“Me desperté y todo estaba negro. No podía ver nada. Todo se había derrumbado. Nos habían bombardeado. Allí estaba mi madre. “Ven conmigo. No te pasará nada', me dijo”, cuenta Sarah, de 13 años. Es la única superviviente de su familia. Perdió a sus padres en un ataque aéreo israelí. Huérfana, se recupera ahora de las heridas físicas. La suya es la historia de un milagro: 7.729 menores de edad gazatíes han parecido en más de dos meses de bombardeos. Unas cifras "sin precedentes", advierten quienes han cruzado datos de otros conflictos.

La Franja de Gaza es el lugar más peligroso del mundo para un niño. Decenas de niñas y niños mueren y resultan heridos a diario. Barrios enteros, donde los niños solían jugar e ir a la escuela, se han convertido en montones de escombros, sin vida en ellos”, comenta Adele Khodr, directora regional de UNICEF para Oriente Medio y el Norte de África. Las cifras arrojan una realidad sobrecogedora: de los 17.478 muertes contabilizadas hasta la fecha -con varios miles de personas aún bajo los escombros-, más del 44% son menores de edad.

"Se van a dormir sin saber si se despertarán vivos"

Vidas segadas que nunca llegarán a conocer la edad adulta. “Los padres se van a dormir abrazando fuerte a sus hijos sin saber si se despertarán vivos a la mañana siguiente”, relata Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, tras una visita reciente a la Franja de Gaza. “El miedo y la ansiedad son constantes para más de 2 millones de personas en Gaza, ya sean niños, mujeres o personas mayores”, admite. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió hace semanas que Gaza iba camino de convertirse en “un cementerio de niños”.

A los 7.729 menores de edad contabilizados por el ministerio de Sanidad de Gaza, hay que sumar los miles que se hallan desaparecidos bajo los restos de los edificios que las bombas han desmenuzado. Según datos publicados este sábado por la organización de derechos humanos Euro-Med Monitor, la cifra total de muertos sería más alta: 23.012 palestinos, entre ellos 9.077 niños. “Como cientos de niños más permanecen atrapados bajo los escombros de los edificios destruidos con escasas posibilidades de sobrevivir, es probable que el número total de muertes infantiles supere los 10.000”, advierte el organismo.

Alrededor de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza son menores de 18 años. Las cifras acumuladas en siete semanas de bombardeos carecen de precedentes recientes. “De media, un niño muere cada 10 minutos en Gaza. Creo que en ese sentido estamos cerca de la hora más oscura de la humanidad”, voceó esta semana Richard Peeperkorn, representante de la Organización Mundial de la Salud en los territorios palestinos ocupados. Según la ONG Defensa de los Niños Internacional-Palestina, la aviación israelí mató en octubre al doble de niños palestinos en la Franja de Gaza que el total de niños palestinos muertos en Cisjordania y Gaza desde 1967.

La campaña "más indiscriminada" contra civiles

Los datos revelan además que la campaña de ataques aéreos israelíes en Gaza es la más indiscriminada en cuanto a víctimas civiles. Un análisis publicado esta semana por el diario israelí Haaretz compara la proporción de muertes de civiles respecto al total de fallecidos en los ataques aéreos con operaciones previas desarrolladas entre 2012 y 2022. Si entonces la media de civiles rondaba el 40%, ahora supera el 61%. “Una matanza sin precedentes”, subraya Yagil Levy, profesor de sociología de la Universidad Abierta de Israel y autor del informe. “La proporción es significativamente superior a la media de víctimas civiles en todos los conflictos del mundo durante el siglo XX, en los que los civiles representaron aproximadamente la mitad de los muertos”, esboza Levy.

Las cifras de muertos solo muestra uno de los vértices de la ofensiva militar israelí. Según Euro-Med Human Rights Monitor, con sede en Ginebra, hay más de 18.000 niños palestinos heridos, muchos de ellos en estado crítico. Decenas más han sufrido amputaciones y cientos más han sufrido quemaduras graves en diversas partes del cuerpo. “Nuestro equipo sobre el terreno describe encuentros con niños a los que les faltan miembros y sufren quemaduras de tercer grado, y con niños que han quedado conmocionados por la continua violencia que les rodea”, denuncian desde Unicef.

Y la guerra no solo ha dejado heridos y amputados. También una procesión de huérfanos como Sarah. Euro-Med Monitor calcula que entre 24.000 y 25.000 niños de la Franja de Gaza han perdido a uno o ambos progenitores, y que aproximadamente 640.000 han visto sus hogares destruidos o dañados, lo que les ha dejado sin un lugar donde vivir. “El futuro de cientos de miles de niños sigue siendo una incógnita, ya que 217 escuelas de la Franja de Gaza han resultado dañadas o destruidas durante los ataques israelíes, lo que ha afectado gravemente al proceso educativo en la Franja”, agregan.

Amputaciones, enfermedades y hambruna

“La trágica realidad de los niños es que se esconden para sobrevivir a los bombardeos, lloran la muerte de sus padres y hermanos, huyen con sus familias o recogen leña para calentarse en lugar de jugar o ir a la escuela. La educación es un sueño olvidado para unos niños aterrorizados ante la posibilidad de que este día sea el último", denuncia Aaron Brent, director en funciones de la ONG CARE en Cisjordania y Gaza.

“Los niños de Gaza están siendo objeto de ataques indiscriminados por parte de Israel, en medio de un genocidio que dura ya tres meses consecutivos”, insisten desde Euro-Med Monitor. También se enfrentan al hambre y la propagación de enfermedades derivadas del hacinamiento, la ausencia de agua potable y la falta de higiene ante el colapso de un sistema sanitario que se ha librado tampoco de ser objetivo de los bombardeos. “Con un aumento significativo de los casos de diarrea, infecciones respiratorias agudas, infecciones cutáneas y hepatitis A, las personas más vulnerables -niños, mujeres embarazadas y lactantes, mujeres que acaban de dar a luz, personas con discapacidad- corren especial peligro”, claman desde Médicos del Mundo.

“Privar deliberadamente a la población civil de alimentos, agua y combustible e impedir deliberadamente el suministro de ayuda es utilizar el hambre como método de guerra, lo que inevitablemente tiene un impacto mortal en los niños”, alegan desde Save the Children. “Las consecutivas órdenes de reubicación emitidas por el gobierno de Israel, que obligan a los civiles a trasladarse a 'zonas seguras' mortíferas, no han hecho sino poner aún más en peligro a la población civil, al empujarla a zonas que no pueden acogerla ni proporcionarle el acceso necesario a los servicios básicos, y que siguen siendo atacadas”, agregan desde la ONG que critica “una inacción de la comunidad internacional que supone un golpe mortal para los niños”.

Israel está empujando a niños y familias palestinas hacia 'zonas de muerte' denominadas 'zonas seguras'

“Israel está empujando a niños y familias palestinas hacia 'zonas de muerte' denominadas 'zonas seguras'. He visto a niños y familias deambulando por las calles de lo que no ha sido arrasado en Gaza, sin comida, sin un lugar adonde ir y sin nada con lo que sobrevivir. Incluso la respuesta de la ayuda humanitaria financiada internacionalmente -el último salvavidas de Gaza- se ha visto asfixiada por las restricciones impuestas por Israel”, se queja Jason Lee, director de Save the Children en territorios palestinos, actualmente en Gaza.

Epidemia de salud mental

Otra epidemia silente, la mental, lleva años persiguiendo a la infancia gazatí. Tras 16 años sometidos a un bloqueo, los menores de edad no han conocido otra Gaza que la de las severas restricciones. Desde 2008 han sufrido cinco ofensivas israelíes. Antes de la violencia actual, cuatro de cada cinco niños solía declarar que sufrían depresión, tristeza o miedo, y estudios anteriores revelaron un número aún mayor de problemas de salud mental. Un informe de la Oficina Central Palestina de Estadística estimaba que antes del 7 de octubre, la fecha de los ataques de Hamás y el inicio de las represalias israelíes, el 13% de los niños y menores de entre 5 y 17 años padecían ansiedad. Unos 52.450 niños y menores sufrían estrés en 2023, mientras que 13.000 podrían padecer signos de depresión.

“Estamos viendo a mujeres y niños de toda la Franja de Gaza sometidos a un estrés inmenso, enfrentados a horrores impensables. La mortalidad infantil, el hambre y los traumas psicológicos están alcanzando niveles sin precedentes. La situación actual les está llevando a un punto de ruptura, haciendo imposible cualquier cosa más allá de centrarse en la supervivencia", reconoce Hiba Tibi, directora regional de la ONG internacional CARE para Oriente Medio y el Norte de África. "Las madres nos dicen que sus hijos han dejado de hablar o comer por lo que han visto y vivido. Otros lloran y gritan con cada ruido fuerte que oyen. Dos meses de guerra han traumatizado a toda una generación de niños”, lamenta.

Un millón de niños desplazados

A los bombardeos continuos, sin lugar seguro, se suma el éxodo hacia el sur de la Franja, que no ha quedado exento de los ataques aéreos. “Cerca de un millón de niños se han visto obligados a abandonar sus hogares. Ahora se les empuja cada vez más al sur, a zonas minúsculas y superpobladas, sin agua, alimentos ni protección, lo que les expone a un mayor riesgo de infecciones respiratorias y enfermedades transmitidas por el agua. Sus vidas se ven aún más amenazadas por la deshidratación, la desnutrición y las enfermedades”, avisan desde Unicef.

“Israel debe rendir cuentas por sus claras violaciones del derecho internacional humanitario, evidenciadas por el asesinato de niños palestinos y la negación de sus necesidades especiales de vacunas, alimentos, ropa y refugio, necesidades claramente reconocidas en los Convenios de Ginebra y sus Protocolos de 1977”, reclaman desde Euro-Med Monitor. Con Estados Unidos y su poder de veto en el Consejo de Seguridad bloqueando una resolución que exigía el alto el fuego inmediato, organizaciones como Unicef piden un cese de las hostilidades para salvar las vidas de los menores que han sorteado la muerte hasta ahora. "Un alto el fuego humanitario inmediato y duradero es la única manera de poner fin a las muertes y lesiones de niños, la única manera de proteger a los civiles y la única manera de permitir la entrega urgente de la ayuda vital que se necesita desesperadamente”.