Es el cuarto ejército más poderoso de Oriente Próximo, solo superado por los de Turquía, Egipto e Irán. Y desde hace dos semanas firma una incursión terrestre en Gaza jalonada por las denuncias de genocidio y crímenes de guerra que le atribuyen los vecinos árabes y las organizaciones de derechos humanos internacionales. Más allá de la guerra declarada contra Hamás, las Fuerzas de Defensa de Israel esconden un potente presupuesto y la tecnología más puntera que en los últimos años ha comenzado a exportar a medio mundo.

Según el Balance Militar 2023 del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), uno de los informes más reputados en el sector de Defensa, Israel cuenta en la actualidad con 169.500 militares en activo en el ejército, la marina y las fuerzas paramilitares. Otros 465.000 constituyen sus fuerzas de reserva, mientras que 8.000 forman parte de sus paramilitares. Desde los ataques de Hamás el pasado 7 de octubre, Tel Aviv ha desplegado a más de 300.000 soldados en las inmediaciones de la Franja palestina de Gaza. Desde el 27 de octubre llevan a cabo una invasión por tierra que ha llevado intensas escaramuzas hasta la ciudad de Gaza.

Infografía Poder militar en Israel
Fuente: Instituto internacional de estudios estratégicos. El Independiente Gráficos

Ayuda mil millonaria de Estados Unidos

En Israel el servicio militar es obligatorio para los ciudadanos mayores de 18 años. Una vez alistados, los hombres deben servir durante 32 meses y las mujeres durante 24 meses. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) tienen entre sus misiones la defensa territorial, las intervenciones a corto plazo en estados vecinos y la proyección de un poder regional limitado. En los últimos años han efectuado misiones aire-tierra en Siria, al calor de la guerra civil y la influencia iraní en el país mientras trabajaban, además, para interceptar los envíos ilícitos desde Gaza o el Líbano y proporcionaban seguridad marítima.

Es el segundo país con más gasto castrense del mundo, solo por detrás de Qatar

Según los datos disponibles, el ejército israelí cuenta con más de 2.200 carros de combate; 339 aviones de combate, incluidos 309 cazas de ataque; 196 F-16; 83 F-15; 30 F-35; 142 helicópteros; 43 helicópteros de ataque Apache; 5 submarinos; y 49 patrulleras.

El pasado año Israel gastó 23.400 millones de dólares en su ejército, alrededor de 2.500 dólares per cápita durante los últimos cuatro años y un 4,5% del PIB. Unas cifras que le convierten en el segundo país con más gasto castrense del mundo, solo superado por Qatar, en un período marcado por el bloqueo regional que sufrió el pequeño emirato.

Un gasto faraónico que cuenta, además, con los 3.800 millones de dólares que anualmente recibe de Estados Unidos en concepto de ayuda militar. Desde su creación como estado, el ejército israelí ha sido regado con 263.000 millones de dólares procedentes de las arcas estadounidenses. Casi dobla al segundo mayor receptor de Washington, el vecino Egipto, que recibe 1.300 millones de dólares anuales en virtud del acuerdo de paz con Israel firmado en 1979. En total, los generales del país árabe se han engrosado 151.900 millones de dólares en los últimos 77 años.

La Cúpula de Hierro, la joya

La alianza de Israel con Estados Unidos tiene en la Cúpula de Hierro una de sus piedras angulares. La Cúpula, uno de los sistemas antimisiles más sofisticados del mundo -que protege los cielos israelíes de los cohetes de corto alcance desde el año 2011- ha sido financiada directamente por EEUU, convertido en el principal aliado del Estado judío. El sistema móvil de defensa antiaérea está diseñado para destruir cohetes de corto alcance mediante tecnología de radar. Fue desarrollado en 2006, tras la guerra con Hizbulá, en la que se lanzaron miles de cohetes contra Israel.

Desde los ataques de Hamás que pusieron a prueba el sistema para interceptar los más de 5.000 cohetes lanzados por el movimiento islamista palestino en el lapso de los primeros días, Washington ha anunciado públicamente el envío de munición para evitar el desabastecimiento de la Cúpula.

El fabricante produce en suelo estadounidense la mayoría de los componentes de los misiles para la Cúpula de Hierro y el Ejército tiene dos sistemas en su arsenal. "Estamos incrementando la ayuda militar adicional, incluyendo municiones e interceptores para reabastecer la Cúpula de Hierro", reconoció el presidente estadounidense Joe Biden en plena conmoción por las acciones de Hamás. "Vamos a asegurarnos de que Israel no se quede sin estos activos críticos para defender sus ciudades y a sus ciudadanos", agregó. Washington ha enviado, además, buques de guerra y aviones de combate a la región para servir de apoyo a las operaciones militares israelíes.

Los tanques y una industria local al alza

“Estados Unidos sigue siendo el principal socio de Israel en materia de defensa, así como una importante fuente de financiación, y desempeña un papel decisivo en varios de los programas de equipamiento de las IDF, especialmente en defensa antimisiles y aviación de combate”, subraya el balance anual del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

Israel ha logrado revertir la balanza: de importador a exportador de armas

En la incursión terrestre en Gaza, la estrella son los tanques locales Merkava. Israel los comenzó a fabricar en 1979. Desde entonces han lanzado al mercado cuatro generaciones de blindados a cada cual más sofisticada, segura y adaptada a los diferentes escenarios de combate. Los israelíes consideran que este proceso fue una de las decisiones más importantes de la historia del país, tanto a nivel económico como en términos de seguridad. Para ellos supuso el inicio de "una verdadera revolución industrial", que les catapultó a convertirse en uno de los líderes mundiales dentro de la industria.

El Merkava es uno de los productos militares manufacturados en Israel que explican un poderío que va más allá de su ejército. Según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), un instituto de investigación que investiga las transacciones militares en todo el planeta, el país ha logrado revertir la balanza: de importador a exportador de armas. Entre 2018 y 2022, al menos 35 países adquirieron armas de Israel por un montante de 3.200 millones de dólares. Alrededor de un tercio (1.200 millones de dólares) corresponden exclusivamente a la India. El resto se lo reparten Azerbaiyán (295 millones), seguido de Filipinas (275), Estados Unidos (217) y Vietnam (180).

En el último año el Gobierno israelí ha impulsado una legislación que agiliza las exportaciones en pleno boom de la industria local, alimentado por la guerra de Ucrania y la normalización de relaciones con algunos países árabes, especialmente Emiratos Árabes Unidos, uno de los mayores contribuyentes a la escalada armamentística en Oriente Próximo.

En abril de 2022 Israel anunció que las exportaciones anuales de defensa en 2021 habían aumentado un 30% respecto a 2020, alcanzando los 11.300 millones de dólares. El principal que concentró las ventas fue el de misiles, cohetes y sistemas de defensa aérea. Los tres principales destinos de las exportaciones fueron Europa (41%), Asia-Pacífico (34%) y Norteamérica (12%).

Este domingo, en plena ofensiva sobre Gaza, el ministerio de Defensa celebró el "histórico acuerdo" para vencer el sistema David's Sling a Finlandia por unos 317 millones de euros. "El David's Sling es uno de los principales sistemas del mundo para interceptar amenazas avanzadas, incluidos misiles balísticos, misiles de crucero, aviones y drones. El sistema ha demostrado su capacidad de alto rendimiento en la guerra actual en una serie de complicados escenarios", presumen en un comunicado las autoridades. El arma ha sido desarrollada por el propio ministerio de Defensa de Israel y la Agencia de Defensa de Misiles de Estados Unido, junto con la compañía Rafael Advanced Defense Systems.

“Israel mantiene una amplia base industrial de defensa, con capacidades de categoría mundial en vehículos blindados, sistemas no habitados, armas guiadas, radares y sensores, y ciberseguridad”, subrayan desde el citado think tank estadounidense dedicado a la investigación en el sector militar. “La naturaleza en gran medida asimétrica de las amenazas a las que se han enfrentado las IDF en los últimos años ha centrado los esfuerzos de modernización en las capacidades de protección de fuerzas, defensa antimisiles y ataques de precisión”, concluyen.