Unos jóvenes que apenas pasan de la mayoría de edad se acercan de noche con una bolsa llena de mierda y un spray de pintura negra a profanar una tumba en el Cementerio de Santa Isabel de Vitoria. Han escogido cuidadosamente qué tumba profanar, el monolito frente al que pasan cada día al salir de la biblioteca de la Universidad siempre les llamó la atención. Desconocen los detalles pero saben que en ese lugar una furgoneta cargada con 20 kilos de explosivos fue activada al paso del líder socialista Fernando Buesa provocando su muerte y la de su escolta Jorge Díez.

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