Un 30 de abril de 2015, tuve la suerte de presenciar el debut de un deportista extraordinario, en el Palacio de Deportes de Madrid. Tenía una sonrisa de jugón muy especial, todos los que estábamos allí lo arropamos con el mayor cariño. Se llamaba Luka Dončić, tenía 16 años y dos meses. Después de aquello, todos conocen la historia.
Esta temporada, en la NBA, nos despertábamos con una noticia que pocas personas pudieran imaginar; ¡han traspasado a Dončić a Los Angeles Lakers! Tenía 26 años, y caía sobre él toda una avalancha de críticas, presiones y dudas sobre su rendimiento deportivo.
Recientemente hemos oído el nombre de Cooper Flagg, vinculado al ex equipo de Dončić. Tiene 16 años, será el número uno del Draft, después de haber acelerado todo su trabajo para estar preparado para la liga más importante del mundo del baloncesto profesional.
¿Están preparados, y bien atendidos, psicológicamente, estos jóvenes deportistas para este tipo de presiones?, en el caso de Cooper Flagg, se hablan de salarios en los primeros cuatro años en la NBA de 70 millones de dólares (eso antes de cumplir 20 años). Además, ya tiene más de un millón de seguidores en las redes sociales. Una franquicia de la NBA que parece esperarle como si fuera la solución a una crisis deportiva, institucional y social desatada por la decisión de prescindir de un joven de 26 años tres veces campeón de la Liga ACB, campeón de la Euroleague, Campeón de Europa con Eslovenia, etc.
Todo esto nos lleva a pensar la importancia de que los profesionales de la salud mental, por un lado, y los psicólogos deportivos, por otro, estemos cerca de estos jóvenes deportistas
Ambos deportistas, muy jóvenes, con largas carreras por delante, viven una situación emocional excepcional. Y tienen que estar en una pista de baloncesto trabajando, expuestos a los ojos de millones de personas, observando hasta el más mínimo gesto, detalle o circunstancias de su conducta. Todo esto nos lleva a pensar la importancia de que los profesionales de la salud mental, por un lado, y los psicólogos deportivos, por otro, estemos cerca de estos jóvenes deportistas. Además, de implicados en el asesoramiento psicológico de las personas que tienen que tomar decisiones que afectan al bienestar de los deportistas.
Lo cierto es que estamos avanzando, y que jóvenes deportistas han tenido la valentía de reivindicar la normalización y visualización, del apoyo del psicólogo en sus desarrollos profesionales. Por nombrar algunos ejemplos, tenemos el caso de Shane Larkin que reconocía haber tenido un trastorno obsesivo compulsivo-TOC, que había podido sanar con la ayuda de un psicólogo. O jóvenes argentinos como Nicolás Laprovittola, Luca Vildoza o Patricio Garino que explicaban la importancia de la ayuda psicológica para poder afrontar momentos complejos en sus carreras deportiva.
La madurez psicológica la podríamos definir cuando la persona logra; aprender de las experiencias, y los jóvenes tienen que vivir muchas experiencias. Aceptar la realidad, es complicado en estas edades que estamos viendo en el deporte de élite, tener la capacidad de aceptar algunas realidades.
Las lesiones, que son algo habitual y recurrente en la vida de un deportista, vemos que con las cargas de partidos, la tensión, estrés que sufren los cuerpos de los deportistas y la desatención con la que pueden estar jugando en muchos partidos generan más lesiones a los deportistas jóvenes, Carlos Alocén, podría ser un ejemplo de ello. O, como ha indicado recientemente Antoni Daimiel, la lesión grave, del tendón de Aquiles de un jugador joven, y muy destacado de la NBA, como Jayson Tatum, que a sus 26 años había acumulado una carga de partidos extraordinaria, por ejemplo, había jugado más del 90% de la liga regular y no se había perdido ningún partido de playoff (113) en los últimos 7 años.
Aquí hemos hablado de baloncesto, pero se podría hablar del resto de deportes, la formación de los profesionales de la psicología y de las personas más cercanas a los deportistas, la normalización y la creación de la figura federativa del psicólogo deportivo, es fundamental para dar un salto definitivo para garantizar la salud integral en la carrera profesional en el alto rendimiento deportivo.
Juan Jesús Ruiz Martín Niño es director del Máster en Psicología del Deporte en UNIE Universidad
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