
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Aquí no suele sonar el Vals de las velas, con el que lloran en las películas cuando el año se hunde como un trasatlántico de fiesta. Aquí miramos a Cristina Pedroche vestida de orillita espumosa de su cuerpo, de ventanita a su pulmonía sexual, de molinera desnudada por las parras o de sirenita pescada en la red, con gola de pulpos en el pubis y pezón de estrella de mar. Luego, esperamos el católico anuncio de la Coca Cola, la herencia de chistes de Arévalo y un año peor que el que dejamos, que es lo que nos dice nuestra sabiduría.
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