La presión del entorno radical a las autoridades de la Universidad Pública Vasca suma estos días un nuevo episodio. Si durante las recientes elecciones al rectorado provocaron graves altercados que se sumaron a los que semanas atrás habían protagonizado, estos días, y sin que la nueva rectora haya tomado aún posesión de su cargo, los movimientos juveniles abertzales más radicales han vuelto a tensar la cuerda con las autoridades universitarias. En esta ocasión lo hacen para reclamar que los presos de ETA puedan volver a estudiar en la UPV y se tomen medidas para sortear o modificar la prohibición impuesta por el Gobierno español desde 2003 y que obliga a los etarras encarcelados a cursar estudios universitarios sólo a través de Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Con una semana de movilizaciones, los estudiantes han organizado hasta el viernes actos que incluyen acampadas en los campus, mesas redondas con expresos de ETA para dar a conocer la situación penitenciaria y manifestaciones para reclamar un cambio de la ley penitenciaria que permita el retorno a las aulas de los reclusos de la banda que están encarcelados en prisiones españolas. Ya desde el año pasado está en marcha una campaña de recogida de firmas para exigir esta modificación legal.

En la UPV apenas están matriculados 18 presos de ETA que cumplen condena fuera de España

En el caso del Campus de Bizkaia, los estudiantes han cubierto de carteles de apoyo a los presos de ETA y en favor de su excarcelación y derecho a matricularse en la UPV. Además, han protagonizado una acampada que no cuenta con la autorización del rectorado, que por el momento ha decidido no actuar. Los precedentes, con graves incidentes y enfrentamientos con la Ertzaintza, que provocaron varios heridos y destrozos en el campus, les llevan a no intervenir. "Ellos han asegurado que la acampada concluye mañana, así que si no se producen daños a las personas, al mobiliario o interrumpen el normal funcionamiento de la vida universitaria no intervendremos", asegura el vicerrector del Campus de Vizcaya, Carmelo Garitaonandia.

Afirma que la mayor preocupación está en el desarrollo que pueda tener la manifestación convocada para el mediodía y que se espera numerosa. Del mismo modo, en el Campus de San Sebastián también está convocada una marcha y una concentración ante el aulario, ademas de una mesa redonda en la que participarán ex presos. La semana de protesta concluirá con una comida popular y una marcha por el Casco Viejo de la capital guipuzcoana.

Garitaonandia no oculta la preocupación que tienen los responsables académicos de la UPV por el rebrote que desde hace dos años se viene detectando, en especial en los campus de Vitoria y Leioa (Vizcaya). "Es algo que nos preocupa. Tras el cese de actividad de ETA se produjo un impasse y se rebajó mucho este tipo de situaciones, pero desde hace dos años vemos que vuelve un movimiento de agitación en las calles, las manifestaciones, etc. Aunque es minoritario es muy violento", subraya.

No en vano, la que será la nueva rectora de la Universidad vasca, Nekane Balluerka, sufrió una campaña de presión de los movimientos juveniles abertzales en su contra y que culminó con una llamada a boicotear su candidatura y una jornada de protesta el mismo día de las elecciones que terminó con graves incidentes.

Actualmente, en la UPV apenas están matriculados 18 presos de ETA que están cumpliendo condena fuera de España. En el año 2003, el Gobierno de José María Aznar modificó dos artículos de la Ley Penitenciaria que impedía a los encarcelados por pertenecer a ETA cursar estudios en la UPV. Las sospechas de posibles tratos de favor a los etarras por parte de algunos profesores y colectivos académicos forzó la modificación legal. Posteriomente se cambió para permitir que los presos encarcelados en prisiones fuera de España sí pudieran matricularse en la universidad vasca, que ha llegado a ampliar hasta 27 la oferta de grados a la que pueden acceder.