Los hospitales de Gaza se han convertido en un símbolo del sufrimiento que vive la población gazatí. Ni siquiera están seguros en los centros sanitarios. Por un lado, como denuncia la Unión Europea, están siendo utilizados como "escudos humanos" por Hamás, y por otro lado, Israel los ataca y los somete a un bloqueo que hace imposible que sigan operativos. Los dos principales hospitales de Gaza, Al Shifa y Al Quds, han dejado de estar operativos para nuevos pacientes. Solo queda operativo en el norte el hospital Al Ahli. Las tropas de Israel han ocupado el centro de Al Quds, desde donde un terrorista les atacaba con un RPG, y están a las puertas de Al Shifa. El presidente de EEUU, Joe Biden, ha pedido a Israel acciones "menos intrusivas" y que se protejan los hospitales.

Las fuerzas israelíes han rodeado todas las instalaciones sanitarias en el norte de Gaza, incluido el hospital Al Shifa, el mayor de la ciudad. El Ejército israelí sostiene que Hamás tiene su centro de operaciones debajo de este hospital. Incluso sostiene que los terroristas aprovechan el suministro de energía del centro. Aunque fuera así, el derecho internacional no ampara los ataques a civiles indefensos en hospitales.

El mundo no puede permanecer en silencio mientras los hospitales se transforman en escenas de muerte, devastación y desesperación"

tedros adhanm ghebreyesus, director de la OMS

El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha señalado que la situación en Al Shifa es "terrible y peligrosa". Según Ghebreyesus, "el mundo no puede permanecer en silencio mientras los hospitales, que suelen ser lugares seguros, se transforman en escenas de muerte, devastación y desesperación". Y ha confirmado que Al Shifa "ya no funciona más como hospital". Al menos 32 pacientes de Al Shifa, entre ellos tres bebés prematuros, han perdido la vida por falta de atención en este centro, en el que hay 650 enfermos, 500 trabajadores sanitarios, y unos 2.500 desplazados.

Todos los que han podido se han ido: el fin de semana había 1.500 pacientes, 1.500 empleados y 7.000 desplazados. Han colocado a los bebés uno junto a otro en camillas cubiertas con papel de aluminio y envueltos en matas para preservar su temperatura corporal.

El doctor Mohamed Tabasha, jefe del departamento de pediatría del hospital Al Shifa, ha dicho a la agencia Reuters: "El domingo había 39 bebés y hoy son 36. No puedo decir cuánto tiempo sobrevivirán. Hay dos en serio riesgo. Nunca en mi vida esperé que pondría a unos bebés uno al lado del otro en una cama, cada uno con una enfermedad diferente, y en esta grave escasez de personal médico, de leche, de todo..."

Los que están dentro denuncian que hay francotiradores israelíes en las inmediaciones, pero Israel asegura que ha ofrecido un corredor seguro a los que quieran salir. También ha dicho un portavoz israelí que ofrecieron 300 litros de combustible al hospital, pero sus autoridades exigieron que los entregara la Cruz Roja.

Un cirujano de Médicos sin Fronteras que aún sigue dentro del hospital Al Shifa asegura que la situación es "inhumana". Ha relatado cómo viven "sin electricidad, ni agua, ni comida. Tampoco tienen internet, salvo en momentos excepcionales.

La gente que depende de respiradores morirá en las próximas horas si siguen apagados". En la puerta principal del edificio hay muchos cadáveres y heridos a los que no pueden trasladar dentro. Por esta razón hay riesgo de epidemias. "Cuando enviamos la ambulancia para traer heridos fue atacada. Un francotirador atacó a los pacientes", señala.

No queremos abandonar a los heridos. Si nos dan garantías y evacuan a los pacientes, saldremos"

cirujano de msf en al shifa

El equipo médico ha aceptado dejar el hospital si se garantiza la evacuación de los pacientes. "No queremos abandonar a los heridos. Hay 600 ingresados, de ellos 37 son bebés, y también hay personas que necesitan una UCI. No podemos dejarlos atrás", dice el médico de MSF. "Si nos dan garantías y evacuan a los pacientes, nosotros saldremos".

Otros 35 hospitales en la Franja también han dejado de atender nuevos pacientes, entre ellos el segundo más grande, Al Quds. Hay combates en torno a este centro. El Ejército de Israel ha denunciado que sus tropas en Gaza han sido atacadas por "un escuadrón terrorista escondido entre un grupo de civiles a la entrada de un hospital". En esta operación mataron a 21 palestinos. Las tropas israelíes recibieron disparos con armas de fuego y lanzacohetes RPG. Según el portavoz militar israelí, este ataque "es otro ejemplo del continuo abuso que Hamás hace de estructuras civiles, incluidos hospitales".

Este lunes hubo un intento de evacuación del hospital A Quds, donde no hay electricidad ni agua ni comida, pero finalmente no pudo consumarse. Un portavoz militar israelí ha asegurado que no pretenden ocupar los hospitales sino forzar que los combatientes de Hamás se rindan para tomar su infraestructura.

El Comité Internacional de Rescate ha pedido que se proteja a la población civil y a los hospitales de Gaza. En un comunicado, la organización ha instado a un alto el fuego humanitario inmediato y a que los centros médicos puedan "ejercer su función humanitaria de salvar vidas sin interferencias".

Bob Kitchen, director de emergencias del IRC, ha declarado: "Preservar la protección y el funcionamiento de los hospitales y la seguridad de los civiles que no tienen ningún lugar seguro al que huir no es sólo una obligación legal; es un imperativo moral. Nuestra humanidad colectiva exige que protejamos a todos los que no participan en la guerra y trabajemos para salvar vidas, incluso en medio del caos".

La Agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA) ha dicho este lunes que tendrá que suspender todas sus operaciones en la Franja si no se permite que pase combustible por Rafah. El jefe de la UNRWA en Gaza, Thomas White, ha recordado que no ha entrado combustible en Gaza desde el 7 de octubre. Fue ese sábado cuando Hamás perpetró una matanza sin precedentes en Israel. Los terroristas cruzaron la Franja y mataron al menos a 1.200 israelíes y secuestraron a 241 ciudadanos de varias nacionalidades. Israel respondió con una declaración de guerra que tiene como objetivo aniquilar a Hamás.

Como consecuencia de los bombardeos de Israel, han muerto al menos 11.240, entre ellos 4.630 niños y 3.130 mujeres, según los datos del Ministerio de Sanidad de Gaza. Al menos 189 médicos, enfermeras y paramédicos figuran entre las víctimas mortales, y más de un centenar de trabajadores de la ONU.

Presión creciente sobre Israel

La OMS ha pedido un alto el fuego, algo que todavía no exigen los gobiernos europeos, si bien es cierto que la presión es cada vez mayor. El presidente francés, Emmanuel Macron, es quien hasta ahora ha sido más contundente, aunque el presidente de EEUU, Joe Biden, ha pedido que se protejan los hospitales. En la reunión de ministros de Exteriores de la UE del lunes, pidieron "pausas humanitarias" a Israel. El ministro israelí de Exteriores, Eli Cohen, ha confirmado que la presión sobre Israel es cada vez mayor. En Irlanda, el Parlamento va a debatir la expulsión de la embajadora de Israel, Dana Elrich.

El Alto Representante para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, ha esbozado las condiciones que han puesto sobre la mesa para un plan de paz para el día después de esta guerra en territorio de la Franja. "No debe darse ningún desplazamiento forzoso de la población palestina fuera de Gaza; debe implicar a los Estados árabes, no sólo con su dinero para la reconstrucción, sino con su compromiso; no debe reducirse el territorio de Gaza; debe implicar una autoridad palestina única; debe haber una mayor participación de la UE en la solución; y la expulsión de Hamás de la Franja de Gaza", serían las condiciones.

Aún así estamos todavía lejos del día en que dejen de caer las bombas sobre Gaza. En su último balance, Israel asegura que ha lanzado 4.300 ataques, que le han permitido destrozar 300 túneles y unas 3.000 infraestructuras de Hamás. Sin embargo, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha reafirmado su voluntad de seguir adelante hasta aniquilar a Hamás, y no es una empresa fácil. Sobre todo, porque cada día que pasa se incrementa el riesgo de que se abra otro frente con Hizbulá.