Macià Alavedra, el que fuera mano derecha de Jordi Pujol, ha reconocido esta mañana en el juicio del caso Pretoria que cobró comisiones por sus labores de intermediación entre empresarios y políticos de la Generalitat. El ex dirigente catalán ha negado que Artur Mas interviniera en su negocios, aunque ha admitido que al igual que con Pujol mantiene una estrecha relación e incluso de amistad.

Alavedra ha comenzado su declaración admitiendo los hechos que le imputa la fiscalía anticorrupción, es decir, tráfico de influencias y blanqueo de capitales, por los que se enfrenta a seis años de carcel y 10 millones de euros de multa.

El ex dirigente catalán ha explicado que dejó la política en 1997, pero que hasta fecha ocupó escaño en el Congreso de los Diputados, en el Parlament y consellerias en la Generalitat de Cataluña. Por ello, "conocía prácticamente" a todos los cargos de CiU.

También ha reconocido que mantenía buenas relaciones con Antoni Castells, del PSC, porque trabajaron juntos en las negociaciones de la financiación autonómica. Y ha explicado que acudió a él en una operación inmobiliaria que no prosperó. Sin embargo, preguntado por la fiscal si Mas intervino en esta operación ha declarado: "Para nada".

Alavedra ha reconocido que cobraba comisiones por sus labores de intermediación que se fijaban en función del "éxito" de las operaciones. Y ha afirmado que solía cobrar un 4%, que era la "comisión habitual".

Con este arrepentimiento son ya cuatro de los 11 imputados que han llegado a un acuerdo con la fiscalía para ver sensiblemente reducidas sus penas.