Han pasado más de seis de meses desde que el mundo entero se ha visto sorprendido por este terrible tsunami sanitario que es la covid-19. Un tsunami siniestro que ha causado ya millones de contagios y un riego infinito de muertos. Una pandemia que ha descolocado a todos los gobiernos pero que ha dividido los estados entre los que definiría de política de altura  y otros -España está desafortunadamente en este segundo grupo- en los cuales los partidos políticos más que unirse han usado la pandemia como instrumento de indecente batalla política. 

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