Iñigo Urkullu volverá a ser lehendakari otros cuatro años más y lo será con mayor holgura. Podrá gobernar  en solitario o buscando el apoyo de socios y aliados en un amplio abanico de combinaciones. Su apuesta por priorizar la economía, por moderar el discurso más soberanista y apelar al “realismo”, el diálogo y el acuerdo “entre diferentes” le han merecido un respaldo sólido que no sólo mejora sus resultados en escaños sino que le permitirá poder elegir apoyos. Al PNV se le abre un campo de opciones para conformar mayorías absolutas. Los 29 parlamentarios del PNV, dos más que en 2012, fortalecen las posibilidades de los nacionalistas que podrán optar por la opción más probable, reeditar el acuerdo con el PSE que ya rubricaron la pasada legislatura y que supondría sumar los 38 parlamentarios necesarios para la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Una fórmula que además de dar solidez a la formación de Andoni Ortuzar permitiría al PSE ‘maquillar’ el descalabro sufrido el 25-S al dejarse siete de sus 16 escaños en Vitoria y sufrir la pérdida de casi la mitad de sus votantes. Sus nueve representantes podrían facilitar la mayoría absoluta a Urkullu y al mismo tiempo abrir una puerta a la senda del entendimiento en la conformación de Gobierno en España. Ahora el PNV podrá negociar para alcanzar mayorías absolutas con cualquiera del resto de formaciones; con EH Bildu (17 parlamentarios), con Elkarrekin Podemos (11 parlamentarios) o incluso, aunque parece poco probable, con el PP (9 diputados).

El triunfo de Urkullu fue homogéneo: tanto en su feudo como en las tradicionales zonas 'abertzales'

La victoria del PNV fue además homogénea, al registrarse en todos los territorios, tanto en Vizcaya, su feudo tradicional, como en Guipúzcoa, la otrora tierra controlada por la izquierda abertzale, e incluso en Álava. También se ha impuesto en las tres capitales, Bilbao, Vitoria o San Sebastián. Casi cuatro de cada diez votantes se decantó por Urkullu, el 37,6%, lo que supuso el apoyo de 395.000 vascos, los mejores resultados desde 2009 en una cita autonómica. Unas elecciones que registraron una baja participación del 62,2%, las más baja desde 1994.

El nuevo reparto de escaños muestra un Parlamento Vasco más soberanista y con más formaciones de izquierdas. Así, 57 de los 75 parlamentarios pertenecen a partidos que defienden el derecho a decidir y que reclaman un cambio, aunque con diferentes propuestas, en la relación política e institucional entre Euskadi y España. Además, la izquierda abarca a más formaciones; EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos, que a la derecha o centro-derecha; PNV y PP, si bien su peso y representación esta equilibrada.

“Crecer como país”

El lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu aseguró anoche que acoge el amplio respaldo obtenido con “humildad, realismo, verdad y trabajo” y lo hará con “espíritu constructivo, diálogo y acuerdo” y con todas la formaciones políticas en busca de estabilidad y fortaleza para la sociedad y la economía vasca. Durante su comparecencia en Sabin Etxea, aseguró que además de sus objetivos en materia de empleo priorizará los acuerdos institucionales “plurales y entre diferentes” para lograr un pacto con el Estado, “de igual a igual” que permita a Euskadi “crecer como país”. Destacó la “normalidad política plena” con la que se han celebrado estas elecciones “en paz” y apeló a la urgencia por convertir los próximos cuatro años en el periodo en el que se consolide la convivencia en Euskadi.

Los resultados logrados por el PNV le sitúan muy por delante de la segunda fuerza en Euskadi, la izquierda abertzale. Los 28 parlamentarios del PNV suponen la misma representación que EH Bildu (17) y Elkarrekin Podemos (11) juntos. EH Bildu, pese a recuperar parte del espacio perdido en las anteriores citas electorales, vio cómo se dejaba 53.000 votos respecto a las autonómicas de 2012, además de cuatro escaños. La coalición contará con 17 representantes en el Parlamento vasco tras obtener el 21,2% de los apoyos, 223.813 votos.

“El asalto a los cielos” de EH Bildu

La formación logró repuntar los malos augurios que le daban las encuestas y la amenaza que tras los resultados en las dos citas generales anteriores representaba Elkarrekin Podemos. La campaña de moderación y alejada de los mensajes más duros y en clave independentista, que ha dejado paso a una apuesta más social, parece que ha logrado centrar su apuesta y recuperar el espacio perdido por la irrupción de la formación morada. La inhabilitación de Arnaldo Otegi y la renovación de sus candidaturas parecen haber beneficiado a la formación. Ayer, Otegi aseguró que los resultados corroboran que estaban equivocados “quienes soñaban y nos daban por enterrados” y “aseguraban que éramos política vieja”. Afirmó que continuar siendo la segunda fuerza en Euskadi y haber diluido el fantasma del ‘sorpasso’ de Podemos, les permite afirmar que ayer comenzó “el asalto a los cielos” de la izquierda abertzale. En este punto señaló que el nuevo Parlamento Vasco resultante del 25-S es eminentemente nacionalista, con 57 de sus 75 representantes “partidarios del derecho a decidir, de que Esta nación decida”.

Hasta el último momento del escrutinio EH Bildu albergó la esperanza de lograr un escaño más por Vizcaya, en detrimento del PNV, lo que supondría impedir que la formación de Urkullu logrará una mayoría absoluta con PSE o con PP. A falta del escrutinio del voto por correo, por el momento el último representante por Vizcaya es para el PNV.

La candidatura de Pili Zabala en Podemos no obtuvo los resultados esperados

Si la victoria del PNV la auguraban todas las encuestas una de las incógnitas que debían dilucidar las urnas era el impacto que tendría la irrupción de Elkarrekin Podemos en la Cámara de Vitoria y si se convertiría en la segunda fuerza. La formación de Pablo Iglesias logró un 14,8% y 11 escaños. La candidatura de Pili Zabala no obtuvo los resultados esperados. Los 11 representantes se quedaron lejos de la izquierda abertzale, a siete sillones. La formación logró una representación homogénea por territorios, con cuatro representantes en Bizkaia y Alava y tres en Gipuzkoa. Los resultados, pese a ser importantes y representan una irrupción de una nueva formación en el Parlamento Vasco sin precendentes, dejaron ayer un sabor amargo en el partido. Podemos logró 156.000 votos, el 14,8%, menos de la mitad de los apoyos que obtuvo en las dos citas generales del 20-D y el 26-J en Euskadi, donde llegó a imponerse al PNV en número de votos y alcanzar el respaldo de 335.740 votantes.

El hundimiento del PSE

Sin duda el mayor descalabro y el más anunciado, fue el del PSE. La formación de Idoia Mendia perdió siete de sus 16 parlamentarios y 87.000 votos respecto a las autonómicas de 2012. Los 126.000 votos obtenidos representan el peor resultado en su historia. Sin embargo, los nueve escaños que ocupará la formación pueden ser determinantes si finalmente el PNV le ofrece formar parte del Gobierno, como ya hace en las tres diputaciones forales y los principales ayuntamientos. La pasada legislatura las dos formaciones se convirtieron en socios preferentes pero Urkullu optó por gobernar en solitario. La pérdida de votos del socialismo vasco ha sido una constate en las últimas convocatorias electorales. El PNV y Podemos han sido los principales beneficiados de la caída del socialismo, en especial en la Margen Izquierda de Bizkaia, donde los jeltzales les han arrebatado la práctica totalidad de feudos que controlaba el PSE. La secretaria general del PSE reconoció los malos resultados que achacó a la baja participación (el 62,2%), a la irrupción de nuevas formaciones y al escenario “convulso en toda España”.

El PP, irrelevante

El PP por su parte logró ayer minimizar la caída que apuntaban los sondeos al perder sólo un escaño. Sin embargo, los nueve parlamentarios no serán determinantes, ya que las opciones de lograr mayoría que se le abren al PNV son múltiples. La apuesta de los populares por Alfonso Alonso no ha impedido que la fuga de apoyos continúe y que el repunte logrado en las últimas elecciones generales se haya esfumado. El PP registró ayer los peores resultados, con apenas 107.000 votos un respaldo del 10%. El mal resultado supone además un revés a las aspiraciones del PP a nivel nacional que confiaba en poder forzar el respaldo del PNV a una posible candidatura de Rajoy a cambio de un apoyo en Euskadi que ahora se antoja innecesario. Los populares tampoco han sabido recuperar el voto que dejó huérfano UPyD, que no concurría a las elecciones. Alonso sin embargo valoró ayer positivamente los resultados que calificó como “un punto de arranque para una alternativa constitucionalista”. Subrayó el “descalabro” del socialismo en Euskadi y Galicia.

Tampoco lo logró Ciudadanos, pese al esfuerzo y visitas de su líder, Albert Rivera a Euskadi, no ha sabido ocupar un espacio e incluso ha perdido parte del respaldo logrado en las elecciones generales, donde osciló entre los 40.000 y 50.000 votos. Ayer, la formación naranja sólo recabó el apoyo de 21.300 vascos, el 2% del total de votos emitidos.