En una especie de lavandería o nido pediátrico de pantallas, Sánchez nos presentó a la Resiliencia, señorita o antibiótico para salir de todo esto vitaminados y con novia yogui. Recuperación podrá tener cualquiera, pero resiliencia sólo la vamos a tener aquí, como la tomatina. La resiliencia es ese poder o ese tercer ojo o esa gema extraterrestre que nos hace resistir y sobreponernos al virus, a la miseria o quizá sólo a Sánchez. También es de esas palabras que usa el presidente como banderas cuando ya no tiene más banderas, cuando todas las lleva clavadas Ayuso como un torito de felpa o Simón haciendo de aventurero con mono del París-Dakar. Sánchez no sólo necesita dinero de Europa, del que él habla como de un dinero suyo, de un esquilmo de sus tierras, sino sobre todo palabras bandera y parafernalia bandera que tapen sus vergüenzas, como una vedete que se cubre con una bandera pechugona igual que ella.

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

Opciones de suscripción

¿Todavía no estás seguro? Consulta aquí todas las ventajas de suscribirte a El Independiente.

¿Ya eres usuario Premium?

Identifícate