Llevo más de veinticinco años dedicado al liderazgo político y empresarial y hay una cualidad que siempre he considerado esencial para ser una gran líder: la autenticidad. La pandemia del coronavirus ha demostrado, como si hiciera falta, la enorme escasez de buenos líderes y también el rol único y destacado que ocupa hoy y desde hace muchos años Angela Merkel entre el club selecto de los grandes mandatarios que pasarán a la historia.

Los aplausos por el discurso, la súplica, el llamamiento desesperado de la canciller el miércoles en el Bundestag han sido el merecido reconocimiento a un discurso pragmático, emotivo, lleno de sentido común y de dolor. A pocos días para celebrar la fiestas navideñas, avisó de que hay que endurecer las ya duras restricciones en Alemania, un país que cada día tiene más de 500 muertos: "No puede ser que ahora antes de fiestas tengamos muchos contactos y a continuación sea la última Navidad con los abuelos porque hemos desperdiciado la oportunidad de hacer algo", 'gritó' casi llorando. Merkel, desesperada, dijo que la situación actual no se puede aguantar muchos más días. Sus hospitales están al limite y seguir en esta deriva llevaría a la catástrofe.

La gran capacidad de Merkel para explicar de forma clara, valiente, asertiva y diáfana, todo lo que iba ocurriendo, es sin duda su principal activo"

Para dar fotos crudas y realistas de la situación, puso ejemplos de los peligros: "Es muy duro y lo siento mucho, y lo digo desde lo más profundo de mi corazón, pero si el precio es pagar 590 muertos en un día, es totalmente inaceptable desde mi punto de vista".

Angela Merkel, la que durante años fuera vista como la "canciller de hierro" —cual Bismarck redivivo pero con rostro de mujer— después de años de decaimiento, ha sido sin duda la líder política que mejor ha sabido leer las necesidades de sus ciudadanos en un momento de drama sanitario sin precedentes.

Sus decisiones en los últimos meses le han devuelto una reputación que había perdido. Los medios de comunicación y los expertos de liderazgo de medio mundo, la consideran como una de las líderes más fuertes, más auténticas y más efectivas del mundo. Su gran capacidad para explicar a la gente, de forma clara, valiente, asertiva y diáfana, todo lo que iba ocurriendo, es sin duda su principal activo. Además ha sabido hacer un uso extraordinario de su tradicional  pragmatismo y trasparencia siempre combinado con un, menos habitual en ella, recurso a las emociones positivas, incluso en los momentos más complicados. La gestión de su relación con los landers ha sido extraordinaria, ejemplar. A pesar de las críticas y de las diferencias, ha conseguido mantener unido el país y tener a la oposición siempre remando a favor. Cosa, que me provoca no poca envidia visto lo que ha pasado en España y la 'batalla' abierta que a menudo hemos visto y seguimos viendo entre el Gobierno de España y la Comunidad de Madrid... ¡por ejemplo!

Emociones positivas

A menudo hablamos de la gestión emocional como algo negativo cuando se trata de política, muchos de los 'supuestos' líderes actuales tienen 'alergia' a enseñar en público sus emociones, como si fuera una señal de debilidad. En diferentes ocasiones Angela Merkel ha demostrado que se pueden tomar decisiones durísimas e impopulares pero explicando de forma emotiva y clara sus razones. Con sus palabras del miércoles ha conseguido trasformar el drama que estamos viviendo en un momento de unión de todos los alemanes, ha apelado a la responsabilidad y a la sensatez de todos para hacer frente al terrible azote de este tsunami que devora nuestras vidas desde hace meses. En realidad, si lo pensáis bien, no es algo muy complicado, Merkel ha tratado a sus ciudadanos como gente madura y no, cosa que ocurre a menudo en España, como niños o, peor, como idiotas.

La canciller ha tratado a sus ciudadanos como gente madura y no, como a menudo ocurre en España, como idiotas"

Su rigor, su pragmatismo y su tranquilidad son el reflejo de una eficacia con rostro humano, con rostro de mujer. Siempre se ha considerado su liderazgo muy masculino, muy testosterónico, ¡nada más equivocado! Merkel es y ha sido una líder que ha sabido usar todas las armas del liderazgo, demostrando que no hay liderazgos femenino y masculino, hay buenos y malos líderes y ella es una muy buena líder.

Son ya legión los expertos en liderazgo, de uno al otro lado del globo, los que consideran a esta "rocosa" política como una de las pocas mandatarias públicas, tal vez la única, que se salva, tras la desastrosa gestión general, de la catástrofe. De ella se dice que su comunicación está "plagada de rigor científico, que transmite tranquilidad y desactiva las histerias" ¡Cuántas veces habré repetido que, en estas situaciones, lo que los ciudadanos buscan desesperadamente es un líder fuerte que no trate de sacar ventaja política de la crispación, sino que derroche firmeza y sobriedad para resolver los problemas! ¡Una buena dosis de "merkelina", por parafrasear a un colega argentino, hubieran venido bien a Trump, a Putin, a Johnson o a Bolsonaro, para salir indemnes políticamente de esta pandemia y ahorrar vidas y sufrimiento a sus pueblos!

Lo que me pregunto es que será de Europa cuando Angela Merkel deje la política. Ha sido ella la que ha solucionado esta semana la terrible crisis con Hungría y Polonia. Gracias a ella, el fondo del paquete financiero de 1,8 billones de euros, con el que la Unión Europea aspira a amortiguar el impacto socioeconómico de la pandemia y del que tanto dependen países como España e Italia, ya tiene el camino despejado. Ha sido una negociación durísima y hemos tardado semanas, pero finalmente los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han aceptado la solución propuesta por Alemania para aclarar la aplicación del mecanismo que vincula el desembolso de los fondos con el respeto del Estado de derecho y sortear así el veto de Hungría y Polonia.

En definitiva, esta semana más que nunca, todos los supuestos líderes en España y en el mundo, deberían volver a ver el discurso del Merkel del miércoles en bucle y preguntarse cuantas de las cualidades de liderazgo de la canciller cumplen, en el caso que la respuesta sea pocas o ninguna, tendrán que reflexionar e intentar hacerlo mejor.

Llevo más de veinticinco años dedicado al liderazgo político y empresarial y hay una cualidad que siempre he considerado esencial para ser una gran líder: la autenticidad. La pandemia del coronavirus ha demostrado, como si hiciera falta, la enorme escasez de buenos líderes y también el rol único y destacado que ocupa hoy y desde hace muchos años Angela Merkel entre el club selecto de los grandes mandatarios que pasarán a la historia.

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