La violencia contra las mujeres y la violencia doméstica son problemas generalizados de la sociedad que afectan a todos los grupos sociales y son muy frecuentes en todos los países de la UE. Este tipo de violencia se produce en las esferas pública y privada, así como en las plataformas en línea. Según Eurostat, en 2019 fueron registrados por la policía en la UE hasta 178.000 delitos sexuales, de los que más de un tercio fueron violaciones.

Cuando empezó la pandemia mundial de la COVID-19, nos dimos cuenta de que había una pandemia en la sombra que se estaba propagando con rapidez. Era el aumento de la violencia contra las mujeres, que se disparó hasta el 70% con respecto a la anterior tasa de incidencia registrada, ya elevada, por ejemplo en la región belga de Flandes durante la segunda semana del primer confinamiento.

Cada víctima es una víctima de más. Sin embargo, las respuestas insuficientes a la violencia de género y la violencia doméstica y las anomalías de los sistemas existentes dejan a muchas mujeres y niñas violentadas sin apoyo ni protección del sistema judicial, cuando no muertas.

Fue necesario desarrollar nuevas herramientas de denuncia para las víctimas que quedaron atrapadas en un confinamiento con sus maltratadores. Hubo que reinventar salvaguardias institucionales vitales, lo que provocó una reflexión sobre si los nuevos métodos de actuación debían convertirse en un elemento permanente de nuestras estrategias para hacer frente a la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.

Debemos intensificar aún más nuestros programas de prevención y mejorar los servicios, estableciendo unos valores de referencia mínimos

Numerosos estados miembros implantaron líneas telefónicas de ayuda permanente, pusieron en marcha campañas de sensibilización en las farmacias, incrementaron su capacidad de alojamiento y declararon esenciales los servicios de apoyo, garantizando así su funcionamiento continuo pese a las restricciones relacionadas con la pandemia. Aunque estas fueron respuestas positivas, debemos intensificar aún más nuestros programas de prevención y mejorar los servicios, estableciendo unos valores de referencia mínimos para todo el territorio de la UE.

Al mismo tiempo, la violencia en línea contra las mujeres se propagó exponencialmente. Una encuesta reciente de Plan Internacional a 14.000 niñas de todo el mundo obtuvo como resultado que hasta el 58% habían experimentado acoso y abusos en línea. A menudo, esto ocurre sin consecuencia alguna para los perpetradores.

El Convenio de Estambul del Consejo de Europa es el instrumento legal internacional más eficaz que existe. En el transcurso de la última década, originó reformas nacionales importantes. Sin embargo, seis estados miembros de la UE aún no lo han ratificado. Mientras la Comisión Europea mantiene su compromiso de ratificar el Convenio, la falta de acuerdo del Consejo a este respecto nos llevó a elaborar nuestra propia propuesta legislativa para hacer frente a la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.

Hoy, Día Internacional de la Mujer, la Comisión Europea adopta una propuesta legislativa que introduce unas normas mínimas comunes para todos los Estados miembros en materia de prevención, protección, apoyo a las víctimas, acceso a la justicia y cooperación y coordinación de los servicios.

Proponemos la tipificación penal de la violencia contra las mujeres, incluidas la violencia en línea, por ejemplo mediante el intercambio no consentido de imágenes, vídeos o archivos de audio íntimos o la amenaza de hacerlo, y la violación, que incluye toda penetración corporal no consentida.

Queremos asegurarnos de que ninguna víctima tenga que hacer frente sola a la violencia de género

Una vez adoptada, esta nueva legislación requerirá de líneas de ayuda específicas para las víctimas de violencia. Esto se reforzará aún más mediante un número armonizado para toda la UE —116 016— que dirigirá a las víctimas a los servicios y autoridades adecuados en cualquier lugar de la UE en el que se encuentren. Queremos asegurarnos de que ninguna víctima tenga que hacer frente sola a la violencia de género.

Estoy convencida de que, con la propuesta de hoy, podemos hacer que cambie la situación para las mujeres en toda la UE. Esto precisa, obviamente, del acuerdo del Parlamento Europeo y del Consejo. Espero que el reciente repunte de la violencia de género oriente a los Estados miembros a alcanzar pronto un terreno común, para proteger a las mujeres y las niñas de comportamientos sexistas violentos que vulneran nuestra dignidad y nuestros derechos.

Helena Dalli, comisaria europea de Igualdad