Otra vez con Madrid, otra vez contra Madrid, objeto de deseo destructivo de la izquierda, del independentismo y ahora del Gobierno de la nación. Madrid como piedra en el zapato que sus adversarios políticos creyeron en los meses de septiembre y octubre que por fin iban a poder pulverizar políticamente a cuenta de lo que parecía un fracaso irresoluble en su lucha contra el coronavirus.

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