Amenazan estos días los partidos de la derecha con realizar una oposición furibunda y quizá se equivocan en el planteamiento, pues puede que la mejor forma de desgastar al nuevo Gobierno sea sentarse a observar, copa de vino en mano, las refriegas entre sus miembros, que podrían dejar heridos de consideración en cada reunión de los ministros. Este jueves, Moncloa confirmaba que el Ejecutivo contará con cuatro vicepresidencias y, pocos minutos después, Televisión Española (TVE) informaba del supuesto malestar existente en Unidas Podemos porque desconocía que Pedro Sánchez iba a componer una segunda línea con tantos efectivos.

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