La democracia británica ha dejado este histórico 7 de julio algunas lecciones extraordinariamente valiosas. La primera de ellas, la fundamental, es que la mentira en política, como en la vida en general, es inadmisible. Mostrarte ante las Cámaras Legislativas, ante tus correligionarios, y ante el conjunto de la ciudadanía como un líder que no ofrece fiabilidad no es, ni mucho menos, recomendable. Y se acaba pagando caro tarde o temprano. La mentira tiene las patas muy cortas y cuando se descubre coloca al líder inmediatamente fuera del tablero de juego. Si el mandatario no se aviene a razones, se encastilla en su posición y se aferra a su cargo es su propio sanedrín el que debe marcarle la salida.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Así subirán las pensiones contributivas en 2025
- 2 La Justicia zanja la guerra de seguridad en Nuevos Ministerios
- 3 Las lluvias sobre el Sáhara crean piscinas naturales en el desierto
- 4 Harari: "Israel e Irán están creando regímenes totalitarios con IA"
- 5 Marlaska condena a deportación a familia saharaui tras aborto
- 6 Buscas manipulados o un hackeo sin precedentes: las hipótesis del letal atentado contra Hizbulá
- 7 Así funciona un "busca" como el usado en el ataque en el Líbano
- 8 Sánchez se retrata yendo al cine con Begoña: “Salgo emocionado”
- 9 Rocío Jurado: "la voz del siglo XX" eclipsada por la crónica rosa