Al menos 134.462 mujeres fueron víctimas de violencia machista en 2016. Un 8,7% más que en 2015. Esta es una de las escalofriantes cifras que nos deja el informe dado a conocer este viernes por el Consejo General del Poder Judicial y elaborado por el Observatorio contra la Violencia de Género. Pero no es la única que sube: el número de asesinadas en lo que va de 2017 es el mayor desde 2009. Dieciséis.

"Tenemos una sociedad enferma. No estamos ante un problema de las mujeres, estamos ante un problema que sufren las mujeres". La que habla es Teresa San Segundo, directora del Centro de Estudios de Género de la UNED, que el pasado 1 de marzo comparecía en el Congreso en el marco de la subcomisión para un pacto de Estado en materia de Violencia de Género.

Mi móvil se ha convertido en un 016 pequeñito. Al final no sé si hago de psicóloga, compañera, asesora..."

Son más de 15 años los que lleva intentado luchar contra la lacra de la violencia machista. Cuando echa la mirada atrás reconoce que empezó a leer y a buscar información sobre ello "porque no lo entendía; no entendía el por qué de la violencia de género. Leía para entender a esas mujeres". Fue hace una década cuando esta profesora de Derecho Civil puso en marcha el máster Malos Tratos y, sin apenas darse cuenta, su móvil se ha convertido en "un 016 pequeñito", confiesa. "Al final no sé de qué hago, si de psicóloga, de compañera, de asesora...".

Sansegundo denuncia que hay cosas que están fallando, pero cree injustos los ataques a la Ley integral contra la violencia de género. "Dicen que no funciona porque siguen muriendo mujeres, pero a nadie se le ocurre decir que el Código Penal no funciona porque sigue habiendo robos y estafas", compara. "Una ley no es una varita mágica. Tenemos una legislación buena, la ley es buena, lo que no quiere decir que no haya que mejorarla. Pero lo que hace falta es que la ley se aplique, que haya políticas comprometidas y que la sociedad se implique".

Esta experta critica una interpretación de la aplicación de la ley dependiendo de la ideología del abogado o del juez que le toque a la víctima. Y pone ejemplos: "Siempre se va a utilizar el interés superior del menor en la sentencia. Pues un juzgado lo interpreta dándole visitas con el agresor y otro quitándoselas. ¿Cómo puede ser eso?". Esto, según Sansegundo, se solucionaría con unas pautas concretas.

Es una condena para un niño que tenga visitas con un maltratador. Es una barbaridad"

En cuanto a que el pequeño tenga visitas con el agresor, "es una barbaridad, es una condena para el niño". Explica que "lo que le conviene al niño es alejarle del foco de violencia y si el foco de violencia es su padre, pues hay que alejarle de él. Hay que protegerle, nuestra misión como sociedad es protegerles. A nadie se le ocurriría que en el caso de una violación o un robo, la víctima tenga que ver al agresor. Si los progenitores no son adecuados hay que proteger a los niños. Por encima de los derechos paternofiliales están los derechos humanos".

El foco en el agresor

Teresa Sansegundo reconoce a los medios de comunicación el logro de que toda la sociedad sepa lo que es la violencia de género, "pero ahora toca profundizar porque nos encontramos con la paradoja de que todo el mundo cree que sabe qué es la violencia de género. Los medios deberían tratar el tema con una mayor dignidad: dónde se coloca la noticia, cuánto espacio se le dedica, la forma de contarlo... lo de "mujeres muertas"... ¿Cómo que mujeres muertas? ¡Las han asesinado! Una mujer muerta no sale en el periódico, sale porque la han asesinado. Y lo más importante: Hay que poner el foco en los agresores. Que aparezca su nombre".

También insiste en que "hay que trabajar en que los hombres sepan cortar, en que digan 'estos hombres no me representan' y 'no me identifico con ellos'. Es importante que como grupo se vea así. Hay un caldo de cultivo muy grande".

Explica que hay muchas medidas para mejorar. Desde el punto de vista policial: "Base de datos común para todos los cuerpos". Desde Sanidad: "Atención primaria tiene que implicarse más. Si lo contemplaran como contemplan nuestras cifras de colesterol daríamos un paso de gigante". Educación: Hay que educar a toda la sociedad. A todos. Es fácil decirlo y dejarlo en nada, tiene que ser con planes y políticas decididas".

Con respecto al aumento de las conductas machistas entre los adolescentes, lo tiene claro: "No lo hemos hecho bien. Eso es evidente. Y eso no se arregla con una charla sobre el tema, que también. Hay que incluirlo en todas las clases. En Historia, en Literatura, en Matemáticas. Las mujeres no aparecemos. Hay que dar otros referentes de hombres y de mujeres".

Si nos paramos a pensar los cuentos son tremendos. Le estamos diciendo a las niñas que estén con una bestia que ya se transformará en príncipe"

A todo esto hay que sumarle el cine, los videojuegos, la cultura... los cuentos. "Con los cuentos estamos adoctrinando a los niños. Los cuentos son tremendos. La Bella y la bestia, por ejemplo, le estamos diciendo a las niñas que estén con una bestia que ya se transformará en príncipe. La bella durmiente está dormida y llega un príncipe y la besa. Ese es un abusador. Pero les estamos diciendo que es su príncipe azul. Es algo general y no es tan fácil cambiar de repente una sociedad, pero hay que poner mecanismos que lo aceleren".

Con respecto a las nuevas tecnologías, "pueden servir de altavoz en una lucha por la igualdad o pueden servir para cometer delitos, para denigrar, para acosar… es muy difícil ser conscientes del poder que tienen".

Dos horas y cuarto de diferencia

Sobre su trayectoria, confiesa que "cuando te dedicas a temas de género, se te tiene menos en cuenta, se intenta degradar, cuando uno se alía con el poder todo es más sencillo. Si te alías con las víctimas va a ser más difícil. Y claro que te encuentras problemas, pero no nos podemos quedar ahí, hay que tirar para adelante porque si no no avanzamos".

Sansegundo, que tiene dos hijos "ya mayores", reconoce que la dedicación que hoy tiene a su trabajo no la podía tener antes. "Esa experiencia se produce en aquellos años en los que hay que estar a tope en la vida profesional y claro que frena. No se puede estar al máximo en todo".

Cuando te dedicas a temas de género se te tiene menos en cuenta. Si te alías con la víctima siempre va a ser más difícil"

Las políticas de conciliación de nuevo sobre la mesa. "Aunque cada vez hay más hombres que se implican en la crianza, en el cuidado de los hijos, todavía hay dos horas y cuarto de diferencia al día entre lo que dedica a la familia una mujer y un hombre".

"Es muy difícil de entender que a día de hoy aún haya empresas que sometan a las mujeres a un interrogatorio... que si te vas a casar, quedar embarazada... y si contestan de forma afirmativa jugará en su contra. El otro día mi hijo vino horrorizado porque a una amiga suya química le dijeron que en esa empresa no cogían mujeres. A mí me sorprendió muchísimo que todavía haya casos así".

Para finalizar la entrevista, Sansegundo quiere hacer visible una de sus luchas: el incesto y los abusos intrafamiliares. No se habla jamás en los medios. Sólo cuando el agresor es ajeno a la familia. En Europa nos dicen que uno de cada cinco niños sufre abusos sexuales y sabemos que fundamentalmente los abusadores son los más cercanos. Fundamentalmente es el padre y cuando no otro familiar cercano y eso no sale".

"Una pequeña que ha sufrido abusos me pidió que llevara un mensaje suyo a los políticos: 'Los niños que hemos sufrido mucho, que nos escuchen, que nos crean. Porque el juez sólo juzga pero no sabe lo que ha pasado. Por eso sabemos con quién queremos estar'. Después, me llegó otro mensaje: 'Convénceles porfi'". Ahí lo deja.