Acabo de regresar de la primera misión de europarlamentarios que se desplaza hasta la frontera con Egipto, el paso de Rafah. Formábamos parte del equipo cuatro eurodiputados de Renew Europe. Queríamos ver qué estaba pasando con la respuesta humanitaria en Gaza. El paso de Rafah es el único paso abierto, porque los de Israel están cerrados, salvo el de Kerem Shalom que se abrió el domingo. Antes solo por Kerem Shalom ingresaban en Gaza unos 500 camiones al día. Ahora el transporte comercial está suspendido. Solo la ayuda humanitaria pasa por Rafah y por ello queríamos ver qué estaba pasando allí, hablar con las ONG y con la Media Luna Roja, encargada de la logística.

Hay que tener en cuenta que Rafah es un paso habilitado para el paso de personas, no de mercancías. Hemos confirmado que la ayuda humanitaria no está llegando a los gazatíes. No es por falta de suministros: hay toneladas de ayuda a la espera de ser distribuidas. La Unión Europea ha cuadriplicado sus aportaciones: de 25 a 100 millones de euros. Pero no llega.

Antes de llegar a Rafah pasamos por el centro de Al Arish, donde se ha formado un gran almacenamiento logístico de la ayuda humanitaria que llega. Allí se cargan los camiones que van destino a Rafah. Son 50 kilómetros en los que hay colas y colas de camiones cargados con ayuda humanitaria esperando durante días para pasar por Rafah.

La comunidad internacional no puede quedarse con la conciencia tranquila. No hay respuesta humanitaria sin acceso. El acceso ha de ser amplio: unos 400 camiones al día"

soraya rodríguez, eurodiputada renew europe

La pregunta es qué sucede, cuál es el problema para que los gazatíes no accedan a ella. Para entrar por el paso de Rafah, los camiones necesitan autorización de Israel, que verifica todo lo que entra en la Franja. Para que revisen sus cargas han de desviarse al paseo de Keres Shalom. Allí se verifica. No puede acceder nada que se considere de doble uso, pero dentro de esta categoría entran desde los paneles solares, las baterías, generadores, purificadores de aire, o cilindros de oxígeno. Es material imprescindible en los hospitales. Pero también se envían tiendas de campaña para guarecerse del frío, aunque a veces logran el visto bueno y otras no. Todo ello muy arbitrario.

El material que recibe el visto bueno entra en territorio gazatí, donde es descargado. Lo vuelven a depositar en camiones que lo distribuyen en Gaza. Pero no siempre estos vehículos tienen gasolina.

A un kilómetro del infierno

La situación es terrible porque estás a un kilómetro del infierno con miles de personas que necesitan de todo: agua, comida, medicamentos, y ves esta ayuda acumulada tan cerca de ellos. Nuestra conclusión es que no está habiendo respuesta humanitaria, aunque se envían toneladas de ayuda, porque no hay acceso. Las autoridades israelíes han limitado el acceso por Rafah y luego bloquean la llegada de ayuda con esas verificaciones.

La comunidad internacional no puede quedarse con la conciencia tranquila. No hay respuesta humanitaria sin acceso. El acceso ha de ser amplio: unos 400 camiones al día. Y se necesita garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios. Ha de poder distribuirse en la Franja.

También vimos el hospital de Al Arish, y en El Cairo, así como un buque medicalizado francés. Allí reciben una primera atención los que salen de Gaza. Si están más graves, se trasladan a hospitales de El Cairo, Arabia Saudí y Qatar. Salen muy pocas personas para poder ser atendidas, teniendo en cuenta los heridos. Hay una media de 20 personas que pueden salir al día. Son quienes necesitan intervenciones rápidas.

Estuvimos con una mujer de cuatro hijos, el pequeño de cuatro y la mayor unos 16. Todos con amputaciones

Soraya rodríguez

Las escenas son desoladoras. El número de niños afectados es terrible. La mayoría son amputaciones. Vimos niños de 10, 12 y 16 años. Cuentan relatos de verdadero horror. Algunos no saben si su madre o su padre siguen vivos. Estuvimos con una mujer de cuatro hijos, el pequeño de cuatro y la mayor unos 16. Todos con amputaciones. La adolescente tenía amputada la pierna desde la cadera. Dicen que no entienden lo que está pasando, piden ayuda, quieren volver a su casa.

En el hospital de El Cairo se atiende los que sacan con vida y son prematuros. El alma se te cae a los pies al ver esos prematuros, que han sobrevivido, también al traslado. Cada uno tiene puesto el cartel con su nombre y su madre. Buscan a la madre, pero en la mayoría de los casos la inscripción dice "madre muerta" o "madre desaparecida".

En algún momento la comunidad internacional ha de obligar a Israel a cesar este ataque continuo a población civil indefensa y abrir corredores humanitarios para garantizar la seguridad de los trabajadores. En 60 días de conflicto se ha asesinado a más trabajadores humanitarios que en los últimos cinco años. Las autoridades de Israel ponen serios problemas para dar visas a trabajadores humanitarios o para renovables los documentos. Muchos están exhaustos, no pueden más, y necesitan que los sustituyan.

Israel vulnera las normas del derecho internacional humanitario de una forma brutal. Lo hace porque la comunidad internacional se lo permite. Cuenta con el apoyo de EEUU. La UE se está moviendo, pero en este proceso hubo una clara división. El Consejo de Seguridad ha sido inutilizado por EEUU. Es claro que Israel actúa así porque cuenta con la protección que le da la comunidad internacional, sobre todo EEUU y la pasividad europea. La comunidad internacional puede no solo pedir, sino exigir el establecimiento de sanciones.

Los castigos colectivos a la población civil están prohibidos (...) Si esto no se soluciona, Israel va a bombardar muertos"

Espero que haya una reacción por parte de la comunidad internacional para exigir a Israel que permita el acceso de la ayuda humanitaria. Las consecuencias en términos de perdidas de vidas humanas serán dantescas: hay riesgo de brotes de cólera, infecciones… Hay quienes mueren por las infecciones después de una operación. Hay desnutrición.Los castigos colectivos a la población civil están prohibidos. Hemos defendido la existencia de Israel como Estado y su derecho a defenderse. Pero están atacando a la población civil indefensa y con una crueldad incomprensible. Les bombardean, prohiben el acceso a la Franja e impiden el corredor humanitario para que la comunidad internacional pueda asistirlos.

Si esto no se soluciona, Israel va a bombardear a muertos.

El derecho internacional ha saltado por los aires. Si perdemos la legitimidad para denunciarlo y desplegar los instrumentos a nuestro alcance, incluso sanciones, perdernos la legitimad para hacerlo en otros casos. El papel de la UE se está dañando frente al resto de la comunidad internacional con nuestras doble vara de medir. Desde el derecho internacional humanitario, esto es una salvajada. En este caso hay una estrategia de utilizar la falta de acceso de ayuda humanitaria como arma de guerra.


Soraya Rodríguez es eurodiputada del Parlamento Europeo en la delegación de Ciudadanos (Renew Europe).