Hablamos tanto de ellos que olvidamos que todos hemos sido niños. Por eso éramos maestros cuando nos confinaban en colegios con patios cerrados durante todo el día, nos enseñaban unos diez profesores todos los días y apenas veíamos a nuestros progenitores. Como ahora. Ahora, en confinamiento, son maestros aprendices de lógica y adaptación, por el milagro de una mente sencilla en tiempos complicados. Esta última semana han cumplido años unos cuantos niños que no dejaron de serlo aunque crecieran.

Uno muy unido a su mamá vivió, como Marco, al pie de las montañas italianas y quería verte danzar: Franco Battiato cumplió el lunes 75.

Otro sacó un disco con doce años, en 1945, pero como nadie se enteró, siguió siendo el niño gitano vendedor ambulante que al final inventó la rumba catalana: Peret. Hubiera cumplido 85 años el martes el pequeño Pedro, que aprendió a leer fijándose en los carteles publicitarios y que con trece años actuó en el Tívoli de Barcelona como el niño de los Hermanos Montenegro. La niña no era su hermana, sino una prima. De Borriquito no tenía nada.

También tenía doce años ese niño que en el bautizo de su primo cantó tan bien una de Pecos que ahí están los vídeos domésticos que demuestran que merecía ser reconocido por el 96% de la población española. Bustamante ha cumplido el miércoles 38 (ya)

Con 14 años ya grabó su primer disco la mejor cantante de la Historia según Rolling Stone

Y también, sí, tenía doce la Dama del Soul cuando... fue madre por primera vez. Como su madre. Aretha Franklin pasó su tierna juventud cuidando a su bebé rodeada de voces del jazz como Dinah Washington y Ella Fitzgerald. Con 14 años ya grabó su primer disco la mejor cantante de la Historia según Rolling Stone. Sí, la de los 18 Grammy, 112 éxitos y una influencia en la música tan grande que su despedida fue un evento mundial. Hubiera cumplido 78 el miércoles.

Era un niño complicado según su padre el que cumplió 73 años también el miércoles. Claro, tenía la complejidad de los genios. Reginald Kenneth Dwight, más conocido como Elton John, fue descubierto por su madre tocando al piano las canciones de la radio, con esa candidez con la que los peques nos dan lecciones sin pretenderlo. Una beca en la Royal Academy of Music hizo que con once ya compusiera canciones el único artista en solitario que nunca dejó de tener un éxito suyo sonando en la radio durante 30 años, desde 1970 hasta 2000.

Una niña que sufrió ser hija de un matrimonio interracial en plenos años 50 en la Norteamérica profunda cumplió el jueves 76 años. Diana Ross vió en el arte la mejor forma de demostrar que la valía no la daba el color de la piel. Aprendió a cubrirla con sus diseños de moda y más tarde al vestir con lentejuelas a su grupo The Supremes. Aunque alguien la recuerde cantar junto a Julio Iglesias, pocos la recuerdan en su papel de Billie Holiday la película de 1972 Lady Sings the Blues. Pues la nominaron al Oscar a la mejor actriz.

El jueves cumplió 72 añitos un niño ya grande que con nueve supo ser blanco en las calles del Bronx. Claro, le echaron del colegio por drogas aunque luego acabó haciendo de su biografía todo un tratado sobre ellas: Steven Tyler, de Aerosmith.

Con tan solo cuatro años la pequeña Mariah Carey escondía un transistor bajo la almohada. Era su forma de escapar de una realidad en la que era repudiada por su familia materna por su origen racial afroamericano y latino. El viernes cumplió ya 50 la mujer que conquistó al Rey del negocio musical Tommy Mottola dejándole en el bolsillo de su chaqueta una cinta de casete. Cosas de críos grandes.

De eso va todo esto. De adaptarse. Y en eso los niños somos maestros.