Casa del Pueblo de Alcorcón, Madrid. 19.00 horas del miércoles. “Quiero elecciones. Si sacamos diez diputados, pues diez. Por lo menos no nos bajamos los pantalones”. Son militantes socialistas, superan los 60 años de edad ­­–algunos menos, pero no muchos, de militancia- y entre café y café comentan con incertidumbre e indignación su pronóstico sobre el Comité Federal del domingo, que decidirá la postura que adoptará el PSOE en el debate de investidura.

Un cartel luminoso con las siglas del partido da la bienvenida a los asistentes a la Asamblea Extraordinaria que se celebra en Agrupación Socialista del municipio. En la barra, una frase de Largo Caballero parece indicar el tono de la reunión: “Hay que acostumbrar a todos al respeto mutuo y a la tolerancia de las opiniones contrarias…”.

Media hora más tarde, ya son más de 100 las personas que esperan escaleras abajo. La reunión va a empezar: el único punto en el orden del día es el análisis de la situación política. Lo resume la secretaria general de la Agrupación socialista, Natalia de Andrés: “La mayor crisis que ha vivido nuestro partido en la democracia, ha creado inseguridad a los militantes y ha hecho mucho daño a nuestras siglas”.

Si dejamos gobernar a Rajoy, el espectáculo del último Comité no es nada con lo que se va a ver el día de la investidura”

De Andrés critica la “deslealtad” de los barones hacia el que hace dos semanas era el secretario general de su partido, Pedro Sánchez: “Todo salta por los aires cuando se empieza a negociar un gobierno alternativo y cuando se dan cuenta de que Sánchez no va a hacer el trabajo sucio y propiciar la investidura de Rajoy”. ‘Pedrista’, De Andrés define la abstención como el mal mayor y sostiene que, de apoyar esa posición, “Rajoy en un momento convocará elecciones, pero cuando a él le convenga y cuando a nosotros nos perjudique”.

Para respaldar su postura, la agrupación quiere que se apruebe una propuesta de resolución que plantee la celebración de un congreso federal “lo antes posible” y que los militantes puedan decidir sobre la investidura. Numerosas manos en alto piden la palabra. El primero en hablar, lo hace claro: “No quiero entrar en el juego del ‘no es no’ o la abstención, yo no quiero que gobierne Rajoy, no quiero que haya terceras elecciones, pero no voy a entrar en un juego que yo no he provocado”, se queja Francisco, con el desengaño marcado en el rostro.

Asamblea Extraordinaria organizada por la Agrupación Socialista de Alcorcón.

Asamblea Extraordinaria organizada por la Agrupación Socialista de Alcorcón. El independiente

La situación política es conocida. Y las cifras salen a relucir: 11 millones de votantes socialistas en 2008; 5,4 millones, la mitad en las últimas elecciones. Toca decidir. “Si dejamos gobernar a Rajoy, el espectáculo del último Comité Federal no es nada con lo que se va a ver el día de la investidura”, asegura indignado uno de los militantes. Su voz es firme y la sala escucha en silencio.

Antonio Hernando, fiel defensor del “no a Rajoy”, será el portavoz del PSOE de ese debate, y eso enciende a más de uno: “Qué mente más calenturienta puede haber para plantear esa alternativa. Poner al que ha representado a la voz del ‘no es no’ a dirigir un proceso para decir del ‘no es no’ al ‘sí es sí’”, critican. Saben que ninguna alternativa es buena para su partido y que una formación más joven puede aprovechar cualquier tropiezo en la estrategia política: “Estamos dejando el terreno a Podemos para que sea la oposición”.

Qué mente más calenturienta puede haber para plantear a Antonio Hernando como portavoz"

Pese a que lo anunciado es que el domingo se decida a favor de la abstención, nadie en la sala la apoya. Todos la rechazan de forma tajante. “He preguntado a los de arriba, a la Gestora, que me dieran un motivo para la abstención. ¿Sabéis qué me han respondido? Que si vamos a terceras elecciones nos hundimos. Pues yo prefiero ir a otras elecciones antes que venderme y vender las ideas por las que hemos luchado”, reta Pablo, uno de los más jóvenes en la Casa del Pueblo alcorconera. Aplausos y gestos de asentimiento entre los asistentes llenan la sala.

Esta postura es compartida por muchos de los asamblearios, partidarios de nuevos comicios. “No me importa votar las veces que sea, quiero que me consulten, que me tengan en cuenta”, señala una militante. Muestra su preocupación por el ejemplo a la ciudadanía y la “traición” de propiciar un gobierno de Rajoy. “Nos van a pedir que aprobemos presupuestos, que aprobemos leyes. Llevo tragándome el artículo 135 desde que se aprobó y lo mismo nos va a pasar con esto”, lamenta uno de los compañeros.

La mayoría culpa a la ejecutiva de Sánchez y a los barones por la falta de un debate profundo, pero también por haber dejado pasar la oportunidad de pactar con otras formaciones: “Por la izquierda no era el rumbo de Pedro Sánchez, su rumbo era escamotear el debate, dejar pasar el tiempo para seguir siendo secretario general y no buscar un gobierno alternativo, que es lo que tenía que haber hecho”, lamenta Pepe, más de 30 años al servicio socialista. Otro militante, culpa a la dirección: “Se han puesto muchas pegas: que no toquemos a los independentistas, cuidado con Podemos… ¿Entonces con quién?”, se pregunta. “Estábamos vergonzosamente en la gran coalición sin decirlo”, es la respuesta que ha encontrado otro.

El divorcio entre dirección y militancia a tres días del Comité clave es visible. “A los barones hay que decirles que esta no es nuestra guerra, que si nos dejaran votar les diríamos: señores, váyanse a su casa, porque no han sabido estar a la altura de este partido”.

Estábamos vergonzosamente en la gran coalición sin decirlo"

Para recordar los buenos momentos del partido y no perder la esperanza, en el bar de arriba adornan las paredes portadas de periódicos que les recuerda los mejores tiempos que vivía la formación, aquellos años donde ganaban mayorías absolutas con más de 200 diputados (Felipe González, 1982) y Zapatero conseguía darle la vuelta a los resultados electorales (2004). Antes de firmar la propuesta de resolución anunciada al inicio de la asamblea, un militante cierra la treintena de intervenciones que han tenido lugar durante tres horas reafirmando su “no” a Rajoy: “Prefiero morir de pie que vivir de rodillas”.

El “no” a la abstención a Rajoy se decidió por la gran mayoría.