En el día 2.144 de la 'era Sánchez', el líder visitó el Hospital Universitario Central de Oviedo para reiterar su propósito de "fortalecer el Sistema Nacional de Salud y la sanidad pública". Fue un día de lluvia fina y primaveral en la localidad, de la que riega el campo y engorda las cosechas, prueba de que las buenas noticias nunca llegan solas. Primero, el presidente y después la lluvia y el grano. Sucesión lógica y buena para la gente. Como es habitual, Sánchez fue cercano y simpático con un grupo de trabajadoras del centro que le pidieron una fotografía.

Al terminar, hinchadas por la alegría, como gallinas cluecas, reían y aplaudían por el gesto que les había dedicado el mandatario. Así lo recogieron algunos medios, como la cuenta de Twitter Mr. Handsome, que gestionan desde Ferraz y la cual está dedicada a ilustrar a la población sobre la belleza y el buen hacer de su presidente.

La convivencia de los españoles sería muy sencilla si los medios de comunicación se dedicaran a informar en positivo sobre la acción del Gobierno, tanto la del presidente como la de esos 22 ministros dedicados a la tarea de gestionar una nación. La democracia sin crítica puede devenir en dictadura, pero eso sucede cuando quien gobierna no respeta el Estado de derecho. No es el caso de Sánchez, que es de esos demócratas desde la cuna y socialistas desde el embrión.

Atendiendo a esto, es una lástima que la fachosfera haya contribuido con su constante campaña de intoxicación a trasladar a los españoles una imagen tan sesgada e injusta de Sánchez y los suyos. Hay prensa que se mueve por intereses que son distintos a los del Ejecutivo y los de la nación, de ahí que avive esas campañas -plagadas de bulos- y aliene a ciudadanos como el que, en el citado hospital, gritó: “Sánchez, por siete votos tienes el culo roto”.

Lo hizo a lo lejos, con tono desagradable de exaltado, como aquel del “que te vote Txapote”. Pedro Sánchez pudo callar. Pensar que a los locos conviene no prestarles atención y que un presidente no puede rebajarse a ese nivel, a riesgo de que le llamen tirano, Narciso, inseguro... o las tres cosas. No lo hizo. Respondió. Quien tenga miedo a morir, que no nazca. “Que ya, que ya te hemos escuchado”, afirmó el líder de los españoles, dejando claro a los críticos que ninguna agresión quedará sin respuesta.

Fachosfera y desinformación

Lo peor de aquel energúmeno es que estaba muy mal informado, como suele ser habitual en quien recurre a los noticiarios de Vicente Vallés o a los programas de Ana Rosa Quintana, Carlos Alsina y compañía. Porque no son siete los diputados con los que el Ejecutivo está dispuesto a negociar disensiones y distensiones. Son bastantes más. Ahí están los 6 de EH Bildu, los 7 de ERC o los 5 del PNV. Cada cual con sus reclamaciones y cada cual con su proyecto de país. Que puede ser excluyente -y así dice la prensa enemiga que es-, pero que también puede ser común, dado que España puede ser e incluso no ser. Es en principio una unidad, pero a la vez una multiplicidad con varios niveles. Uno y trino; trino y uno, en función de las capacidades cognitivas de cada partido o facción. Sólo un presidente que aspire a liderarla de verdad -como Sánchez- sabrá entender estas sencillas dinámicas.

Es fundamental para eso tener los principios más característicos del buen gobernante y ahí el PP no puede dar lecciones de nada a los socialistas, como dijo en marzo otro ministro. El tuitero. Dado que en el PSOE son demócratas convencidos, pensaron que sería una idea extraordinaria el pactar con Bildu para entregarle la alcaldía de Pamplona. ¿Qué de malo puede haber en facilitar sus planes en Navarra a un partido independentista vasco -con antepasados violentos- que quiere anexionar esa región a su Euskal Herria? La fachosfera ve fantasmas donde no los hay. Si la gente vota a Bildu, será por algo. El partido debe jugarse con todas las fuerzas parlamentarias.

El mismo día en que Sánchez fue 'vejado' en un hospital, el candidato de Bildu a lehendakari acudió a la Cadena SER y durante una entrevista se negó a calificar a ETA como una banda terrorista. “Era un grupo armado”, reconoció, pero el concepto de terrorismo es muy relativo en estos días. “¿Acaso no es terrorismo lo de Israel en Gaza?” ¿Y lo de los GAL?, afirmó. Los socialistas no están dispuestos a cruzar esa línea, así que este miércoles respondían a su rival en las urnas. “Ese planteamiento no entra dentro de las reglas de la democracia”, insistían. Sobra decir que, una vez que Pedro Sánchez ha entendido que Bildu promueve esa ideología y envenena a la sociedad vasca cada día con un revisionismo histórico repugnante, el PSOE nunca volverá a pactar con Bildu. Incluso aunque implique convocar elecciones. Ya lo verán ustedes.

Líder con principios... en principio

Demostrará entonces el presidente del Gobierno que se guía por unos principios inamovibles. Que nunca ha cambiado de opinión sobre los asuntos de Estado. Que hay una serie de caminos por los que resulta peligroso adentrarse y que el PSOE ni siquiera va a pisar. Son el de la integridad nacional, el de la separación de poderes, el de la independencia de los jueces y fiscales; el del máximo respeto al rival y el de la tolerancia cero con la corrupción. Los socialistas nunca supeditarían los intereses de la mayoría a los deseos de los grupos de presión de la política o de las élites. El marxismo no va de eso. Sánchez nunca lo consentiría. Precisamente, es la derecha la que pacta con los ultras, los intolerantes, los empresarios y los propietarios de las viviendas. Defensores de la propiedad privada, en definitiva. La izquierda no concede favores a quienes pueden perjudicar a España y a los españoles.

Así que, ciudadano exaltado, atendiendo a todo esto, la próxima vez que tenga la tentación de dirigirse a Sánchez y a las dinámicas que afectan a su trasero, desista de hacerlo; y, en caso de incontenible tentación, aplíquese usted lo de los siete votos en su anatomía. A ver si con ese remedio se le atempera el alma y conoce la verdad.