La última sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que ha anulado los acuerdos de pesca y asociación con Marruecos ha puesto en evidencia la política de complicidad y vulneración del derecho internacional llevada a cabo por la Unión Europea en el Sáhara Occidental, con España y Francia como cabezas visibles.
Que mente puede entender una política exterior de España que exige al Gobierno de Venezuela resultados electorales transparentes, recibe a González Urrutia como abanderado de la libertad y expulsa a ciudadanos saharauis del aeropuerto de Barajas cuando pedían derecho de asilo. Qué concepto de la libertad y de los derechos humanos queremos aplicar. El concepto de aniquilar al pueblo saharaui, de seguir mirando hacia otro lado ante la masacre de Gaza.
Creo que el colonialismo dejó mucho dolor y destrucción en el mundo. No podemos olvidar la guerra de Argelia y Vietnam por la independencia, tampoco podemos olvidar el Apartheid en Sudáfrica. Marruecos en el Sahara Occidental avanza con su ocupación, amedrenta y somete al pueblo saharaui impidiendo cualquier resquicio de libertad, mientras Sánchez, Macron y Trump defienden su propuesta de autonomía, una propuesta ilegal a toda luz, cuyo objetivo es legitimar la ocupación militar y la anexión a la fuerza del Sahara Occidental.
Qué pretenden la Unión Europea y Estados Unidos con esa política que le da un apoyo total a Ucrania en la guerra contra Rusia, por otra parte avala la ocupación de Marruecos al Sahara, fortalece a Israel en su anexión de los territorios palestinos de 1967.
El mundo se rompe y se resquebraja desde instituciones como las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional o la Organización Mundial del Comercio. Los países pertenecientes al brics liderados por China, Rusia, India, Sudáfrica y Brasil buscan un nuevo modelo alternativo al derecho de veto en el Consejo de Seguridad. Derecho de veto que ha impedido que se implemente un cese el fuego en Gaza o se celebre un referéndum de autodeterminación para el Sahara Occidental.
Hay conflictos que a la luz del derecho internacional son claros e impolutos como la misma arena del Sahara. Negar la naturaleza jurídica de un territorio no autónomo y animar al agresor a seguir jugando en el marco injusto del Consejo de Seguridad de la ONU con una misión de paz que es testigo mudo de una ocupación, es una forma de ayudar a la fuerza invasora a conseguir sus objetivos.
La Unión Europea buscó formas inimaginables de sortear el derecho internacional en el Sahara Occidental para seguir con sus empresas y barcos en el territorio saharaui. Ignoró a la República Saharaui, a los miles de refugiados y exiliados. Aplicó la política de dar ayuda humanitaria a los saharauis, mientras el Gobierno marroquí y los colonos controlan toda la actividad económica sacando ingentes beneficios de la pesca y los fosfatos.
Es triste ver como hablan de los derechos humanos para unos pocos privilegiados y los niegan a pueblos ocupados
Es tan grave esta situación que muchos saharauis han perdido sus propiedades, sus trabajos y su territorio debido a esta política que avala la fuerza brutal de Marruecos en el Sahara Occidental.
Es triste ver como hablan de los derechos humanos para unos pocos privilegiados y los niegan a pueblos ocupados donde vemos la muerte de niños, la destrucción de hospitales, de escuelas y de todo tipo de infraestructuras.
Este relato dirigido desde las Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos lleva cincuenta años dándole a Marruecos una ventaja en cada negociación, haciendo imposible alcanzar una solución e intentando torcer la ley para consumar una ocupación militar que los saharauis rechazan.
Solo otro mundo guiado por otras leyes y principios morales dará al pueblo saharaui su derecho a vivir en libertad en su tierra. Esta sentencia de la justicia europea desenmascara el verdadero rostro de gobiernos como el de España y Francia, empecinados en violentar el derecho internacional en su intento de otorgar a Marruecos un título jurídico sobre las riquezas del Sahara Occidental.
Ali Salem Iselmu es periodista y escritor saharaui
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hace 1 mes
Totalmente de acuerdo con el autor.
Pedro Sánchez utiliza una doble vara de medir que lo convierte en un falsario. Su política internacional no viene determinada por la defensa de los derechos humanos allí donde sean vulnerados, falacia que presentó como un principio irrenunciable desde que se convirtió en presidente del Gobierno.
Lo que define su posicionamiento es la necesidad de mantenerse en el poder, y para lograrlo sabe que está obligado a comprar el silencio y el beneplácito de Mohamed VI y su majzén, para quienes la ocupación definitiva y reconocida del Sistema Occidental es un objetivo irrenunciable y la garantía de continuidad de la monarquía corrupta actual.
Si para lograr este apoyo al expansionismo marroquí hay que olvidarse del derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación y a disfrutar de su territorio y sus riquezas, se olvida. Pura miseria de un político que presume de resistente pero que cede cobardemente por mantenerse en el poder.