene sus propias reglas y, al igual que en cualquier otro asunto humano, siempre hay quienes priorizan sus propios intereses por encima del interés general. Siempre hay y siempre habrá quien no respete las reglas del juego. Ninguna novedad, repito, ciertamente, pero resulta obsceno ver como algunos utilizan la Constitución de todos y todas para hacer política contra todos y todas.

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